En 1982, el arqueólogo Robert Marx, un conocido cazatesoros, anunció que había encontrado los restos de unas 200 ánforas romanas a 30 metros de profundidad en la bahía de Guanabara, cerca de Río de Janeiro, en Brasil.
Según Robert Marx, arqueólogos independientes como el doctor Harold E. Edgerton del MIT certifican que las ánforas son auténticas, datadas en el siglo II. Marx está convencido de que pertenecen a un barco romano que se perdió navegando y terminó en las costas de Brasil.
De ser cierto sería un acontecimiento extraordinario, porque significaría que los romanos llegaron a América (aunque sea por casualidad) 1300 años antes que Colón, y los exploradores portugueses que anexionaron Brasil.
Pese a que al principio las autoridades brasileñas colaboraron con Robert Marx, en 1983 decidieron súbitamente cerrar el acceso a zona y prohibieron al arqueólogo seguir trabajando en Brasil, acusándolo de expolio de obras de arte.
Marx asegura que los gobiernos brasileños y portugués supuestamente quieren ocultar el hallazgo, para no alterar la historia oficial de la llegada de los europeos a Brasil. Otros expertos creen que es una historia muy poco creíble, porque los pequeños barcos romanos, ideados para un mar manso como el Mediterráneo, no habrían aguantado el fuerte oleaje del Atlántico.
Fuente: https://computerhoy.com/
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