martes, 7 de octubre de 2014
El Culto A Los Animales
Los
galos adoraron a diversos animales. Entre los más venerados se
encontraban los caballos, cuervos, toros, jabalíes... y como ellos
se denomina a numerosas ciudades y pueblos: Tarvisium (de tauro,
toro), Lugudunum (de lugos, cuervo), etc. En las Ardenas se adoraba
con veneración al jabalí; los Helvecios que habitaban en los
alrededores de Berna hicieron objeto de sus oraciones a la diosa
Artio (la Osa); el oso parece haber sido uno de los animales más
estimados, pues simbolizaba el valor y la fuerza.
El
cerdo es el animal que tiene la leyenda más curiosa. Cuentan que los
cerdos mágicos eran cocinados para alimentar a los invitados a un
banquete y que, sin importar cuántas veces fueran asados y comidos,
a la mañana siguiente estaban vivos de nuevo y listos para volver a
ser puestos en los fogones.
Los
peces, entre los que destacaba especialmente el salmón, eran
asociados con el conocimiento secreto, y eran frecuentemente
utilizados por augures y adivinos. Del mismo modo ocurría con los
pájaros, sobre todo cuervos y buitres, que eran aceptados como
presagio de mala suerte o de guerra.
Los
caballos y el ganado en general, representaban la fertilidad, justo
lo contrario de los dragones y serpientes, que no traían más que
problemas.
El
más representado de estos dioses es la serpiente con cabeza de
carnero. Esta serpiente no representaba la eterna lucha entre el bien
y el mal, sino que representaba el poder y la virilidad.
El
animal de mayor culto entre los celtas es sin duda el toro, cuyo
símbolo es la fuerza y el poder.
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