Lo cierto es que este enigmático personaje, después de dar un particular saludo a los caballos que allí pastaban, tomaba uno de ellos y se dedicaba a recorrer los bosques y quebradas del municipio. A su regreso, se hacía acompañar de los cazadores nocturnos y leñadores que cortaban los árboles de los nacimientos; a todos los reunía y después de comprometerlos con el cuidado del agua y los montes, les invitaba a regresar a sus hogares antes del amanecer el Enruanado de la manga Cural desapareció misteriosamente.
Continúa la leyenda diciendo, que en una oportunidad, más exactamente un Viernes Santo correspondientes al día 13 del mes, después de su recorrido habitual, el Enruanado regresó con tres hombres que encontró quemando los bosques; éstos con desafiantes gestos se negaron a adquirir el compromiso de proteger la naturaleza; de inmediato la tierra se abrió a sus pies y en segundos a los tres se los tragó.
Para sorpresa de todos, agrega la leyenda, que al año siguiente, unos pobladores que habían ido al encuentro del tren, vieron a su regreso cerca al puente de la estación, que la margen derecha del río Medellín presentaba un túnel, del cual salían tres hombres contando lo sucedido; pero se habían transformado tanto que nadie les reconoció aunque ellos sí reconocieron que del cuidado del ambiente depende la vida de las personas, pues desde ese entonces, al igual que el Enruanado de la Manga Cural, se hicieron grandes amigos de la naturaleza y de los seres humanos.
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