En ocasiones los espectáculos que podemos contemplar en el cielo no se deben a eventos que ocurren a decenas de miles de kilómetros de distancia de la Tierra, sino a eventos mucho más cercanos a nosotros.
Las auroras polares son un buen ejemplo de ello. Se producen por el choque de partículas solares cargadas contra el campo magnético de la Tierra, y crean un bello espectáculo en las regiones cercanas a los polos de nuestro planeta.
Pero las auroras solo se dan en ciertas regiones, por lo que solo quienes viven en esas zonas o tienen la posibilidad de viajar a ellas pueden contemplarlas. Por suerte, hay un fenómeno muy similar que puede darse en cualquier lugar.
Nos referimos a algo que se conoce con el nombre de pilares de luz. Visualmente se parecen mucho a las auroras polares, pero al contrario que las auroras, no están causadas por el efecto del viento solar en la Tierra.
Estos pilares son un fenómeno óptico, causado por el reflejo de cualquier luz sobre cristales de hielo que están suspendidos en nubes o en la atmósfera. No es necesario que la fuente de luz sea algo específico; los pilares de luz se crean tanto con luz natural como con luz artificial.
Estos pilares parecen grandes columnas de luz, que se extienden por encima y por debajo de la fuente de luz que los está produciendo. Su color puede variar a causa de la propia fuente de luz, y también de las condiciones atmosféricas.
Lo bueno de este tipo de fenómenos es que, como pueden producirse gracias a cualquier fuente de luz, es posible verlos en cualquier parte del mundo en la que haga suficiente frío. Incluso la luz de farolas puede crear pilares de luz, así que con algo de suerte quizá puedas verlos cerca de donde vives.
Fuente: https://computerhoy.com/
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