Para esclarecer bien de qué se trataba le tomó la mano y empezó a leer sus líneas, sin embargo sus visiones no parecían del todo claras por lo que le dijo a la mujer que debía volver por la noche para así poder ayudarla mejor con las cartas del tarot y la bola de cristal.
La mujer enojada le dijo que no le hiciera perder el tiempo pero aún así la gitana le señaló su casa y le rogó que no olvidase venir esa misma noche.
Al llegar a su casa después del trabajo la mujer recordó las palabras de la gitana y se inquietó un tanto al pensar que si estaba tan preocupada y ni siquiera la cobró podría ser porque en verdad creyó ver algo. No obstante prefirió no ir al lugar indicado, no sabía cuales eran las intenciones reales y acudir de noche a un callejón apartado era muy peligroso.
A la mañana siguiente cuando fue no encontró a la gitana sino a una ancianita que le dijo que la gitana había salido y le había dejado una carta de suma importancia, una carta que debía ser leída cuanto antes fuera posible.
Nuevamente la mujer no dio mucha importancia a la gitana y optó por leer la carta cuando estuviese en la comodidad de su hogar.
Una manzana antes de llegar a su casa la mujer tropezó y cayó en mitad de la carretera justo cuando un camión se venía a toda velocidad.
El camión le hizo puré casi toda la mitad superior del cuerpo. Fue algo verdaderamente escalofriante.
Cuando la Policía llegó al lugar del accidente un detalle perturbador fue hallado en uno de los bolsillos del pantalón de la mujer. Allí, dobladita, había una pequeña carta que decía:
“Estimada señora, esta carta es para advertirle que el día de mañana no salga usted de su casa para nada, ya que ese día usted morirá atropellada. Ante su ausencia, decidí tirar las cartas del tarot por mi cuenta ya que realmente estaba preocupada por la mancha que vi en su aura… Espero que cuando lea esto no sea demasiado tarde”
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