jueves, 3 de octubre de 2019
¿Quiénes fueron los Merovingios?
Una vez que cayó el
Imperio Romano de Occidente, los bárbaros germanos tuvieron ocasión
de expandir su poder durante buena parte del siglo V. Tanto visigodos
como francos se establecieron en el territorio de las Galias,
sembrándola de pequeños reinos y abonando la semilla de lo que
luego sería Francia. Fue a mediados de este siglo cuando se inicia
la dinastía Merovingia, con la llegada de Meroveo y cuyo breve
reinado (entre el 448 y el 457) se produjo a la par que uno de los
momentos más importantes de la historia europea, la caída de Atila.
A finales del siglo
V, Clodoveo, descendiente de Meroveo, consigue vencer a los alamanes
en una difícil batalla. Tal es su convicción de que ha sido una
victoria milagrosa que decide convertirse al catolicismo en el año
496, en parte también influenciado por su cristiana mujer, Clotilde.
Poco después, en el año 507, se alza victorioso en una batalla
contra las tropas del rey visigodo Alarico II en la batalla de
Vouille, dejando a éstos relegados a la Septimania y a la Península
Ibérica, donde continuarían hasta la llegada de los musulmanes en
el 711.
Tras haber librado a
las Galias de los alamanes y los visigodos, los merovingios dieron
algunas muestras de poder mediante la unificación de territorios
llevados a cabo por Clodoveo I y Dagoberto I. Pero su esplendor no
duró demasiado, ya que los merovingios no guardaban demasiado amor a
la política o a las responsabilidades del trono, las cuales
delegaron en sus mayordomos reales.
De la debilitación
del poder real en favor de los mayordomos y secretarios de palacio
finalmente llegó la tragedia en forma de golpe de Estado. Este fue
el fin de los merovingios y el inicio de la dinastía Carolingia, de
la que salieron personajes como Carlos Martell, Pipino el Breve
(llamado así por su corta estatura) o Carlomagno.
En estos últimos
años, ha parecido resurgir con fuerza el mito de la dinastía
merovingia, como guardiana del Santo Grial y de la linea de sangre de
Cristo (la cual también se asoció a los Caballeros Templarios)
desde tiempos inmemoriales ¿A qué se debe esto? Novelas como “El
Enigma Sagrado” de Michael Baigent y Richard Leigh, “El Último
Merovingio” de Jim Hougan o el afamado “Código Da Vinci” de
Dan Brown han rescatado la idea de que el Santo Grial pueda estar en
alguna parte de Languedoc, en Francia y de que la dinastía fundadora
sería de esta manera más legítima que ninguna.
También nos
presentan a los católicos merovingios como los guardianes en el
tiempo de dicha reliquia, sugiriendo que la familia real francesa
pudo estar emparentada con el mismo Cristo, y así todas las familias
reales europeas compartirían de alguna forma, reminiscencias de la
mezcla de sangre.
Lo cierto es que el
último merovingio, al menos legítimo, fue Childerico III, cuyo
reinado duró entre los años 742 y 751, y que fue depuesto por el
Papa Bonifacio y por Pipino el Breve. Childerico pasó sus últimos
días como recluso en un convento (Saint Omer), hasta su
fallecimiento en el 756, llevándose a la tumba la verdad sobre su
supuesta misión de proteger el linaje de Cristo.
Hace unos años, con
la llegada de una organización llamada Priorato de Sión, su
fundador Pierre Plantard llegó a afirmar que él mismo era
descendiente de Cristo y de los Merovingios, lo cual le granjeaba el
derecho a restaurar la monarquía en Francia y además, coronarse
como monarca de la misma.
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