miércoles, 3 de diciembre de 2014
Hobbits
El origen de los hobbits se encuentra en los Días Antiguos,
aunque se sabe muy poco de su historia hasta la Tercera Edad del Sol, salvo que
albos, fuertes y pelosos convivieron juntos en los valles del río Anduin y allí
entraron en contacto con los éothéod, los antepasados de los rohirrim,
adoptando de ellos algunas costumbres y su lengua. En el año 1050 T. E., el
aumento en el número de Hombres del Este, que estaban preparando su ataque
contra Gondor, y la aparición de una sombra en el Gran Bosque Verde, que no era
otra cosa que Sauron, precipitaron la marcha de los hobbits hacia Eriador, para
lo cual atravesaron las Montañas Nubladas y allí las distintas ramas se
separaron.
Los pelosos fueron los primeros en llegar a Eriador,
estableciéndose en las tierras cercanas a Amon Sûl, la Cima de los Vientos.
Cien años después lo harían los albos, de los cuales muchos acabaron
mezclándose con los pelosos y otros llegaron al pueblo de Bree años más tarde.
Los fuertes, que habían vivido muchos años a orillas del río Anduin, llegaron a
El Ángulo y algunos siguieron hasta las Tierras Brunas, aunque más tarde
regresaron con los demás. Sin embargo, un pequeño grupo de fuertes se quedó en
los Campos Gladios y dos de sus descendientes tendrían una notable importancia
en acontecimientos posteriores de la historia de la Tierra Media, Déagol y su
amigo Sméagol (más tarde conocido como Gollum), que descubrieron el Anillo
Único en las profundidades del Anduin.
En el año 1601 T. E., los hermanos albos Marcho y Blanco,
que habitaban en Bree, obtuvieron el permiso oficial del rey Argeleb II de
Arthedain para que los hobbits colonizaran unas tierras despobladas situadas en
el centro de Eriador y que hasta entonces se usaban como cotos de caza para el
rey. Argeleb II puso tres condiciones a esta concesión: que reconocieran la
majestad del rey, que ayudaran a los mensajeros y que mantuvieran en buen
estado los puentes y caminos de sus nuevas tierras, a las que bautizaron con el
nombre la Comarca.
En el año 1630 T. E., los fuertes se trasladaron a la
Comarca y se establecieron en su mayoría en la Cuaderna del Sur y en la del
Este. Reunidos de nuevo, los hobbits se enamoraron de su nueva tierra y dieron
cada vez menos importancia a los asuntos de fuera de sus fronteras, saliendo
escasamente de ellas. Seis años después la Gran Peste devastó la Comarca y,
aunque con grandes pérdidas, los hobbits lograron sobrevivir. En el año 1974 T.
E., algunos hobbits arqueros lucharon en la Batalla de Fornost para evitar la
derrota de Arthedain y, tras la caída del reino, los jefes de las distintas
familias hobbit eligieron a un gobernante, al que llamaron Thain, como
representante del rey hasta que éste regresara.
Los hobbits vivieron en paz durante más de un milenio,
protegidos por los Dúnedain del Norte. En 2747 T. E., cuando un grupo de orcos
comandados por el rey Golfimbul intentaron invadir la Comarca por la Cuaderna
Norte, un grupo de hobbits dirigidos por Bandobras Tuk los expulsaron en la
Batalla de los Campos Verdes. Más tarde, durante la Guerra del Anillo,
acontecida a finales de la Tercera Edad, el mago Saruman invadió la Comarca e
inició su industrialización, llevando a una miseria general a los hobbits y
destruyendo su tierra. Poco después, Frodo Bolsón, Samsagaz Gamyi, Meriadoc
Brandigamo y Peregrin Tuk condujeron a la batalla a una tropa de hobbits y
lograron liberar la Comarca con la victoria en la llamada Batalla de Delagua,
restaurando de nuevo la paz. Los hobbits arreglaron todos los daños de la
Comarca y el año 3020 T. E. fue el más próspero para ellos.
La principal característica física que distingue a los
hobbits es su baja estatura, situándose esta entre los sesenta y ciento veinte
centímetros. A causa de su talla cercana al metro, aproximadamente la mitad de
la estatura de los dúnedain, son llamados también por ellos y por los hombres
de Gondor medianos (halfling en el original inglés) o periannath en sindarin.
Otras características físicas peculiares que los distinguen son la abundante
vellosidad que les crece en el empeine de los pies, la carencia de barba, el
pelo rizado y generalmente de color castaño, y las orejas algo puntiagudas, sin
llegar a ser como las de los elfos.
Suelen tener también una figura rolliza, con la cara redonda
y barriga, a causa de su afición a la comida, la bebida y una vida más bien
sedentaria. Su alimentación se basa en seis comidas diarias de cantidades
abundantes. Les gusta especialmente la cerveza y fumar en pipa, un arte que,
según el legendarium de Tolkien, ellos mismos crearon y transmitieron más tarde
a los hombres de la Tierra Media.
Los hobbits no necesitan usar zapatos, pues sus fuertes pies
tienen una suela de piel natural que les protege. Son hábiles con las manos y
se dedicaban especialmente a la agricultura, debido a la abundancia y
fertilidad de la Comarca. Antes de habitar dichas tierras, los hobbits solían
hablar las lenguas que usaban los hombres con los que habían entrado en
contacto en algún momento. Sin embargo, tras iniciar su viaje por Eriador,
adoptaron la Lengua Común, aprendida de los dúnedain, aunque conservaron
palabras de una lengua anterior que era muy parecida al rohírrico.
Suelen vivir en agujeros que construyen en el suelo y que
equipan como cualquier casa normal. Dependiendo de la riqueza de la familia, la
casa puede tener una, varias o ninguna ventana, siendo éstas siempre redondas,
al igual que la puerta. Los hobbits más ricos construyen versiones más lujosas
de estos agujeros, llamadas smials, que eran como túneles ramificados. Entre
los más importantes están Bolsón Cerrado (en Hobbiton), Casa Brandi (en
Gamoburgo) y Grandes Smials (en Alforzada). No obstante, los hobbits también
construían casas sobre el nivel del suelo, aunque eran poco usadas y
generalmente servían como cobertizos.
Los hobbits se caracterizan además por su naturaleza
amigable y pacífica, y detestan las guerras. No suelen usar las armas para sus
utilidades normales, ya que las consideran más como adornos para sus casas o
simplemente como mathoms, que es como llaman a cualquier objeto inservible que
se regalan entre ellos y tienden a ir acumulando. En Cavada Grande hay un museo
dedicado especialmente a estos objetos, llamado «El Hogar de los Mathoms».
Distintas ramas
Cuando los hobbits vivían en los valles del Anduin, ya había
tres ramas conviviendo, cada una con distintas características:
* Albos: eran el
grupo menos numeroso y se caracterizaban por tener la piel y los cabellos
claros, por su mayor altura y por su delgadez. Les gustaban mucho los árboles y
los bosques, lo que hacía que prefirieran la caza a la agricultura y que se
llevaran bien con los Elfos. Eran hábiles con el lenguaje y se les daba bien el
canto. A finales de la Tercera Edad del Sol, familias como los Tuk, los
Brandigamo y los Bolger, tenían sangre alba.
* Pelosos: eran el
grupo más numeroso y se caracterizaban por tener la piel más oscura y un cuerpo
más pequeño y delgado. Les gustaban las tierras altas y las colinas, por lo que
siempre vivieron en cuevas y túneles, siendo buenos amigos de los enanos.
* Fuertes: se
caracterizaban por ser, como su nombre indica, los más fuertes y de
constitución corporal más sólida. Tenían los pies y las manos más grandes y
eran los únicos que tenían algún rastro de barba, aunque no solía pasar de un
poco de pelo en la barbilla. Les gustaban las llanuras y las orillas de los
ríos.
Las tres ramas se separaron cuando entraron en Eriador y más
tarde acabaron por reunirse de nuevo en la Comarca, mezclándose y haciendo
menos visibles éstas diferencias, aunque todavía se podían apreciar en algunos
de ellos a finales de la Tercera Edad.
Etimología
El nombre que los hobbits se dan a sí mismos en oestron, la
Lengua Común de la Tierra Media, es kuduk, una contracción de la forma más
antigua kud-dukan, que significa «moradores de agujeros» y que se conserva en
rohírrico, la lengua de Rohan que Tolkien representó mediante el anglosajón y
con la que los hobbits entraron en contacto en tiempos pasados. La Lengua Común
está representada mediante el inglés moderno y por eso se usa el término
hobbit, una posible forma desgastada de la palabra anglosajona holbytla, que
también significa «morador de agujeros».
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