Cuando las gemelas pelirrojas, Maharet and Mekare (brujas devoradoras de carne humana) fueron capturadas por los ejércitos de Akasha, la vida de Akasha y Enkil dió un vuelco dramático. Akasha obligó a las gemelas a hacer una demostración de sus poderes espirituales, y a pesar de encontrar esa magia fascinante estuvo celosa de su poder y obligó a Khayman a que las violase publicamente. Esto enfureció a los espiritus.
Entonces ocurrió... un asesino aprovecho el desconcierto y asestó puñaladas mortales a ambos, Akasha y Enkil, momento que aprovecho Amel (uno de los espíritus enfurecidos) para introducirse por sus heridas y poseer su cuerpo, dandole inmortalidad y una insaciable sed de sangre, convirtiendola asi en la primera vampiresa. Ella rápidamente salvó a Enkil, convirtiendolo en vampiro también, dandole de beber su sangre.
De este modo fue como comenzó el mito de Akasha y Enkil los cuales de hecho son Osiris e Isis. Esto se debe a que los egipcios en sus mitos y leyendas crearon a Osiris, como Dios de la agricultura y la muerte, Osiris fue asesinado por su homólogo demoníaco Seth. Seth era necesario para establecer la balanza entre el bien y el mal. Sin embargo depués de ser asesinado la esposa de Osiris, Isis la poderosa diosa de la magia y del amor, extendió sus alas sobre el cuerpo ya muerto y le devolvió a la vida. La pareja representa la resurreción para los Egipcios que estaban obsesionados con la vida después de la muerte. Hasta el punto que idealizaron a Akasha y Enkil cuando descubrieron que Akasha devolvió a la vida a Enkil.
Seis meses después, Akasha convirtió a Khayman en vampiro, en contra a sus deseos, lo cual lo hizo enfurecer.
Ella decidió castigar a Maharet y Mekare ejecutandolas, pero después de ser convertidas en vampiros por Khayman como venganza, su única opción fue separarlas, pués temía que si las mataba eso podría afectarla o dañarla de alguna forma.
Esto comenzó un largo linaje de vampiros a lo largo del mundo, de acuerdo a las novelas de Anne Rice; los vampiros trataban a Enkil y Akasha como sus dioses. Pasaron los siglos y la necesidad de sangre del Rey y la Reina de los vampiros cada vez era menor y se iban fortaleciendo cada vez más. Su piel se endurecio como el mármol y poco a poco su necesidad de moverse era menor. Se convirtieron en 'aquellos a los cuales había que proteger'.
Akasha y Enkil una vez transformados del todo en estatuas vivientes empezaron a ser protegidos por los vampiros más antiguos que hacían de sus guardianes, los cuales les mantuvieron a salvo hasta el primer siglo antes de Cristo cuando sus protectores trataron de asesinarlos dejandolos al aire libre para que los rayos del Sol les abrasasen. Todos los jovenes vampiros murieron a consecuencia de esto, pues cualquier daño que sufrieran Akasha y Enkil lo sufrirían todos los vampiros, los únicos que sobrevivieron fueron los vampiros más antiguos y aun asi sufrieron grandes quemaduras. Akasha y Enkil no sufrieron nigún tipo de daño al ser expuestos a la luz del Sol. De esto aprendieron que si los reyes sufrían daño alguno los principales perjudicados serían los vampiros, ya que les repercutiría directamente. Cuando Marius uno de los vampiros más longevos y poderosos supo de su existencia, robó las estatuas y se convirtió en su protector por aproximadamente 2.000 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario