domingo, 11 de noviembre de 2018
La Clavícula de Salomón
Por siglos La
Clavícula de Salomón ha cautivado las mentes de los ocultistas. Se
cree que el mismo rey Salomón fue quien la escribió, dando en el
libro las claves para invocar espíritus y controlar demonios, además
de cosas tan secretas como la forma de adquirir invisibilidad
temporal o armar poderosos talismanes.
Qué es y cuáles
son sus contenidos
La Clavícula de
Salomón (llamado también “Las Clavículas de Salomón”) es un
grimorio cuya autor supuestamente sería el mismísimo rey Salomón.
En él se nos muestran múltiples hechizos que requieren de objetos,
materiales y condiciones muy particulares, talismanes muy difíciles
de construir pero capaces de brindar grandes beneficios a sus
portadores, rituales complejos para obtener amor, dinero, suerte,
poder o incluso cosas tan extrañas como la invisibilidad y, más que
todo, sellos para invocar ángeles y demonios.
Durante siglos ésta
ha sido una obra de referencia en el campo del Ocultismo, un libro
que ha suscitado muchas controversias sobre sus verdaderas raíces y
que, aún en la actualidad, guarda cierto grado de incertidumbre en
relación a si realmente Salomón tuvo o no algo que ver en la
elaboración de los contenidos de este libro que, lamentablemente,
por ser tan deseado ha llegado a tener abundantes ediciones en las
que no han estado ausentes la manipulación, la confusión de
conceptos y otros elementos y, por ende, la baja credibilidad de la
edición en cuestión. Por ello, a pesar de que probablemente se haya
plasmado algo de la mente de Salomón en unas pocas ediciones, La
Clavícula de Salomón es ya un libro en que, como en tantos otros
puntales del Ocultismo, la fantasía se ha hecho presente a pesar de
los numerosos practicantes que ingenuamente siguen promulgando la
idea del libro que entrega de forma transparente verdades sobre las
vías que existen para contactar con las fuerzas y los habitantes del
mundo espiritual.
En cuanto a la
estructura temática del libro, en primer lugar éste se divide en
dos tomos. En el primer tomo hay maldiciones, conjuros, invocaciones
y sellos para llamar y controlar a espíritus demoníacos o solicitar
el favor de espíritus de luz, logrando mediante procesos bien
definidos que estas entidades cedan a la voluntad del conjurador;
también hay revelaciones sobre métodos ocultos para hallar objetos
robados y tesoros, para encontrar el amor y qué tipo de animales o
cosas se deben sacrificar a los espíritus.
Al igual que otros
libros de su tipo elaborados en la misma época, La Clavícula de
Salomón invoca siempre a Dios y solicita su protección; e,
inclusive, en ciertos conjuros indica que, tras acabar, se deben
confesar los pecados.
.
Origen
Según muchos
estudiosos, el verdadero autor de La Clavícula de Salomón fue un
mago veneciano llamado Antonio del Rabino, mismo individuo a quien
también se le atribuye la autoría del Gran Grimorio. No obstante es
seguro que, al menos en su mayoría, Antonio del Rabino no inventó
el texto, lo cual es así ya que hay muchos datos que respaldan la
veracidad de su afirmación según la cual él redactó la obra
basándose en textos autógrafos del rey Salomón. Con esto no se
quiere decir que en efecto aquellos textos que Antonio menciona
fueron realmente escritos por Salomón: simplemente se precisa que no
hubo voluntad de engaño por parte de Antonio del Rabino y que,
cuando él redactó La Clavícula de Salomón, estaba firmemente
convencido de que sus fuentes eran obra del sabio rey.
Remontándonos al
pasado, vemos que quizá Antonio del Rabino estaba equivocado ya que,
según el profesor Marinus Gout de la Universidad de Deft (Holanda),
Salomón no solo que no escribió ningún libro del Antiguo
Testamento sino que tampoco escribió el famoso Testamento del rey
Salomón (libro escribo en el siglo I. a. C.) o, peor aún, La
Clavícula de Salomón. Y es que, para Marinos Gout, La Clavícula de
Salomón.
Respaldando a
Marinus Gout está el famoso historiador Flavio Josefo, quien nos
cuenta que en la época de Vespasiano (siglo I d. C.) ya estaba en
circulación un grimorio que, entre otras cosas, hablaba de
evocaciones a demonios, un grimorio que estaba atribuido a Salomón y
que, según Josefo, era usado por el judío Eleazar (quien tenía uno
de los pocos ejemplares) para exorcizar a los endemoniados en
presencia de nada más y nada menos que el gran emperador romano
Vespasiano. Según cuenta Josefo, la forma en que Eleazar realizaba
esos exorcismos era con un anillo que les ponía en la nariz, un
anillo que tenía atada una raíz muy especial; y, claro está, todas
estas cosas eran indicaciones supuestamente dadas por Salomón en el
grimorio que tenía Eleazar. En resumidas cuentas, el punto es que,
para muchos estudiosos, el grimorio de Eleazar era muy probablemente
el mismo texto que para Marinus Gout se habría compuesto en el siglo
I antes de Cristo. Lo cierto es que siguen cabiendo muchas dudas
sobre si en realidad el texto que tenía Eleazar fue un producto de
la mente de Salomón o el producto de algún ocultista que, para que
su trabajo obtuviera mayor importancia, arrebató hábilmente el
nombre del monarca. Pese a todo hay algo que sorprende profundamente
y es que, según indican las palabras del propio Flavio Josefo (quien
estaba convencido de que el grimorio era obra de Salomón), en
realidad los exorcismos sí funcionaban…Cito a Antiguedades 8.2.5:
‹‹Dios también permitió que Salomón aprendiera la habilidad de
expulsar demonios, que es una ciencia útil y que devuelve la salud a
las personas. Salomón también componía encantamientos para aliviar
la destemplanza. Y dejó técnicas de realizar exorcismos para
expulsar demonios de forma que no vuelvan, y este método de cura
sigue teniendo una gran vigencia: porque yo he visto a uno de mi
propio país[9], que se llamaba Eleazar, que liberaba a los
endemoniados en presencia de Vespasiano, y sus hijos, y sus
capitanes, y toda la multitud de soldados. La forma de cura era la
siguiente: Ponía un anillo que contenía una raíz de las que
mencionaba Salomón en las fosas nasales del poseso, tras lo cual
sacaba al demonio por la nariz del paciente; y cuando éste caía al
suelo inmediatamente, conjuraba al demonio para que no volviera,
mencionando a Salomón y recitando los encantamientos que él
compuso. Y cuando Eleazar quería convencer y persuadir a la
audiencia de que tenía tal poder, colocaba a cierta distancia una
palangana o un cacharro de agua, y mandaba al demonio que no
volviera, para que el público supiera que había salido de la
persona: y de esta manera se mostraba manifiestamente la habilidad y
la sabiduría de Salomón››. Tras lo visto algunos podrían
pensar que en realidad lo que ocurría era que la supuesta posesión
demoníaca era en realidad los síntomas de la epilepsia o alguna
otra enfermedad desconocida para la época, actuando entonces la raíz
como una cura natural. Ante eso cabe recordar que Flavio Josefo contó
que, ante los que dudaban, Eleazar tumbaba un cubo de agua a la
distancia sin fuerza natural visible para realizar tal operación:
esto, de ser cierto, no tendría explicación científica aparente y
no fuera nada descabellado atribuirlo a la magia de Eleazar. Ahora,
sabemos que es mínimamente probable que un historiador como Josefo
mienta y hasta dónde se sabe sus textos no han sufrido alteraciones,
por ende resulta muy probable que lo del cubo sea verdadero y que en
consecuencia haya habido algo de sobrenatural en torno a lo que hacía
Eleazar; aunque, si algunas de las supuestas posesiones fueron
verdaderas posesiones, entonces el elemento sobrenatural era aún
mucho mayor.
Algo que no se sabe
mucho (porque fue descubierto hace poco tiempo) es que existe un
manuscrito que sería la versión en hebreo masorético de La
Clavícula de Salomón, un texto cuyo nombre es Mafteah Shelomah, lo
cual traducido al español es “Claves de Salomón”. Este texto,
de confirmarse la fecha (900 d. C.) que se le atribuye, sería el
grimorio más antiguo conocido hasta la actualidad. Podemos así
sospechar —digo “sospechar” porque no se ha conocido ejemplar
alguno del grimorio de Eleazar—que muchos (o casi todos) elementos
del grimorio de Eleazar podrían estar presentes en el Mafteah
Shelomah, manuscrito éste último que nos permite ver que en verdad
Antonio del Rabino si partió de serias fuentes anteriores ya que
muchas cosas del Mafteah Shelomah se encuentran en La Clavícula de
Salomón. Finalmente, el Mafteah Shelomah nos ayuda a comprender de
dónde pudo haber salido el enorme grimorio llamado Libro de Salomón,
el cual fue quemado por orden del papa Inocencio VI en 1350: en otras
palabras, es bastante probable que el Libro de Salomón haya sido una
traducción del Mafteah Shelomah.
.
La leyenda del rey
mago
Según la leyenda,
La Clavícula de Salomón tuvo su origen en la visita que un ángel
le hizo a Salomón. En aquella visita se cuenta que el ángel le dio
a Salomón toda clase de conocimientos mágicos (incluidos los
necesarios para dominar demonios), conocimientos que, ya en sus
últimos días, Salomón compiló en algunos libros para
transmitírselos a su hijo Roboan. Desgraciadamente un incendio acabó
con todos esos libros excepto con dos: el Testamento de Salomón y la
Clavícula de Salomón.
La leyenda anterior
se puede ver en la introducción a un ejemplar original de una
edición (muy estudiada y editada por datar de 1641) de la Clavícula
de Salomón. Este ejemplar, presente en la Biblioteca Nacional de
París, dice así en su introducción: ‹‹Todo el Universo ha
sabido, hasta hoy, que, desde tiempo inmemorial, Salomón estaba en
posesión de todas las ciencias infundidas a través de los sabios
preceptos y de las enseñanzas de un ángel, al cual pareció estar
tan sumiso y obediente que, además del don de sabiduría que le
pidiera, obtuvo, y no sin admiración, toda otra suerte de virtudes.
Todo lo cual hizo que, llegando Salomón al término de sus días, él
mismo estableciese que su hijo Roboam, por sucesión, hiciérase
cargo de un testamento que contenía todas las ciencias de las que él
usare y disfrutare hasta el día de su muerte. Los Rabinos que,
después de él, procuraron guardar celosamente este testamento,
nombraron a éste último las Clavículas de Salomón, nombre con el
cual hicieron grabar un libro hecho de cortezas de cedro, y en donde
los pentáculos aparecían en caracteres hebreos y sobre planchas de
cobre, a fin de poder ser conservados para la posteridad…››
Por último, dos
factores que hicieron crecer la leyenda de Salomón como mago fueron
los siguientes: 1. El Sutra XXVII del Corán, el cual cuenta cómo de
niño Salomón aprendió el “idioma de los pájaros” de su padre
el rey David. 2. Las referencias de Flavio Josefo a Salomón como un
rey que dominaba la magia y había plasmado en obras sus
conocimientos.
.
“La llave menor de
Salomón” y “La Goetia”, su huella más actual
La Clavícula de
Salomón dio origen a La llave menor de Salomón o Lemegeton, el cual
era un grimorio anónimo del siglo XVII y llegó a convertirse en uno
de los puntales de la Demonología. Al igual que La Clavícula de
Salomón, este libro se autoproclama como escrito por el rey Salomón
mas, contra su propósito, delata de forma crasa la falsedad de
aquello al presentar alabanzas a Jesús y a la Santísima Trinidad,
además de títulos de demonios que no existían (los títulos, y
algunos demonios también…) en la época de Salomón. En cuanto a
sus contenidos, La llave menor de Salomón es en esencia (difiere en
ciertos detalles y aspectos) lo mismo que La Clavícula de Salomón.
Finalmente, ya en
las puertas del siglo XX Samuel Mathers y el famoso satanista
Aleister Crowley hicieron que la magia salomónica renazca al
traducir parcialmente La llave menor de Salomón en 1904 y dar así
nacimiento a Goetia, la llave menor del Rey Salomón (Clavicula
Salomonis Regis), obra esta que prácticamente fue un instructivo
dividido en cinco partes a través de las cuáles se exponía todo lo
referente a invocar a los 72 espíritus que supuestamente Salomón
aprisionó en una vasija.
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