jueves, 3 de octubre de 2019
La Leyenda De Kamshout y el Otoño
Según cuenta una
antigua leyenda de los selk’nam, pueblo amerindio que habitó en la
Isla Grande de Tierra del Fuego (entre Chile y Argentina), que hace
hace mucho tiempo vivió en esta región un joven llamado Kamshout,
en un tiempo en que las hojas de los árboles permanecían verdes
durante todo el año.
Un buen día a este
joven le llegó el momento de emprender el rito de iniciación a la
madurez, llamado klóketen, que los selk’nam debían cumplir con
objeto de convertirse en hombres y ser reconocidos como tales. Este
rito incluía emprender un largo viaje y así lo hizo, pero tardó
tanto tiempo en regresar que muchos de los vecinos de su pueblo
comenzaron a darle por muerto, hasta que llegó un momento en que
nadie esperaba su retorno.
Para sorpresa de
todos Kamshout regresó a su pueblo aunque sensiblemente cambiado,
parecía mucho más nervioso que de costumbre y hablaba sin cesar
sobre una mágica tierra de inmensos bosques que había encontrado
más al norte, un lugar donde los árboles lucían hojas muertas en
sus ramas durante la estación del Otoño (en la que ahora se
encontraban), y que parecían revivir al volver los primeros rayos
cálidos de la Primavera.
La manifiesta
incredulidad de sus vecinos se hizo patente cuando las primeras risas
se desataron, y Kamshout presa de la ira se dio media vuelta y volvió
a marcharse por donde había venido, pero al poco de marcharse
regresó transformado en un enorme loro, adornado de brillantes
plumas rojas en su pecho y verde esmeralda sobre su espalda.
Emitiendo graznidos comenzó a volar entre los árboles circundantes,
tiñendo de rojo aquellas hojas que tocaba, y al poco las hojas
comenzaron a caer sin vida al suelo.
El miedo hizo presa
en los selk’nam quienes temieron por la vida de los árboles, y
ante su cara de horror comenzaron las sonoras risas de Kamshout. Pero
los árboles no murieron, sino que volvieron a recuperar su verdor en
los albores de la Primavera aunque los loros continúan recordando a
los hombres este episodio, cuando se reúnen en las ramas para seguir
riéndose de nosotros y vengando así a Kamshout.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario