ella sentía de inmediato repugnancia y lo castigaba pues las manos del niño estaban llenas de llagas producto del virus que había atacado su cuerpo.
El niño adoraba los castigos de su madre porque era la única forma que ella lo tomaba en cuenta y se atreviera a tocarlo a el no le importaba que solo fuera para golpearlo el sentía que cada golpe era un TE AMO de parte de su mamá ya que ella nunca le dio un abrazo un simple te quiero cosas que el niño anhelaba mas que cualquier cosa en el mundo el la miraba y sonreía con esos ojos tan dulces y al mismo tiempo llenos de dolor observándola mientras su mamá lo golpeaba y lo maldecía.
Pasaron días y noches heladas y el niño sufriendo en el silencio..
una noche nublada y oscura el niño estaba acostado en la oscuridad de su habitación cuando de repente escucho un extraño ruido abajo de su cama y como cualquier otro niño se asusto brinco de la cama con desesperación corrió a lo largo del tenebroso y oscuro pasillo hasta llegar al cuarto de sus padres y entre la oscuridad les pregunto con una dulce voz:
¿puedo dormir esta noche con ustedes?… es que tengo mucho miedo… espero una respuesta agradable de parte de sus padres, pero lo que sucedió después fue realmente macabro su madre se levanto enfurecida como si un demonio estuviera dentro de su cuerpo agarro al niño de la cabeza llena de asco por las llagas que tenia, lo golpeo sin compasión le golpeaba la cabeza contra las paredes mientras le gritaba.
QUE NO ENTIENDES QUE ERES UN ESTORBO ES MEJOR QUE ESTÉS MUERTO!
El solo alcanzaba a levantar sus llagadas manitas y tratando de soltarse pero todo fue en vano lo estrello a un rincón y lo siguió golpeando despiadadamente hasta causarle la muerte, quedo el cuerpo del niño tirado en el suelo con una sonrisa en su rostro el sentía el amor de madre que el conoció durante su corta vida.
Desde entonces el alma de este niño busca el amor de una madre, mientras su mamá despierta todos los días con sus manitas marcadas en la espalda y huellas de rasguños donde quiere darle un beso y no le alcanza su rostro.
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