El tráfico de esclavos hacia América produjo un fuerte fenómeno de sincretismo entre esta compleja y bien esquematizada religión y las creencias cristianas de los esclavistas, así como con las religiones nativas de los lugares adonde se transportó a los esclavos. De aquí surgiría el vudú haitiano y un gran número de derivativos: la Regla de Ocha o Santería en Cuba, la Santería en República Dominicana, el Candomblé, la Umbanda y Kimbanda en Brasil, así como las manifestaciones africanistas en Puerto Rico y los demás países del área del Caribe, etcétera. Algunos de estos derivativos han llegado a Europa en décadas recientes, sobre todo de la mano de emigrantes retornados.
El vudú en América
Es un nítido ejemplo de evolución sincrética entre esta religiosidad teísta-animista, las creencias cristianas de los esclavistas y religiones locales de pueblos como los Taínos, que se inició cuando muchos africanos del Golfo de Guinea fueron utilizados como esclavos en Haití y otros lugares del Caribe. El vudú también se encuentra muy extendido en regiones tradicionalmente esclavistas de Estados Unidos hasta la abolición, especialmente en Nueva Orléans. En Haití es notable la utilización como religión oficial que se hizo del vudú por parte del gobierno de los Duvalier para reforzar el poder de su gobierno.
En sus principios careció de un clero y de ritos regulares establecidos (liturgia), debido a que fue una religión perseguida por sus propietarios esclavistas, que los obligaban a convertirse al cristianismo.
Del vudú americano se derivan otras religiones como la santería, muy extendida en Cuba de naturaleza aún más mistificada por las corrientes cristianas, o la Umbanda en Argentina o Brasil. La santería —una de las máximas expresiones sincréticas del mundo— usa símbolos y santos cristianos, que dan imagen y representan loas y ritos anteriores, similares a los del vudú. Lo mismo sucede en la República Dominicana donde la Santería toma las figuras del cristianismo para representar sus loas.
El vudú ha sido un fuerte referente para la cultura popular, debido a la atribuida capacidad de los bokor para resucitar a los muertos y hacerlos trabajar en su provecho (zombies), así como la de provocar la muerte a voluntad. De igual interés popular han resultado otros elementos folclóricos como las muñecas vudú. Existe una amplia literatura y filmografía al respecto, que tiende a deformar y demonizar lo que hoy por hoy es la religión de más de 40 millones de personas en todo mundo
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