Esas sensaciones de conexión, de gran atracción y de un gozo y sentimiento profundo que tenemos a veces al ver a alguien a quien supuestamente no conocemos, son una forma de explicar esta conexión con el alma gemela.
Cuando encuentras a tu alma gemela terminas como viéndote a un espejo y mirándote a ti mismo. Sientes una familiaridad inexplicable, reconoces su energía y de inmediato te transportas hacia su alma. Y es que una misma energía se reconoce y busca fusionarse.
Se piensa que ese es uno de los propósitos de la reencarnación, que nuestra energía transite por varias vidas hasta encontrar a su otra mitad, lo cual puede llevar un tiempo indeterminado y varias vidas a cuestas.
Una similar explicación sobre las almas gemelas nos dice que ellas son espíritus coincidentes que se reencarnan vida tras vida con el propósito de solucionar un karma específico; así pues, sin la aceptación de las vidas reencarnadas ni el concepto del karma, todo esto no tendría sentido.
Las almas gemelas no necesariamente desencadenan en finales felices, pues puede ocurrir que una no reconozca a la otra, y de esta manera no se lograría la fusión deseada, ni conseguir su transformación y evolución.
Se dice que el universo conspira para que las dos almas gemelas se reencuentren y que las señales para ambos se dan de manera sistemática, sin embargo, esta experiencia no define nada, ya que aún así las almas gemelas deberán pasar por muchas dificultades y obstáculos para reunirse gloriosamente.
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