miércoles, 1 de junio de 2011
La Muerte de Napoleón Bonaparte (¿Asesinato o Muerte Natural?)
5 de mayo de 1821. Isla de Santa Elena. Napoleón Bonaparte fallece a los 51 años de edad. Pero… ¿fue su muerte, natural? ¿o se trató de un asesinato bien organizado para darle una muerte lenta que pasara desapercibida a los ojos del mundo? ¿el arsénico que se ha descubierto en el análisis de sus restos fue suministrado por alguien o se lo tomó como medio para superar su depresión final? Cada vez se están reuniendo más pruebas de que Napoleón fue, efectivamente, asesinado. La primera de ellas, fue la extraída de un mechón de cabellos del emperador, con el que el Laboratorio Forense del FBI en Washington y el Laboratorio de Investigación Nuclear de Londres han confirmado la presencia de restos de arsénico. Gracias al Departamento de Medicina Forense de Glasgow, además, se pudo determinar la proporción progresiva en que el arsénico entró en su cuerpo durante el mes anterior a su muerte. Sin embargo, esa gran cantidad de arsénico en su cuerpo no indica a ciencia cierta que alguien se lo suministrara sin su consentimiento, pues en aquella época se usaba también, en pequeñas cantidades, como droga que daba una sensación irreal de superioridad y fuerza. En medicina, además, se tomaba arsénico contra los vómitos, contra el estreñimiento y contra la depresión. No obstante, el propio Napoleón, en ninguno de sus escritos, hizo referencia a que tomara nada, y además, era público su rechazo a las drogas de la época. Incluso en el diario de de Louis de Marchand, su ayudante de cámara, se puedo leer que el 3 de mayo de 1821 se le administraron sin su conocimiento o aprobación diez gramos de colomel. Lo normal en la medicina de aquélla época era suministrar una dosis de un gramo, o, como mucho, dos gramos en casos extremos. También se ha antojado misterioso una petición expresa de Bonaparte en el que le indicaba a su médico que “luego de mi muerte, que presiento no muy lejana, quiero que abra mi cuerpo… Le recomiendo que lo observe todo cuidadosamente durante su examen”. Partiendo, por lo tanto, de la base de que efectivamente Napoleón tenía arsénico en su cuerpo, y de que es improbable que lo tomara por su cuenta, lo que ha disparado el misterio de su muerte, es si detrás de todo, hubo una trama intencionada con el fin de deshacerse de él. Y es que muchos eran los interesados en que Napoleón no se recuperara. La isla de Santa Elena se encuentra situada en el Atlántico Sur, a 1.930 km. de las costas africanas y a 3.500 de las costas de Brasil, en un lugar perdido e inhóspito. Una verdadera cárcel para un incómodo huésped. Una isla que vive permanentemente envuelta en la neblina; triste, desolada. Allí fue enviado el Emperador, y recluido, junto con todo su séquito. Permanentemente vigilado por un oficial inglés, Hudson Lowe, el emperador se sentía aislado, depresivo, y con continuos accesos de cólera.
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