jueves, 3 de octubre de 2019
La Estación Fantasma
Esas orugas
chirriantes que horadan las oscuras profundidades bajo nuestros pies;
esos trenes ciegos que, cual lombrices gigantes y hambrientas,
engullen humanos de toda clase para vomitarlos más adelante en
alguna fosa azulejada con nombre de prócer a la que llamamos
“estación”. Nos estamos refiriendo a los subterráneos. Medios
de transporte en el que, además de viajar humanos, también viajan
mitos y leyendas.
Son tantas las
historias que se ocultan en estos túneles férreos que cuesta
empezar con alguna.
Decidimos, entonces,
elegir como abanderada de estas “leyendas bajo tierra” una de
nuestras preferidas, aquella que se refiere a la extraña visión que
puede asaltarnos entre las “media estaciones” Pasco y Alberti, en
la línea A de los subterráneos porteños.
Dicen que allí, a
mitad de camino entre ambas estaciones, siempre se apaga la luz en el
interior del vagón; y es en ese preciso momento en el que podemos
ver, a través de la ventanilla, algo que no debería estar allí…
una estación que no es ni Pasco ni Alberti. Y no sólo eso: sobre
aquel andén imposible se encuentran dos hombres sentados, con sus
piernas colgando sobre las vías. Algunos hasta llegan a afirmar que
aquellas presencias tienen la mirada triste, muy triste.
Fantasmas en una
estación fantasma.
Como todo mito, son
muchas las versiones que intentan ahondar en la naturaleza de esta
visión (en Buenos Aires es leyenda desarrollamos una de ellas). Pero
sea cual sea su origen, parece ser solo la punta del iceberg, un
oscuro iceberg repleto de historias escalofriantes que se ocultan
bajo las calles de nuestra Ciudad.
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