En su libro, “Interstellar Contact”, de 1974, el astrónomo escocés, Duncan Lunan, narra un hecho que dejó a todos pensando sobre el misterio que pudo estar encerrado dentro de la pirámide, pues relata que cuando se llegó a entrar en la Gran Pirámide en el año 800 de nuestra era, los obreros del califa, Al-Mamún, se sorprendieron al no encontrar la tapa del sarcófago del rey, y luego de recorrer los alrededores, encontraron una especie de pozo que luego ascendía justamente hasta la Cámara del Rey.
Es decir, alguien había excavado una entrada desde afuera, pero que llegaba exactamente hasta la Cámara del Rey, como si conocieran exactamente hacia donde iban. Se llevaron la tapa de diorita del sarcófago y salieron por la misma entrada del pozo, para hacer pensar que la pirámide nunca había sido profanada.
Muchos reconocidos investigadores han opinado que la Gran Pirámide no parece haber sido construida para albergar a algún gran faraón, sino que el propósito era el de conservar un elemento de suma importancia dentro de él, de manera que fuera imposible encontrarlo. Sin embargo, quienes se llevaron la tapa de diorita del sarcófago sabían muy bien hacia dónde iban.
Las especulaciones hacen suponer que se trataba de un supercomputador tallado o digitalizado sobre esta superficie que hubiera sido colocado por inteligencias superiores para vigilar y contribuir en el desarrollo de esta nueva humanidad.
La búsqueda de explicaciones continúa y esperamos que pronto se tengan noticias que nos ayuden a develar el misterio de la tapa de diorita del sarcófago de la Gran Pirámide.
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