Las celebraciones de los cumpleaños es una práctica estrictamente pagana relacionada con la astrología. Los antiguos astrólogos inventaron un calendario y calcularon las fechas de nacimientos de reyes, gobernantes y sus sucesores. Examinando meticulosamente los horóscopos, presagiaban las fechas de nacimientos porque ellos creían que el destino de los ricos y poderosos podían afectar a toda la sociedad.
En el antiguo Egipto, los faraones, en sus cumpleaños, ordenaban cerrar los negocios y daban enormes fiestas para cientos de sirvientes. En Grecia, hombres ricos se juntaban en una suerte de clubes, los cuales eran exclusivamente de hombres que compartían sus cumpleaños. Los griegos creían que toda persona tenía un espíritu protector (o daemon) que estaba presente el día de su nacimiento y que cuidaba de esta durante su vida. Los romanos también aceptaron esta idea, que con el tiempo, llegó hasta nosotros en ideas como la del ángel de la guarda, el hada madrina y el santo patrón.
La costumbre de las tortas con las velitas encendidas comenzó también con los griegos. Sobre los altares del templo de Artemisa se colocaban tortas redondas como la luna, hechas con miel, adornadas con cirios encendidos. El fuego está relacionado con los sacrificios y han tenido un significado místico desde el tiempo en que el hombre comenzó a erigir altares a sus dioses, de modo que las velas de cumpleaños rinden tributo a la criatura que celebra su cumpleaños y le traen buena suerte. La creencia popular es que las velas de cumpleaños pueden conceder deseos.
Los emperadores romanos daban grandes fiestas en honor de su propio cumpleaños, que incluían paradas, circos, y combates de gladiadores. El calendario Romano designaba días para alguna forma de celebración, incluyendo cumpleaños de dioses y hombres famosos.
Pero con la consolidación del cristianismo, la tradición cesó por considerase pagana, y contrariamente a la costumbre popular, eran los días de la muerte, y no del nacimiento de los santos, los celebrados y los que se convertían en días festivos.
Sin embargo, un tiempo después la Iglesia se interesó en determinar la fecha del nacimiento de Cristo y el resultado marcó el comienzo de la tradición de la Navidad. Con la celebración de la natividad de Cristo, el mundo occidental recuperó la celebración de los cumpleaños.
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