martes, 9 de diciembre de 2014
Equidna
En la mitología griega, Equidna (en griego antiguo, Ἔχιδνα -
Ekhidna: «víbora»; en latín, Echidna) era una monstruosa ninfa, considerada en
unas fuentes literarias descendiente de Forcis y Ceto, y en otras de Tártaro y
Gea.
Llamado a veces Drakaina Delphyne (Δρακαινα Δελφυνη,
‘vientre de dragona’), es descrita por Hesíodo en su Teogonía como un monstruo
femenino, madre con Tifón de todos los monstruos importantes de los mitos
griegos. Tenía el torso de una bella mujer de temibles ojos oscuros pero cuerpo
de serpiente.
Cuando atacaron el monte Olimpo ella y su compañero Tifón,
Zeus los derrotó, pero les permitió seguir viviendo, así como a sus hijos, como
desafío para los héroes futuros. Equidna moró desde entonces en una cueva del
país de los Arimoi, un remoto lugar desértico situado en Asia Central,
probablemente Siria. En una ocasión, Equidna asaltó a Héracles durante uno de
sus viajes para robarles los bueyes de Gerión, y cuando éste fue a reclamarlos
Equidna le dijo que no se los entregaría a menos que el héroe tuviese sexo con
ella. Heracles lo hizo, y de esta unión nacieron Agatirso, Gelono y Escites.
Posteriormente el gigante Argos la mataría mientras dormía
en una cueva de Sicilia.
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