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Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



domingo, 11 de noviembre de 2018

Objetos Malditos


Existen objetos que tienen tras de sí infranqueables maldiciones. Tal es el caso del Diamante de la Esperanza, del Zafiro Púrpura de Delhi y del coche de James Dean. Pero también hay otros objetos que son malditos en el sentido de traer malas energías: muñecos vudú, cráneos, símbolos satánicos, etc…

Un objeto maldito es algo que puede comprenderse de las siguientes formas: o bien como un objeto que simplemente atrae mala energía; o ya, en sentido estricto, como un objeto que atrae mala energía y está ligado a una maldición concreta. Un aspecto muy importante es si el objeto ha sido o no infestado, pudiendo esa infestación ser ejercida por un ente astral sin conciencia (una larva astral, por ejemplo), o por un espectro consciente, o inclusive por un demonio… En todo caso, la intensidad de la mala energía atraída por el objeto, puede ir desde manifestarse en la simple “mala suerte”, hasta manifestarse en la muerte de quien posee el objeto, ocurriendo esto último prácticamente siempre en objetos que han recibido una maldición concreta.

Existen diversos criterios para clasificar a los objetos malditos. Uno de ellos es el carácter individual o el carácter genérico del objeto: de ese modo, el auto de James Dean pertenecería a la primera clase, mientras que las estatuillas de Satanás y los muñecos de vudú a la segunda clase. Otro criterio de clasificación, muy usado por los versados en el tema, es el de objetos que sufrieron una maldición por ser usados en magia negra, y el de aquellos que no participaron en forma alguna de magia pero están vinculados a un espíritu.

En el primer caso, el practicante de magia negra establece deliberadamente una maldición sobre el objeto. Aquí siempre la maldición busca perjudicar a una persona o a un grupo de personas. Generalmente ocurre lo primero, y en tal caso el practicante de magia negra suele buscar un objeto que, a partir de un vínculo con el blanco de la maldición, sea propicio para detentar la maldición. El ejemplo paradigmático es el muñeco de vudú, pues el hechicero busca siempre cabellos, restos de uñas, sangre, pelo o algún otro elemento que sirva como puente energético, tal y como puede ser un anillo (suponiendo que lo consiga) o algún otro objeto que la víctima pensada use con frecuencia. Teóricamente, el o los elementos usados como puente energético entre la representación (muñeco) y lo representado (persona), estarán ligados astralmente con la persona, por lo cual, en conjunción con el proceso a seguir (pasos del ritual, visualizaciones), permitirán que lo enviado al muñeco termine llegándole, en mayor o menor medida, a la persona destinataria de la maldición… Ahora bien: ¿de qué forma esto hará que el muñeco de vudú sea un objeto maldito en general y no solo para la persona destinataria de la maldición? La explicación está en que prácticamente siempre hay espíritus o demonios que ayudan al hechicero en el proceso, y que para tal propósito colocan sus energías en el muñeco, de modo que éste sigue representando un imán de calamidades para quienquiera que lo tenga cerca.

En el segundo caso, el de los objetos que no han participado en magia negra pero están ligados a una entidad espiritual negativa (un mal espíritu o un demonio), vemos que por lo general ese vínculo (entre el objeto y la entidad) se ha producido porque, antes de que existiese, el objeto ya tenía malas energías (energías de los bajos planos astrales), las cuales resultaban atractivas para la entidad. Esto suele darse cuando el objeto ha permanecido mucho tiempo en lugares repletos de vibraciones espirituales oscuras, tales como sitios de culto satánico, lugares donde se hacía magia negra, casas encantadas, etc. Pero también, aunque el objeto no haya permanecido en ese tipo de lugares, puede terminar siendo infestado por haber estado muy vinculado a alguien que fue poseído o perseguido por demonios o por espíritus malvados. Sin embargo, las anteriores no son las únicas posibilidades. Podríamos, por ejemplo, imaginar el caso de un asesino serial que mataba siempre con el mismo cuchillo, dejándolo tan impregnado con su energía que éste se vinculó con el asesino al punto de que luego de su muerte, el cuchillo se transformó en un potencial imán de su presencia, y de crímenes semejantes en quien deviniese en su nuevo dueño. En cuanto a casos reales, se sabe de familias que viajaron y trajeron figurillas que se usaban en cultos paganos donde se invocaban espíritus: así, al dejar las figurillas en sus hogares, éstas terminaron por desatar actividad paranormal vinculada a los espíritus con cuyas invocaciones estuvieron asociadas. Y es que, y es preciso aclararlo, no es necesario que la entidad representada por la figurilla sea real: basta con que se emplee la figurilla en actividades de invocación, pues esto funciona como un imán para espíritus malos o poco evolucionados.

Cosa aparte es cómo deshacerse de un objeto maldito, ya que: si se lo bota o se lo deja en otro lugar, muy probablemente el objeto regresará misteriosamente, o si tenía un espíritu vinculado, es bastante posible que el espíritu no se vaya; si se lo quema, o bien no se quema bien y sigue influyendo, o bien su efecto no cesa del todo, al menos por cierto tiempo. Por eso, el demonólogo Lou Gentile recomienda tomar el objeto, adjuntarle una nota que explique el problema, y depositarlo a las puertas de alguna iglesia, preferiblemente evangélica, pues los evangélicos suelen dar más importancia a estos asuntos que los católicos.

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CELEBRES OBJETOS MALDITOS

El Diamante de la Esperanza

La leyenda sitúa el origen de esta gema en la India, donde se cree que estaba engarzado en una estatua de la diosa Sita, dentro de un templo de dicha deidad. Pero el diamante fue robado, y no se supo de él hasta los años 1660-1661, fecha en que el mercader francés Jean Baptiste Tavernier lo adquirió y se lo vendió al rey Luis XIV de Francia, en el año 1669, a cambio de 220.000 libras.

Se cree que el diamante tenía una maldición, a consecuencia de la cual, tras venderlo, Tavernier terminó quebrando económicamente y huyendo a Rusia, donde murió de frío y su cadáver fue encontrado mordisqueado por las ratas…

En cuanto al rey Luis XIV, éste guardó el diamante en un cofre, y en 1691 la gema apareció cuando se hizo un inventario del tesoro real. Fue allí que Madame de Montespan, amante del rey, se encaprichó con el diamante e insistió hasta que el rey se lo dio: grave error, ya que en poco tiempo cayó en la miseria y en 1707 murió en el olvido. Además, en los últimos años del siglo XVII Francia sufrió plagas y epidemias, lo cual fue adjudicado al diamante, aunque evidentemente es una exageración desproporcionada. Volviendo a Luis XIV, éste le mostró el diamante al embajador del Sha de Persia, en una visita efectuada el 7 de diciembre de 1715. Quizá por eso, él mismo murió sin que nadie lo esperase, y su sucesor (Luis XV) ordenó meter el diamante en un cofre, olvidándose de la joya; muy acertadamente, pues a él no le sobrevinieron desgracias.

Posteriormente, durante el reinado de Luis XVI, la esposa del rey, María Antonieta, se apropió de la joya en 1774, pero se la terminó prestando a la princesa de Lamballe. No se sabe si fue el diamante, pero los supersticiosos culpan a la hermosa gema por el hecho de que, en el contexto de la Revolución Francesa, María Antonieta, el rey y la princesa de Lamballe, fueron todos decapitados.

Ya en 1792, unos ladrones se apoderaron del diamante, pero el esplendor de la gema los impulsó a matarse por ella, y solo uno sobrevivió para quedársela hasta 1820, año en el cual se la mostró al tallador holandés Wilhelm Fals para que éste sacara dos joyas del diamante. La primera de esas joyas fue adquirida por Carlos Federico Guillermo, duque de Brunswick, quien tras adquirirla se quedó en la calle sin que hubieran pasado más de dos meses… La segunda fue tomada por el hijo del tallador Wilhelm Falls, quien la cogió “prestada” para vendérsela a un francés llamado Beaulieu, pero tras eso su padre murió de dolor, y entonces él se suicidó…

Asustado tras enterarse de todas las desgracias vinculadas a la gema, Beaulieu vendió la piedra a David Eliason, un curtidor judío, quien tras comprarla se enteró de la leyenda y se la vendió al rey Jorge IV de Inglaterra; el cual, ignorando las desgracias que ensombrecían el resplandor del diamante, lo incrustó en la corona que estaba haciéndose… He aquí donde se ve el poder de esta piedra maldita, porque el rey perdió la cordura en 1822, y murió ocho años después.

Muerto Jorge IV, aparece en escena el adinerado Sir Henry Hope, quien coleccionaba joyas pero no quería arriesgarse con el diamante, así que contrató a un grupo de rosacruces para que hiciesen una ceremonia mágica y exorcizaran a la joya. Ni siquiera los insignes rosacruces pudieron con la joya, que fue bautizada con su nombre actual tras la ceremonia de exorcismo que supuestamente había tenido éxito.

Creyendo que la gema era inocua, Sir Henry se la quedó y en 1901 la vendió a un norteamericano llamado Colot. Al parecer, la ceremonia rosacruz había servido pero solo para Sir Henry, porque Colot perdió su salud y su fortuna tras adquirir la joya, y desesperado se la vendió al príncipe Kanitowski, un noble ruso aficionado a las juergas, y dotado de una inmensa fortuna.

Kanitowski, mujeriego de vocación, fue a París y allí le regaló el diamante a una vedette (un tipo de bailarina), aunque después tuvo una pelea con ella y la mató a tiros… Tras recuperar el diamante, Kanitowski se lo vendió al griego Simón Montarides.

Poco después de adquirir la gema, Simón iba en un carruaje con su mujer y su hijo, pero el carruaje se cayó y todos murieron… Al parecer el diamante no estaba con Simón, porque luego Abdul Hamid II, rey de Turquía, lo adquirió, terminando por perder el trono en una revolución, y acabando sus días tras los barrotes de una prisión. Quien se apoderó del diamante después, desapareció en pleno océano, pero la gema no estaba con él y fue a parar bajo la custodia de un banco francés, el cual “misteriosamente” terminó por quebrar, antes de lo cual le vendió el diamante al director del Washington Post.

Tampoco el director del Washington Post fue perdonado por la joya, pues su esposa enfermó gravemente y su hijo fue atropellado por un carruaje… Temiendo cosas peores, vendió el aciago diamante a la familia Mac Lean.

Al igual que todos, los Mac Lean fueron castigados por el diamante: en 1918 uno de los hijos, de ocho años, murió atropellado, luego una hija murió por sobredosis de somníferos, y finalmente el padre de la familia se deprimió y terminó sus días en un manicomio… Miseria, el diamante dejaba miseria a donde fuera que estuviese: consciente de ello, la señora Mac Lean hizo guardar el diamante en una bóveda de seguridad, donde lo tuvo por 20 años hasta que su nieta Evelyn Wash Mac Lean falleció misteriosamente en Texas.

Finalmente el diamante fue vendido al experto en diamantes Harry Wiston, quien para no arriesgarse lo transfirió al Smithsonian Institute de Washington, donde aún permanece hasta nuestros días, encerrado tras una urna de cristal, cual si fuese un brillante asesino…

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El Diamante Koh-i-Noor

Este diamante, cuyo nombre significa “La Montaña de Luz”, tiene un pasado nada luminoso… Pesa 105 quilates, alguna vez estuvo entre los más grandes diamantes del mundo, y ha pasado por manos de gobernantes hindúes, mongoles, persas, afganos, sikh y británicos. Fue tomado como trofeo de guerra una multitud de veces, y todos sus propietarios perdieron el trono o cayeron en desgracia. La razón de eso está en la maldición que tiene, y que figura en un texto hindú del año 1306, fecha de la primera aparición confirmada de la joya. Dice así la maldición: ‹‹Quien posea este diamante dominará el mundo, pero también conocerá todas sus desgracias. Solo Dios, o una mujer, pueden llevarlo con impunidad››.

Debido a la maldición del diamante, se sugiere que, si el monarca que lo posee es hombre, debe entregárselo a su esposa. En todo caso, durante la colonización británica de la India el diamante fue a parar a la Corona Británica, cayendo en manos de la Reina Victoria, quien lo pudo portar impunemente porque era una mujer.

Actualmente el diamante sigue siendo propiedad de la Corona Británica, y se exhibe como atracción turística en la Torre Británica. India lo ha reclamado enfáticamente, pero Inglaterra nunca se lo devolverá.

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El Zafiro Púrpura de Delhi

Científicamente esta joya no es algo demasiado sorprendente, pero histórica y culturalmente sí. Se trata de una enorme amatista (confundida con un zafiro) de color púrpura, rodeada por un misterioso anillo de plata en que se ven símbolos astrológicos y palabras místicas; a los lados del anillo de plata que rodea la gema, están dos joyas escarabajo talladas juntamente.

Se cree que la joya es originaría de la India, que estaba en un templo de la diosa Indra en la ciudad de Delhi, hasta que fue robada en un motín (hecho por los ingleses…) durante el año 1857. Supuestamente, la piedra tenía una maldición que fue activada con su robo.

Después del robo, la piedra fue llevada a Inglaterra por el coronel W. Ferris, pero no pasó mucho tiempo que ya toda la familia del coronel padecía problemas de salud, y además la situación económica era terrible. ¿Sería la gema la culpable? Inicialmente el coronel no estaba seguro, pero cuando se la dio a un amigo y éste se suicidó incomprensiblemente, W. Ferris no dudó en el carácter maldito de la piedra.

Posteriormente, en el año 1890 la gema fue a parar a manos del autor Edward Heron Allen, amigo del famoso escritor Oscar Wilde. Edward creía que la gema estaba “triplemente maldita”, y eso que no era supersticioso y tenía una buena formación académica que incluía el conocimiento científico. Aún así, Edward no pudo evitar aterrarse cuando dos amigos suyos, interesados en tener la gema, murieron después de ser complacidos… Entonces la joya volvió a él, pero éste la lanzó a un canal porque no deseaba volver a verla. La odiaba, pero la piedra quería atormentarlo y en tres meses el operador de una draga la encontró, se la vendió a un joyero y el joyero se la devolvió tras reconocerla. En ese momento supo que la piedra tenía algo sobrenatural, y que lo perseguía, de modo que la guardó en una caja fuerte y la puso 14 años en custodia de unos banqueros, hasta que en 1904 nació su primera hija y, temiendo por la salud de la pequeña, se la dio al Museo de Historia Natural con la condición de que la caja no se abriese hasta transcurridos tres años de su muerte, sumado a lo cual estaba el que su hija nunca debería tocar la joya y peor aún tenerla.

En 1943 murió Edward y los banqueros le dieron la joya al Museo de Historia Natural. Tres años después, cuando la caja se abrió, encontraron una nota escalofriante junto a la hermosa gema: ‹‹Quienquiera que sea, luego de abrirlo deberá primero leer esta advertencia, y después podrá hacer lo que quiera con la joya. Mi consejo para él, es que la tome y la eché al mar.››

Después de leer la advertencia, el personal del museo puso en una urna a la gema, y allí estuvo hasta que en el 2004, con motivo de un evento, John Whittaker debió tomarla y llevarla a la Heron Allen Society. Ahí se vio que la maldición continuaba, porque durante el viaje surgió una terrible tormenta, la peor que John había visto en su vida. ¿Sería la piedra? No estuvo seguro hasta que le tocó transportarla por segunda vez, seguido de lo cual, tan rápido como si fuese un efecto, le dio un virus estomacal; y, por último, reafirmó sus sospechas cuando, tras tener que llevarla por tercera vez, le dio un cálculo renal…

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Los cuadros de los niños llorosos

Durante los años 70, surgió la moda de decorar las casas con cuadros de niños llorosos. El autor de los cuadros era supuestamente un tal Bruno Amadio, quien quizá era de origen italiano porque firmaba sus cuadros como “Giovanni Brangolin”.

Sobre el tal Bruno Amadio, existía la leyenda de que era un pintor que había pactado con el Diablo a cambio de fama y reconocimiento, pues ya a mediados del siglo XX sus cuadros eran muy populares y tenían cientos de reproducciones.

Lo terrorífico del caso surge cuando se empezaron a acumular historias de incendios en que lo único que quedaba a salvo de las llamas dentro de la casa calcinada, era uno de los cuadros de niños llorosos que Bruno Amadio creaba, aunque fuese copia y no original. Surgió así la leyenda de que, tener colgado uno de los niños llorosos de Bruno Amadio, equivalía a padecer la maldición de un incendio y de fenómenos paranormales.

La leyenda alcanzó su apogeo en los setenta, y con ello disminuyeron los pedidos de cuadros al punto de que dejaron de realizarse copias. En medio de ese ambiente de superstición, quienes tenían uno de esos cuadros lo destruían o lo guardaban. Inclusive, algunos decían que en ciertas fechas se podía pactar con el Diablo mirando fijamente a los ojos de uno de esos niños, y la imaginación popular voló tanto que se creó la historia del origen de la maldición. Esta historia afirmaba que Bruno había realizado el primero de esos cuadros en base a un niño sufriente de un orfanato, que después de hacer el cuadro el orfanato se incendió, todos murieron y solo el cuadro quedó intacto, albergando de alguna forma el espíritu del niño, y la huella energética del incendio…

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El auto de James Dean, “Little Bastard”

El lema de este fallecido actor era: “vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver”. Él cumplió su lema y murió demasiado temprano.

Todo comenzó cuando se rodaba la película Gigante, y James Dean compró un Porsche 550 RS Spyder, al que bautizó como “Little Bastard” (pequeño bastardo) y manejó aceleradamente el 30 de septiembre de 1955, muriendo al chocar con un Ford Tudor. Su acompañante, un mecánico y amigo del actor Rolf Weutherich, sobrevivió pero se fracturó una pierna y la clavícula.

George Barris, un tipo que había arreglado varios coches de famosos, se quedó con el Little Bastard a ver qué partes podía utilizar. La maldición comenzaba.

Cuando estaban bajando al Little Bastard con unas cuerdas, estas se rompieron y el coche cayó, partiéndole las piernas a uno de los mecánicos. Dos de las ruedas del Little Bastard se incorporaron después a un automóvil de carreras, y en medio de una competencia los dos neumáticos (justo los dos sacados del Little Bastard) estallaron, el coche se estrelló contra un vehículo rival, y el conductor estuvo varios días en coma. Eso podría ser pura coincidencia, pero George Barris también había vendido el eje de transmisión y el motor, cada uno a un conductor distinto. Ambos participaban en carreras de autos, y ambos murieron tras incorporar a sus coches las partes del maldito vehículo de James Dean.

Ahora sí que Barris estaba asustado, y vendió lo que quedaba (la carrocería y el chasis) a un museo de Sacramento; curiosamente, en una exposición el Little Bastard cayó del pedestal en que estaba, y le rompió la cadera a un joven visitante…

Preocupados de que la maldición sea cierta, los dueños del museo decidieron mandar al Little Bastard al desguace, donde finalmente sería destruido. Pero el Little Bastard era el rey de los bastardos, un objeto maldito entre los malditos: así, cuando el camión lo llevaba al desguace, un automóvil lo chocó, tan fuerte que, el conductor del coche que se estrelló contra el camión, murió enterrado, con el cuerpo justo debajo del Little Bastard, llamado también “Porsche del Averno”. Y es que, en última instancia, quizá ese otro nombre que James Dean le puso, fue lo que creó la maldición, lo que desató el Averno…

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La Piedra Maldita de Carlisle

Desde hace unos cuantos años, al pueblo inglés de Carlisle le han caído inundaciones, fiebre aftosa, altos índices de desempleo, y una indiscutible decadencia en su equipo de fútbol. Para las autoridades locales y la mayoría de pobladores, la culpa la tiene la “Piedra Maldita”, una gran roca en la cual yace grabada una maldición escrita en el año 1525.

El origen de la Piedra Maldita se remonta al año 2001, cuando el artista Gordon Young, por encargo del ayuntamiento, grabó sobre una gran piedra la maldición que, en el año 1525 y en base a varios libros, el arzobispo de Glaslow creó “contra los que osaran saquear, destruir o robar en sus territorios ”. Una maldición compuesta de 1069 palabras, inicialmente destinadas a los “bárbaros del norte, que hacían incursiones en la región”.

Tal parece que la maldición del obispo había estado dormida, a la espera de una materialización que le diese el poder para caer como una pesada roca sobre sus desconcertadas víctimas que, contrario a lo que esperaba el artífice del maleficio, no fueron “bárbaros” sino gente civilizada. Así, instantáneamente después de plasmarse en la gran roca, sobre Carlisle cayó la fiebre aftosa y el campo se regó con vacas muertas, luego vino un enorme incendio y cerraron muchas fábricas, después fue asesinado un niño, y finalmente, además de los fracasos del equipo local de fútbol, cayeron torrenciales lluvias que inundaron calles, parques y cultivos…

Por todo lo anterior, algunos políticos del pueblo han sugerido destruir la roca, pero el ayuntamiento se niega, ya que considera irracional tomar grandes decisiones en base a supersticiones. En todo caso, el psíquico israelí, Uri Geller, se ha ofrecido para exorcizar a la roca y liberar al pueblo de la maldición, aunque para eso solicita que le lleven la roca a su jardín, y sus vecinos se niegan tajantemente pues no desean la maldición cerca de ellos.

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La Mujer de Lem

La mujer de Lem es una escultura que data del 1500 A.C. y fue encontrada en Chipre en el año 1878. Su primer dueño fue un coleccionista inglés, y en 4 años él y toda su familia estaban muertos. Después, el siguiente propietario también murió a los 4 años de tenerla… Se la llevó entonces al Museo de Edimburgo, y a los cuatro años el encargado del museo murió. Según parece, la estatua tiene una maldición asociada al 4, hecho que quizá esté vinculado a los 4 arcos de sus orejas y a los 4 collarines de su cabeza.

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OBJETOS MALDITOS DE CARÁCTER GENÉRICO

Ahora vamos a conocer distintos tipos de objetos malditos, aunque estos no son objetos malditos en sentido estricto; o, en otras palabras, no tienen una maldición concreta, sino que simplemente traen mala energía, aunque esto no debe tomarse a la ligera, pues esa mala energía puede acarrear desgracia y enfermedad en ciertos casos. Sin embargo, es necesario aclarar que, a muchos de los objetos presentados, se les atribuye mala energía en base a simples supersticiones.

Plantas que traen mala energía:

– El Cordatum

– La Corona de Cristo

– El Potus

– La Batata

– Cualquier planta con espinas

Nota: No hay una base racional para atribuir mala energía a estas plantas; y, como puede verse en lo de “cualquier planta con espinas”, la creencia en la mala energía de la planta suele estar asociada a las connotaciones propias de ciertos aspectos de la misma: eso, por ejemplo, se da con la propiedad de tener espinas, puesto que las espinas están asociadas al dolor.

Objetos que traen mala energía a nuestro hogar según el Feng Shui:

objetos-malditos-mirrorCualquier objeto roto: Se cree que, cuando un objeto se daña, pierde su forma y su función, y con ello su energía, resultando en un factor de desequilibrio y/o desgaste energético en el entorno.
Cristales deteriorados: La explicación anterior es particularmente válida para los cristales deteriorados (golpeados, rajados, astillados, destrozados), y sobre todo para los espejos rotos, más aún si se pone un espejo roto frente a otro espejo roto.
Zapatos dañados o que nunca se usan: A partir de los mecanismos de circulación energética, se plantea que en los zapatos se acumulan las energías negativas de la gente, y cuando se tiene un zapato dañado o que nunca se usa, esta energía acentúa aún más su carácter negativo.
Libros dañados: Esto se desprende del principio de los objetos rotos, con la particularidad de que el libro, por tener plasmadas ideas, supuestamente (cuando está dañado) genera contaminación energética en un nivel más sutil.
Relojes dañados: Debido a que el reloj representa el paso del tiempo, se ha creído (supersticiosamente quizás) que un reloj dañado tiende a frenar nuestro progreso, el logro de nuestras metas.
Antiguedades: En este caso hay un buen fundamento para cuidarse del objeto. Ocurre así que las alhajas antiguas suelen estar cargadas con la energía de quien o quienes las poseyeron. Esa energía, como sabemos, es una impresión astral, y esa impresión astral comporta por lo general aspectos negativos, ya que casi seguramente la alhaja antigua estuvo en un ambiente donde se dieron conflictos y hubo sufrimiento. Por eso se recomienda someterlas a un proceso de depuración, que consiste en sumergirlas en agua con sal marina durante 24 horas, tras lo cual debe ponérselas bajo el sol tres horas seguidas.
Elementos o aparatos médicos: Cuando estos artefactos han pertenecido a un enfermo, se recomienda no guardarlos a menos que se los necesite, ya que tienen depositada la energía astral propia de los padecimientos de salud del enfermo que los tuvo.
Cunas: Se cree que las cunas de bebés deben sacarse o guardarse cuando no se las necesita, pues de lo contrario dificultaran el crecimiento del niño. Como ven, aquí el fundamento es más de tipo psicológico que esotérico, puesto que tiene que ver con la percepción que el niño tiene de lo que la cuna representa.
Muebles de madera viejos, quebrados o derruidos: Esto se desprende del principio de los objetos rotos, con la particularidad de que son especialmente nocivos en tanto que tienden a ser frecuentemente empleados.

Fotos o papeles vinculados a situaciones dolorosas: Aparte del evidente fundamento psicológico (ver la foto, o leer el papel, hará que revivamos el dolor), se cree que estos objetos encierran, en gran medida, la energía astral de lo que representan. Así, no conviene guardar cartas de rupturas sentimentales, por ejemplo.
Cenizas de familiares o seres queridos: Desde un punto de vista energético, esto es semejante a guardar un cadáver, e incluso puede ser causa de actividad paranormal.
Cintas, fajas y crespones de velatorio: Estos objetos conservan la huella astral correspondiente al sufrimiento que se vertió mientras se estaba en el velatorio y se los usaba.
Pan desperdiciado: nunca se debe tirar el pan, ni arrojarlo a la basura. Bíblicamente se lo considera sagrado. Arrojar pan trae pobreza y problemas económicos en general. Si sobra, se procede de la siguiente manera: en primer lugar se lo moja, para que no se pueda comer. Luego se lo coloca en una bolsita de plástico y se lo deja al aire libre durante 24 horas. Recién después de este procedimiento se lo puede arrojar a una bolsa de residuos.
Ópalos: Supuestamente traen interferencias, desgaste o inestabilidad energética, sobre todo si son azules, rojos o negros. Pero debe advertirse: con casi toda seguridad, esto es pura superstición.
Exceso de color negro: El negro absorbe energía, por eso las velas negras se usan para drenar energías negativas del lugar en que se prenden. Psicológicamente el negro está asociado a cuestiones negativas, y eso, sumado al carácter que tiene a nivel energético, hace que definitivamente sea perjudicial tener exceso de negro donde vivimos. El negro está asociado a aspectos emocionalmente dolorosos, y una muestra de eso es que en los sueños de la gente deprimida el negro tiene mayor presencia que en los sueños de la gente no deprimida.
Pirámides mal orientadas: Las pirámides deben estar orientadas hacia el norte y preferiblemente deben estar cerca de sitios bien iluminados (al pie de ventanas por donde entra el sol, por ejemplo). Esta creencia se basa en la vibración producida por la estructura geométrica de la pirámide, y en la relación de esto con los polos magnéticos de la Tierra.
Objetos de mar: En Fenhg Shui se cree que el mundo marino tiene una energía particular distinta del mundo terrestre, y a partir de eso se plantea que, tener caracoles y otras cosas así, constituye un factor de perturbación energética.
Animales disecados: Se cree que la muerte y los procesos propios de ésta tienen una energía particular, por lo que tener animales disecados equivale a guardar la energía de cadáveres.
Plantas, flores secas, plantas de exterior puestas en el interior: Se plantea que todas estas cosas drenan energía del entorno, y esto parece no ser una superstición, ya que es el fundamento a partir del cual en algunos libros se recomienda abrazar árboles para descargar nuestra energía negativa.

Cualquier tipo de símbolo, imagen o figura vinculada al Satanismo: Los símbolos suelen tener, aunque sea en un mínimo, la energía de lo que representan, y lo mismo ocurre con las imágenes y las figuras. Por eso es recomendable no tener representaciones de cosas pertenecientes al mundo del satanismo. Esto rige particularmente para símbolos, imágenes o figuras que han sido usadas en rituales.

Cráneos, huesos u otros elementos de personas difuntas: Esto ya se explicó arriba, pero cabe mencionar que es particularmente peligroso tener restos de difuntos humanos, ya que están fuertemente asociados a la energía de la persona fallecida, y pueden en algunos casos desatar actividad paranormal, o contaminar energéticamente el lugar si el difunto fue alguien malo (un ladrón, un asesino, un narcotraficante, etc).

Objetos que estuvieron muy vinculados a alguien malvado: Estos objetos tienen huellas astrales muy fuertes de sus antiguos portadores, y estas huellas astrales pueden influir en nuestra aura y, a través de ella, en nuestras emociones y conducta.

Muñecos de vudú: Aquí nos referimos a los muñecos de vudú que han sido usados en rituales o que han sido hechos para ser usados en rituales, aunque aún no se hayan usado. No nos referimos a meras representaciones, como las que podrían usarse para exposiciones en museos. En cuanto a la explicación, ya ha sido expuesta anteriormente.

Objetos vinculados a ciertos cultos paganos en los que se invocan espíritus: Estos objetos son peligrosos porque muchas veces se han empleado en invocaciones y han terminado asociados a determinados espíritus. No es, como creen los evangélicos, que estos objetos representan a dioses falsos que en realidad son demonios. Las entidades que representan simplemente (al menos en la gran mayoría de casos) no existen, pero eso no quita que no estén asociados a la entidad que, a un nivel astral, se ha generado por la fe que las personas del culto tienen. Esta entidad no es un ente dotado de voluntad y conciencia (a menos que se haya generado un tulpa, pero eso solo sucede si han intervenido personas psíquicamente dotadas), sino una estructura energética asociada a determinados patrones psíquicos. Sin embargo el peligro principal de estos objetos no está en lo indicado antes, sino en el hecho de que, como se señaló en los comienzos del artículo, usualmente ciertos espíritus (del bajo astral) acuden cuando se realizan los rituales, y terminan depositando su energía en los objetos empleados durante el proceso ritual.

El Arcángel Metatrón


Metatrón, en cualquiera de las visiones que existen sobre él, es el más poderoso de entre todos los arcángeles, lo cual está expresado en su título de “Pequeño Yahvé”. Según la mitología judía, fue el primer ser creado por Dios; según la creencia general, fue el patriarca Enoc, transformado en ángel por Dios.

INTRODUCCIÓN

Surgido en los textos medievales de los cabalistas, Metatrón es un arcángel sobre el cual se han dicho múltiples cosas, algunas veces incompatibles entre sí. Así, hay quienes dicen que es el segundo ser más importante en el cielo después de Dios, y que se sienta a la izquierda (Cristo está a la derecha) del Padre; mientras otra teoría, parcialmente en base al mismo hecho, dice que Metatrón es Satán, El Adversario; o bien, pasando a otro punto de debate, unos creen que Metatrón fue humano y que en su vida humana fue el profeta Enoc, mientras otros piensan que no fue humano y hay quienes dicen que es el más antiguo de los arcángeles. Como se ve, la figura de Metatrón permanece envuelta en la niebla del debate esotérico; y es que, de hecho, éste arcángel es fundamentalmente una figura del misticismo y el ocultismo, que ha sobrevivido al paso de los siglos y actualmente ha sido rescatado por el movimiento de la Nueva Era; ya que, en lo que respecta a su naturaleza en el marco de la fe, Metatrón no es aceptado ni por el Catolicismo ni por ninguno de los movimientos protestantes, ya que nunca aparece explicitamente en el Antiguo Testamento o en el Nuevo Testamento.

ETIMOLOGÍA

metatron1El nombre Metatrón nunca ha sido definitivamente explicado, ya que al parecer no tiene una etimología clara. Unos creen que deriva de la palabra hebrea para “guardián de la entrada”, mientras otros plantean que proviene de la expresión griega para “aquel detrás del trono”, significado éste último que tiene mayor popularidad aunque no mucha aceptación entre los especialistas. Por otro lado, se ha propuesto que el nombre puede estar vinculado a los términos latinos metator (“mensajero”) y mitator (“explorador de las legiones”), aunque en ese caso no se explicaría cómo los términos latinos habrían derivado hacia Metatrón, nombre al que no le corresponde ninguna palabra hebrea en particular…

Algo que complica aún más el asunto es la cantidad de variaciones (Methraton Meetatron, Metrator, Merattron, etc…) que existen para el nombre. En ese marco, Odeberg lanzó la aguda hipótesis de que Metatrón podría ser la metonimia de una frase judía cuyo significado sería el de “pequeño YHVH”, esto es, “pequeño Yahvé” o “pequeño Jehová”, ya que era ese el título que se le daba al arcángel, por estar imbuido en una gloria semejante a la de Dios, único ser por encima de él.

Con respecto a lo anterior, resulta interesante y contundente un diálogo del libro de Enoc, en el cual se plantea claramente la identidad entre Metatrón y Enoc:

‹‹Dijo Rabí Yismael: En aquel momento, pregunté a Metatrón el ángel, el príncipe de la presencia:

— ¿Cómo te llamas?

Me respondió:

— Tengo setenta nombres, que corresponden a las setenta lenguas existentes en el mundo, y todos ellos están basados en el nombre de mi rey, el Santo, bendito sea, pero mi rey me llama “joven”.

Dijo Rabí Yismael: Pregunté a Metatrón:

— ¿Por qué eres llamado con el nombre de tu creador, con setenta nombres? Y siendo tú el más grande de todos los príncipes, el más elevado de todos los ángeles, el más amado entre los siervos, el más honorable entre los ejércitos y el más excelso de todos los poderosos en cuanto a realeza, magnificencia y gloria, ¿por qué te llaman “joven” en los altos cielos?

Respondió diciéndome:

— Porque soy Henoc ben Yared››

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ASPECTO

A nivel de iconografía oficial, la única imagen canónica es la que proviene del mito de Metatrón-Enoc; pues hay tres propuestas sobre el problema de quién es Metatrón: 1) Metatrón es el ángel primordial, creado por emanación directa de Dios, 2) Metatrón es el profeta Enoc después de experimentar su transformación divinizante, 3) En el cielo coexisten los dos Metatrones anteriores, siendo el Metatrón-Enoc (de seis letras en su nombre) uno de gloria menor al Metarón-primordial (de siete letras en su nombre). Volviendo a nuestro tema, se cuenta que, cuando Dios transformó al profeta Enoc luego de escogerle entre los mortales, le convirtió en un ser de fuego divino con 72 alas y 365000 ojos. Al respecto, el Libro de Enoc cuenta que Metatrón le narró a Rabí Yismael su experiencia del siguiente modo: ‹‹Cuando me tomó de entre los pertenecientes a la generación del diluvio, el Santo, bendito sea, me hizo ascender en las alas del viento de la Sekinah al firmamento altísimo y me introdujo en los grandes palacios que están en alto del firmamento de Arabot (…). Antes de designarme para atender el trono de la gloria, el Santo, bendito sea, abrió para mí trescientas mil puertas de inteligencia, trescientas mil puertas de prudencia, trescientas mil puertas de vida, trescientas mil puertas de (…). Entonces el Santo, bendito sea, me añadió sabiduría sobre sabiduría, inteligencia sobre inteligencia, prudencia sobre prudencia, conocimiento sobre (…). Después de concederme todas esas cualidades, puso el Santo, bendito sea, su mano sobre mí y me bendijo con 5360 bendiciones. Crecí y aumenté de tamaño tanto como lo que mide el mundo a lo ancho y a lo largo. Él hizo que me salieran setenta y dos alas, treinta y seis a un lado y treinta y seis al otro, siendo cada una de las alas como el contenido del mundo. Fijó en mí 365000 ojos, y cada uno de ellos era como la luminaria mayor, y ningún tipo de esplendor, brillo, hermosura o belleza que se encuentre en todas las luces del universo dejó él sin fijar en mí.››

Ahora bien, resulta fácil intuir que el aspecto de Metatrón tiene en gran medida un carácter simbólico. Así, y partiendo de que se piensa que Metatrón es un serafín, vemos que normalmente los serafines tienen 3 pares de alas, mientras que Metatrón tiene 36, que equivale a multiplicar 3 por 12, siendo 12 el número de las tribus de Israel, el número de Israel en cierto sentido. A su vez, 36 por 2 da 72, que es el número de los nombres divinos pues, a partir de ciertos métodos de numerología cabalística, se puede y se ha derivado el 72 del “YHVH”, o nombre divino conocido como el “Tetragramatón”, de modo que el 72, en cierta forma, representaría a Dios, lo cual resulta pertinente si tenemos en cuenta que a Metatrón se le denomina “Pequeño Yahvé”. Finalmente, sabido es que Metatrón es el ángel-escriba, el detentor de secretos cósmicos. De él se ha dicho que posee una enorme sabiduría, y eso estaría simbolizado en el hecho de que tiene 365000 ojos, siendo que 365 es el número de días del año, 1000 representa a la totalidad entre sus significados y, por ende, 365000 puede interpretarse como la totalidad del tiempo; de modo que, si tiene 365000 ojos y el ojo simboliza a la conciencia, esto se puede interpretar como una clarividencia capaz de ver en todos los tiempos por venir.

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ORÍGENES

Metatrón no aparece en el Tanaj (24 libros de la Biblia Hebrea, Antiguo Testamento para los cristianos) ni en el Nuevo Testamento, y su surgimiento se remonta al Libro de Enoc; el cual, tal y como hoy se conoce, fue editado en el siglo I de nuestra era, y sus partes fueron escritas entre el siglo III a.C. y el I. d.C. No obstante, hay tres versiones más (menos conocidas e importantes), cuyos periodos de composición más tardíos se remontan al siglo V de la era cristiana.

Ahora bien, no fue sino entre los siglos XII y XIII cuando, en el marco de las teorías cabalísticas, Metatrón empezó a cobrar una gran importancia, particularmente en relación al misticismo. Eso no quiere decir que antes no se le tomara en cuenta dentro de los judíos, pues sí tenía presencia y de hecho, como apuntan algunos críticos cristianos, Metatrón es en gran parte el producto-expresión del rechazo de los judíos hacia Cristo; pues estos, según los mencionados críticos, habrían acudido a Enoc y lo habrían divinizado para así, tal y como los cristianos hicieron con Jesús, divinizar a una figura humana y ponerla en el estatuto de un segundo ser divino después de Dios, cosa que queda claramente reflejada cuando se ven las semejanzas que existen entre el título de “El Hijo del Hombre” (para Jesús) y el título de “Pequeño Yahvé” o “Joven Yahvé” para Metatrón-Enoc.

FUNCIONES

El escriba divino:

Metatrón es el escriba divino, el ángel que custodia importantísimos y numerosos secretos sobre la Creación e incluso, según ciertas fuentes, conocería el día del juicio final. Es él quien lleva el registro de las acciones humanas, de los méritos y deméritos individuales y sociales, de modo que él se encargaría de determinar quiénes estarían en la “lista de la vida”, pudiendo así aspirar a la vida eterna, a la salvación. Es por este papel de escriba que a Metatrón, según se cuenta, se le concede el privilegio único de estar sentado (los demás deben estar parados) en presencia de Dios, a su izquierda, estando Cristo a la derecha: esto, claro está, no en el judaísmo sino en ciertas creencias que presentan rasgos de sincretismo religioso y que prácticamente siempre tienen un carácter esotérico; como, por ejemplo, el enorme abanico de movimientos dentro del llamado New Age o Nueva Era. Así, es justo en el marco de este tipo de creencias donde Metatrón y la reencarnación se fusionan y entonces, de su función como escriba, Metatrón pasa a ser el guardián de los registros akásicos, los cuales son un registro (compuestos por energía imperecedera, incorruptible) de absolutamente todo lo sucedido desde el inicio de los tiempos y, por ende, un registro donde se guardan las vidas pasadas de cada individuo, siendo así potenciales catalizadores de iluminación y progreso espiritual para aquel que pueda descubrirlos, cosa que para algunos se podría lograr solicitándole a Metatrón la ayuda para salir en un viaje astral, visitar los registros y regresar al cuerpo físico sin olvidar lo aprendido, puesto que generalmente este tipo de viajes se olvidan o simplemente son inconscientes (en este caso, evidentemente no habría visita a los susodichos registros).

El ángel patrón de los niños:

Metatrón es el ángel patrón de los niños, debido al papel que el Zohar le da como el ángel que, en medio del desierto, guió al pueblo de Israel hacia la Tierra Prometida. Se cree, en base a eso, que Metatrón guía a los niños tanto en la Tierra (simbolizada por el desierto) como en el Cielo (simbolizado por la Tierra Prometida). Según las creencias de la Nueva Era, en tanto patrón de los niños él ayudaría particularmente a los llamados “niños índigo” y “niños cristal”, socorriéndolos con su sabiduría para que puedan superar los obstáculos de su evolución espiritual. Pero, sea que se trate de estos niños o de niños comunes, los padres pueden pedirle a Metatrón que guíe a sus niños, y éste de seguro accederá siempre y cuando la guía sea en pro del progreso interior o incluso del desarrollo de habilidades psíquicas…

Jefe de los ángeles de la muerte:

Debido a que Metatrón fue humano (Enoc), la Angeología lo asocia a Gabriel y Samael en sus roles de ángeles de la muerte. Por ello, Metatrón habría de supervisarlos cuando éstos ejercen su ayuda para que, en el proceso de la muerte, las almas de los humanos puedan pasar del plano físico al plano espiritual, siendo este un tránsito difícil en el que generalmente el alma experimenta cierto grado (variable) de confusión con respecto a cosas como dónde se encuentra, cómo se encuentra, qué es lo que ve, y qué es lo que debe buscar y cómo debe buscarlo…

Ángel iluminador:

También en parte porque fue humano, a Metatrón se le atribuye la función de dirigir la ascensión y activación del “cuerpo de luz” en el ser humano. Es particularmente aquí donde se percibe cómo su rol místico se ha adaptado a las creencias contemporáneas, ya que actualmente se habla de su ayuda para la “transformación”, la “purificación”, y el consiguiente ascenso de la conciencia en su paso de un “nivel de evolución” determinado a otro superior.

El jefe supremo de los ángeles:

Para los cristianos y para muchos judíos, el comandante de la milicia celestial sería el arcángel Miguel, pero muchos textos contemporáneos, “más especializados en mercadeo que en cosmología” según diría un crítico, lo colocan como el gran comandante de todos los ángeles (por encima de Miguel y Gabriel explícitamente) y como el líder de los ángeles de la muerte (dirigiendo así a Sariel y Remiel). Sin embargo este papel, aunque exagerado en los textos mencionados, sí tiene un fundamento bibliográfico sólido en el Libro de Enoc; cito pues las palabras que Metatrón le dijo a Rabí Yismael: ‹‹Todas estas cosas realizó para mí el Santo, bendito sea: me hizo un trono similar al trono de la gloria y extendió sobre mí una cortina de esplendor y brillante apariencia, de belleza, gracia y merced, semejante a la cortina del trono de la gloria, en la que todas las clases de luminarias que hay en el mundo fueron fijadas. Colocó el trono junto a la puerta del séptimo palacio y me hizo sentar en él. Y en cada uno de los cielos salió el heraldo para proclamar acerca de mí: “Éste es Metatrón, mi siervo, al que he colocado como príncipe y soberano sobre todos los príncipes de mi reino y sobre todos los hijos del cielo, a excepción de los ocho grandes príncipes, los honorables y temibles, que son llamados Jehová, por el nombre de su rey[2]”››

El puente entre Dios y los hombres:

En esa misma línea del esoterismo mercantil contemporáneo, Metatrón ha sido exaltado como el ángel encargado de llevar las oraciones a Dios (como si Dios, en su omnisciencia, necesitará que alguien le lleve las oraciones de sus hijos e hijas…), deviniendo así en un importantísimo puente entre Dios y la Humanidad. Sin embargo, existe otro sentido en el que este ángel conforma un puente entre Dios y los seres humanos, y este sentido es cosmológicamente mucho más interesante; a saber, se dice que el arcángel Uriel forma el primer extremo del puente entre lo humano y lo divino, representando a la esfera de lo material, mientras que Metatrón forma el otro extremo del puente, el del espíritu, siendo de ese modo el protector del umbral que media entre el reino de las formas (presente en la materia) y el reino trascendental y espiritual de la no-forma. Es pues por lo dicho anteriormente que a Metatrón le corresponde la sefirá Keter o Corona, la más elevada de todas las esferas del Árbol Cabalístico de La Vida.

¿ÁNGEL SEVERO O DEMONIO?

La condición de Metatrón como ángel severo empezó a tomar cuerpo entre los cabalistas medievales, ya que estos deseaban preservar la imagen de un Dios misericordioso pero a la vez querían conservar la verdad de los textos revelados. Entonces: ¿quién ahogó a los egipcios cuando se cerraron las aguas tras el paso del “pueblo elegido”?, ¿quién detuvo la mano de Abraham cuando iba a matar a Isacc?, ¿quién hizo cosas tan duras como calcinar Sodoma y Gomorra y guiar a los judíos contra sus enemigos bélicos al punto de ser llamado “Dios de los ejércitos”? La respuesta ya se intuye: Metatrón, el “Pequeño Yahvé”, un ángel llamado como su creador, coronado e investido de gloria al igual que su creador y, por lo tanto, confundible con el mismo…

De lo anterior se pasó a la sospecha de que Metatrón era el mismo ser que Satanás, y las razones eran estas: 1) se sentaba a la izquierda de Dios, simbolizando la izquierda al camino de Satanás y la derecha al camino de Dios, 2) Creó (al menos según cierta teoría) la materia, y para muchos gnósticos la materia se identificaba con el mal, mientras que el espíritu con el bien, 3) Es identificable con Satán a partir de que Satán, como la serpiente del Edén, tienta a Eva con el fruto del conocimiento, mientras que paralelamente, Metatrón es concebido como un ángel de sabiduría que entrega conocimientos ocultos a los hombres, conocimientos respectivos a secretos cabalísticos, geometría sagrada (el famoso Cubo de Metatrón, por ejemplo), etc. 4) Es un ángel que estuvo en presencia de Dios, y que es llamado “príncipe de príncipes”, al igual que el querubín del relato bíblico de Ezequiel, que según las interpretaciones viene a ser Lucifer.

EL CUBO DE METATRÓN

El “cubo de Metatrón” es una de las más famosas figuras de la Geometría Sagrada. Supuestamente el mismo Metatrón lo habría creado a partir de la energía de su propia alma. En cuanto a cómo se lo obtiene, tenemos que este cubo parte de tomar al llamado “fruto de la vida”, una figura sagrada compuesta por 13 circunferencias tangentes y congruentes, construidas a partir de un hexágono regular. Así, uniendo los centros de cada circunferencia con los centros de las demás circunferencias, se genera el Cubo de Metatrón, compuesto por 78 líneas. Eso en dos dimensiones, pues también, y aunque mucho más complejo, existe un proceso para derivarlo en tres dimensiones, aunque por definición un cubo es una entidad tridimensional, pero el lector sabe que aquí nos referimos a la expresión tangible del Cubo de Metatrón, y no al concepto en sí mismo. En todo caso, los esoteristas creen que aquel cubo funcionaría como una especie de acelerador cuántico en el cual “se despiertan leyes eléctricas de dimensiones superiores y por tanto procesos de transmutación y cura”

METATRÓN Y EL MISTICISMO CABALISTA

metatron-misticismoEn el “mapa medieval de los dominios espirituales”, existe algo llamado el Intelecto Agente, que es la esfera de unión entre la mente divina y la mente humana. En ese marco teórico, el místico y cabalista español del siglo XIII, Abraham Abulafia, emplea diversas y variadas fórmulas para indicar cómo cierta inmersión en la Torá —que incluye un dominio total de los modos de combinaciones de letras— es el sendero que conduce a la unión inherente a experimentar la esfera del Intelecto Agente. En cuanto a Metatrón, Abulafia lo introduce al plantear que la llamada “rueda de las letras” se encuentra bajo su jurisdicción, pues él es el ángel mencionado en Éxodo23, 20-21: ‹‹He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado. En él está mi Nombre››. Es pues en la última línea citada donde el Talmud ve una alusión al nombre Shaddai (uno de los nombres de Dios), el cual tiene el mismo valor numérico (314) que el nombre Metatrón, lo cual es interpretado como el hecho de que el ángel Metatrón es el guía en el viaje hacia la Tierra Prometida. Ocurre entonces que, en un nivel profundo, la Tierra Prometida representa la condición de unión con Dios, de modo que Metatrón viene a ser nuestro guía en el camino para aproximarnos progresivamente a Dios. Pero también, tal y como dice Brian L. Lancaster en La esencia de la Kábala: La enseñanza interior del Judaísmo: ‹‹El Zohar Hadash conecta a Metatrón con la “rueda en la tierra” en la visión de Ezequiel (Ez1, 15). El Zohar procede a describir cómo las letras del Nombre inefable están grabadas en una llama que surge del ángel. Estas son las letras en el núcleo de las prácticas cabalísticas. En última instancia, cada una de las veintidós letras hebreas es contemplada como un Nombre en sí misma. Así, vinculándose a la rueda de las letras en mística concentración, el cabalista aspira a encontrarse con Metatrón, guardián de la vía para la unión con Dios››

UNAS NOTAS SOBRE EL METATRÓN PRIMORDIAL

Hasta aquí hemos venido hablando sobre todo del Metatrón-Enoc, que es el de mayor importancia en tanto que esa visión sobre el ángel es la más aceptada. Sin embargo, cabría decir un par de cosas sobre el Metatrón primordial, para lo cual les traducimos palabras del profesor St. Louis Howard Schwartz, tomadas de su libro Tree of Souls: The Mythology of Judaism. Dice así: ‹‹El Metatrón Primordial fue lo primero en la creación, el hijo de la Shekinah. Las primeras palabras de la Torá, “En el principio Dios creó”, se refieren a Metatrón. El Metatrón Primordial asistió a Dios en la creación del mundo, y ha asistido a Dios desde entonces en el gobierno de los mundos de abajo y de arriba. Cuando Dios dijo a Moisés, “Ven al Señor”, él se refería a ir hacia Metatrón. Esta descripción del Metatrón Primordial, claramente se parece a los mitos sobre el Hombre Celestial y Adam Kadmon. Lo que es inusual es que el Metatrón Primordial es descrito como el hijo de la Shekinah. Partiendo de que este mito es encontrado en el Zohar, la Shekinah se refiere a la “Novia de Dios”, convirtiendo al Metatrón Primordial en el hijo de Dios y la Shekinah.››. Ahora bien, el lector se preguntará lo siguiente: ¿cómo puede hablarse de la “Novia de Dios”?, ¿Acaso esta novia de Dios es increada y eterna ya que se dice que Metatrón fue el primer ser creado y de lo contrario habría contradicción? Veamos, para empezar el término “novia” es figurativo, y la mayúscula juega un papel muy importante en su significado. Así, en la tradición cabalística la Shekinah o “Novia de Dios” designa el aspecto femenino de la Divinidad, la “Presencia”, la también llamada “Divina Princesa”, funcionalmente equivalente (en gran parte al menos) al Espíritu Santo de los cristianos y a la Madre Cósmica de los hinduistas; según esto, es lógico que siempre haya existido, pues es un aspecto de Dios mismo. De ese modo, Metatrón vendría a ser el fruto de la interacción creativa entre los aspectos femenino y masculino de Dios y, a la vez, su hijo y primer ser creado.

TABLA

Color: Blanco nacarado, blanco resplandeciente, dorado.

Rayo: Blanco

Chakra: Chakra coronario

SELLO, INVOCACIÓN Y ORACIONES

Sello de Metatrón:

Invocación-oración hecha por la angéologa Cristina del Solar:

Desde este momento, invoco la presencia del Arcángel Metatrón para que me guíe por el camino correcto, para que pueda dar vuelta la página de la injusticia, de la carencia, de la tristeza y el resentimiento que hay en mí y a mi alrededor, su presencia trasmutará mal por bien, tristeza en alegría, oscuridad en luz, todo lo negativo en mí se convierte en sanador, todo lo que me ataba y frenaba se convierten en impulso para lograr mis objetivos Siento tu fuerza transmutadota en mí..

Amado Arcángel Metatrón, te pido que me ayudes a encontrar el equilibrio que necesito, a encontrar las nuevas posibilidades para ser pleno, sano y prospero. Te encomiendo mi avance en el camino que Dios ha preparado para mí.

Arcángel Metatrón, tú que representas la equidad, el balance, la justicia, la recompensa, te pido que intervengas por mi (o Por…) y pongas estas virtudes en mi vida presente. Necesito que (nombrar situación puntual) se equilibre, actúe la justicia divina para que sea resuelto definitivamente. Te doy gracias por tu amor y sé que desde este momento las cosas se equilibrarán.


Oración 1:

Arcángel Metatrón, luz de todos los Serafines,

con tu sublime protección primordial ayúdame a lograr la quietud

de mi espíritu para darme fuerzas para continuar y vencer,

siempre en nombre de la verdad

iluminándome en todos mis caminos.

Con tu luz divina,

dame confianza en mi mism@ y fe en mis ideales.

Estaré a tu servicio pues soy dign@ de tu protección.

Libérame de todas las impurezas que puedan perjudicarme.

Concédeme una existencia tranquila

para trabajar con amor.

Amén


Oración2 (para una petición concreta):

Glorioso arcángel San Metatrón, intercede por mí, y ayúdame a activar mi cuerpo de luz y recorrer el camino de la iluminación.

Glorioso arcángel San Metatrón, imploro tu continua custodia para mantener la claridad mental y la luz del espíritu con cada paso que doy hacia la luz de Dios.

Glorioso arcángel San Metatrón, envuélveme en el blanco de tu luz y ayúdame a llenarme de tus bendiciones de tranquilidad, balance, limpieza emocional y armonía. Ayúdame a sentir la claridad de la luz que traes a mi alma y a compartirla siempre con todos mis semejantes.

Protector mío, concédeme la gracia que te solicito (haz tu petición) si es conveniente para el bien de mi alma y de todo el mundo. Acompáñame y guía todos mis pasos hasta alcanzar la vida eterna y el amor divino. Amén.


Oración 3 (reconociendo la identidad Enoc-Metatrón):

Oh, Enoc, que eres el Arcángel Metatrón acepto tu presencia.

Tú que eres el Canciller del Cielo, Ángel de la Alianza y Rey de los Ángeles

Que eres el anotador y supervisador de todos nuestros actos en el libro de la vida registrándolos así con una pluma.

Pido doy gracias porque serás un testigo del bien que hago, quizás de esos actos de Amor o Benevolencia no reconocidos por los demás.

Busco tu consejo para que me ayudes a encontrar el equilibrio entre lo que damos y lo que guardamos para nosotros mismos.

Guía mis esfuerzos y ayúdame a encontrar la medida correcta para mi rendimiento y actividad.

Agradecido quedo de ti eternamente Arcángel Metatrón.

Gracias Padre

Gracias Jesús de Nazareth

Gracias Virgen Maria

Gracias Universo

Gracias Ángel de la Guarda

Gracias Arcángel Metatrón.