lunes, 1 de diciembre de 2014
Golems
Un golem es, en el folclore medieval y la mitología judía,
un ser animado fabricado a partir de materia inanimada (normalmente barro,
arcilla o un material similar). En hebreo moderno, el nombre proviene de la
palabra guélem (גלם),
"materia"; por otra parte, en dicho idioma, la expresión jómer guélem
(חומר גלם) a su vez significa
"materia prima".
La palabra golem se da en la Biblia (Salmos 139:16) y en la
literatura talmúdica para referirse a una sustancia embrionaria o incompleta.
Como motivo, la figura del golem forma parte del imaginario
hebraico del centro europeo y pertenece por consiguiente al arte asquenazí.
La leyenda de Praga
El relato folclórico más famoso relativo al golem involucra
al ilustre Rabbi Judah Loew, Judah Loew ben Bezalel, conocido como el Maharal
de Praga, un conocido rabino del siglo XVI. Se le atribuye haber creado al
golem para defender el gueto de Praga de ataques antisemitas, así como para
atender también el mantenimiento de la Sinagoga Vieja-Nueva (Altneuschul).
Sin embargo, el golem habría sido creado en varias ocasiones
y por diversos rabinos ilustres a lo largo de toda la Edad Media. Es más, las
primera existencia del golem se remontaría a los orígenes mismos de la
humanidad, donde un golem habría sido creado por una persona creyente y cercana
a Dios. Como Adán, el golem habría sido creado a partir del barro, insuflándole
después una chispa divina que le habría dado la vida. Así, la creación de Adán
es en principio inspiradora y referente de la creación de todo golem. Desde
este punto de vista, mediante el mencionado acto, toda persona con un cierto
grado de santidad y acercamiento a Dios podría adquirir algo de la sabiduría y
el poder divinos. E importante como poder es aquél de insuflarle vida a la
materia inherte. Crear un golem es entonces expresión patente de sabiduría y
santidad. Pero, más allá del grado de santidad que tuviera el creador de un
golem, el ser creado nunca sería más que una sombra de aquél creado por Dios,
ya que, significativamente y por definición, todo golem carece de alma.
La existencia de un golem presenta entonces ventajas y
desventajas. El golem es fuerte, pero no inteligente. Si se le ordena llevar a
cabo una tarea, la llevarán a cabo de un modo sistemático, lento y ejecutando
las instrucciones de un modo literal, sin cuestionamiento ninguno.
Famosa en este sentido es una anécdota, según la cual la
esposa del rabino le pidió al golem que fuera "al río a sacar agua" a
lo que el golem accedió pero al pie de la letra: fue al río, y comenzó a sacar
agua del mismo sin parar, hasta que terminó por inundar la ciudad.
Según sostiene una leyenda, la incapacidad principal del
golem era la incapacidad de hablar. Además, para hacerlo funcionar había que
meterle un papel con una orden por la boca u otro orificio. Otra manera de
hacerlo funcionar era inscribiendo alguno de los Nombres de Dios o bien la
palabra Emet (אמת—"verdad" en hebreo).
Al borrársele la primera letra de Emet (alef) de su frente y
quedar en ella solo met (מת—"muerte" en hebreo), el golem podía ser
desactivado y volvía a ser una masa de barro inerte.
En su obra La cábala y su simbolismo, Gershom Scholem
escribe que el golem es una figura que cada treinta y tres años aparece en la
ventana de un cuarto sin acceso en el gueto de Praga.
De acuerdo con la leyenda checa, los restos del golem están
aún guardados en un ataúd en el ático del Altneuschul en Praga, y, el mismo
puede ser devuelto a la vida, de ser ello necesario.
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