En 1936 se encontró cojeando a una mujer desnuda por las
calles de Haití. Esta mujer llegó a una granja que dijo que pertenecía a su
padre.
Los dueños de la granja identificaron a la mujer como Felicia
Felix-Mentor, pero había un problema:
Ella había muerto hacía más de 20 años de
una enfermedad súbita y terminal, algo que su esposo confirmó.
Los haitianos creen que la enfermedad que la mujer sufrió
era característica de una persona marcada para convertirse en zombie. Un doctor
que la entrevisto describió su comportamiento de la siguiente manera:
Sus ocasionales arranques de risa no contenían emoción, y
muy frecuentemente hablaba de ella misma en primera o en tercera persona sin
ningún sentido de discriminación. Había perdido todo sentido del tiempo y era muy
indiferente al mundo de las cosas alrededor de ella.
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