En Filosofía ha sido estudiado, entre otros, por Descartes y Kant. El primero, desde el racionalismo más puro, le atribuye el significado de conocimiento inmediato. El segundo distingue, en su Crítica de la razón pura, la intuición sensible e intuición intelectual.
Según algunas teorías psicológicas, se le llama intuición al conocimiento que no sigue un camino racional para su construcción y formulación, y por lo tanto no puede explicarse o, incluso, verbalizarse. El individuo puede relacionar ese conocimiento o información con experiencias previas, pero por lo general es incapaz de explicar por qué llega a una determinada conclusión. Las intuiciones suelen presentarse más frecuentemente como reacciones emotivas repentinas a determinados sucesos o sensaciones que como pensamientos abstractos elaborados.
Enfoques racionales de la intuición
Algunos teóricos creen que la intuición es un conocimiento inconsciente que pese a no ser un conocimiento racional, se sabe que la intuición influye en la manera en que se elaboran estructuras tan racionales como el conocimiento científico.
Existe un enfoque en la filosofía de las matemáticas llamado intuicionismo, que es una forma de constructivismo.
Según Burke y Miller la intuición sería la solución de problemas realizada de modo inconsciente y basada en el conocimiento acumulado por la experiencia cotidiana, la actividad profesional específica y la formación académica. Es decir, que la intuición no es una facultad distinta a la actividad racional y creativa ordinaria; su diferencia radicaría en que el proceso que da lugar a su realización práctica se llevaría a cabo mediante una intervención automática del subconsciente, en el que éste seleccionaría la información guardada en la memoria relevante en cada situación particular.
Desde la psicología cognitiva y la psicología analítica
Jean Piaget en su obra Seis estudios de psicología , considera la intuición como una de las etapas del desarrollo mental en la primera infancia. La define como una simple interiorización de las percepciones y los movimientos bajo la forma de imágenes representativas.
La intuición es comprensión sintética, es el primer indicio de una profunda unificación subjetiva. La manera más útil de desarrollar la intuición es mediante la interpretación de los símbolos.
Para Carl Jung se necesitan símbolos "mágicamente" efectivos, que contengan aquellos analogismos primitivos que hablan a lo inconsciente. Sólo mediante el símbolo puede lo inconsciente ser alcanzado y expresado.
Esa función del símbolo en el desarrollo de la intuición la define Howard Gardner como inteligencia intrapersonal, como la habilidad para plasmar los sentimientos en códigos simbólicos.
Algunos autores entre ellos Gerd Gigerenzer argumentan que habitualmente se desarrollan muchos procesos mentales en el cerebro que perciben y elaboran deducciones inconscientes o en un sentido más biológico ponderaciones condicionadas por los prejuicios cognitivos donde solo el resultado pasa a ser consciente. Al conocer el resultado de forma consciente y no el como se ha llegado a este la persona interpreta ese resultado como una intuición o además debido a factores evolutivos como un resultado acertado. Este proceso natural es una herencia evolutiva que permite una rápida conclusión que no entre en conflicto con la voluntad o consciencia del individuo.Otros autores asocian este factor evolutivo a la selección puesto que aquellos cuyo resultado inicial más rápido les parece correcto reaccionan también con mayor velocidad y en condiciones de competencia esto puede ser una ventaja, independientemente de la veracidad de la información o de como se ha llegado a este. La intuición por tanto no deja ser una forma de prejuicio cognitivo. Con frecuencia es necesario saber solo el resultado, puesto que así se evita el gasto energético de deducirlo conscientemente. Sin embargo, este modo de razonamiento aunque eficiente evolutivamente no lo es cuando la respuesta inmediata no es necesaria. La consciencia es la forma que tenemos los humanos de manejar mediante la lógica (reglas demostradas correctas sobre y con la experiencia) y la experiencia (datos de entrada del mundo definido por nuestros sentidos) eficientemente a nuestro ambiente. Las reglas de la lógica no son las únicas reglas que han sido usadas puesto que a lo largo de la historia se han usado diferentes reglas o normas ideadas por diferentes estamentos sociales para dilucidar lo que es verdad y lo que no es verdad a partir de nuestros sentidos. Véase epistemología y método científico.
Por otro lado la intuición analizada desde la perspectiva de la lógica no conduce a un resultado necesariamente falso o falaz aunque el modo de razonamiento con el que se ha llegado a este puede que si lo sea. El no conocer el modo de razonamiento nos hace entrar en la falacia ad ignorantiam (prejuicio cognitivo) impidiendo saber si el método que realiza nuestro cerebro inconscientemente es correcto o no. Esto es así puesto que el saber o conocer cómo se ha llegado al resultado permite la sistematización automatización y verificación del patrón de razonamiento. Una vez conocido este patrón se puede probar y verificar si es cierto para todos los casos. La verificación es muy importante ya que permite evitar el auto-engaño y aproximarse a la verdad. Por tanto, se hace necesario desde una perspectiva sosegada analizar e intentar descubrir como el cerebro ha llegado a dicha conclusión con los datos que posee. De esta forma se pasa de la intuición a la deducción. Así el modo de razonamiento puede salir a la luz para mejorarse y/o modificarse.
Esoterismo
En el esoterismo y lo paranormal consideran que ciertas instancias de intuición son en realidad una manifestación de capacidades extrasensoriales, por ejemplo, precognición o telepatía. Que se desarrollan, mediante la meditación pero a la vez puede traer trastornos de personalidad como es el caso de la hiperactividad o la revelación del maya de los sentidos, más conocido como ilusión o espejismo.
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