lunes, 9 de septiembre de 2019
Pancho Sierra El Gaucho Sanador
El "Gaucho
Santo de Pergamino", "El Doctor del agua Fría", "El
Resero del Infinito" era un hombre modesto y delgado con barba y
cabellos largos y enteramente blancos. Nació en Salto, provincia de
Buenos Aires el 21 de abril en 1831, de familia de ricos hacendados.
Sus padres fueron Francisco Sierra y Raimunda Ulloa y era el menor de
cinco hermanos. Estudió en Buenos Aires, se dice incluso que llegó
hasta cuarto año de Medicina y que debió regresar a Salto a la
muerte de su madre.
Luego de una
decepción sentimental sobre la que existen varias versiones: 1) ella
se casó con otro; 2) ella murió en Córdoba, donde había sido
enviada para apartarlo de él por sus tías porque era de familia
humilde; 3) que la alejaron por oposición de los padres de ella.
Pero, sea cual fuera la causa, el se retiraría al campo y no
volvería a hablarse de otra pareja.
Se instaló en su
estancia "El Porvenir", situada en el pueblo de Carabelas,
entre Pergamino y Rojas, comenzando una etapa que según sus propias
palabras consistía en "servir constantemente a cuantos me
necesitaron". Vistiendo trajes anchos, bombacha, camiseta
criolla, sombrero de ala ancha, poncho y manta de vicuña; con su
rostro blanco, ojos azules y nariz aguileña, se convirtió en
protector de desvalidos y manosanta.
Curaba con pocas
armas: agua fresca del aljibe, el profundo magnetismo de su voz, su
mirada penetrante y, fundamentalmente, la fe de quienes solicitaban
su ayuda. Su fama se trasmite de boca en boca y la estancia se llena
de carruajes y carretas. Muchos sostienen que se curaron simplemente
bebiendo un vaso de agua e invocando su nombre.
Cosme Mariño, que
estuvo presente en las curaciones de Pancho Sierra sostiene en su
crónica: "Hemos presenciado la romería permanente de enfermos
de toda clase que acudían a caballo, en charret, coches y sulkys.
Hemos visto de paso su manera de curar, generalmente con agua
magnetizada o por medio de la sugestión. Pero a veces lo hacía por
la imposición de las manos, por lo general ya conocía desde que el
enfermo detenía su carruaje cuál era su mal". Luego agrega:
"Hemos oído, además, en Rojas y Pergamino, a muchas personas
que estando desahuciadas por los médicos habían sido curadas por
Pancho Sierra. Algunas de éstas eran acaudalados estancieros como
Ortiz Basualdo, Roberto Cano y otros más".
Ejerce su actividad
de sanador sin persecución policial alguna. La fama de Don Pancho es
primero local. Después va más allá del pago chico pero él no se
aparta de ahí. Hasta su casa llegan los peregrinos. Vivía de manera
austera en un altillo de la estancia (donde estaba su camastro de
cuero de vaca, un crucifijo pequeño en la pared, su guitarra, su
mate de plata y nada más).
Cercana su muerte,
se casó con Leonor Fernández a fines de 1890, dejándole a cargo su
estancia y las obras de caridad que él efectuaba. Falleció en 1891,
y sus fieles consideran que sus milagros no han cesado.
Los lugares de culto
se encuentran todos en Salto, provincia de Buenos aires. Son: 1) el
Mausoleo ubicado en el cementerio donde los creyentes rezan y dejan
ofrendas florales; 2) una pared exterior y lateral de ese mismo
cementerio se utiliza como soporte de numerosas placas y allí se
levantaron dos estatuas del "Gaucho Santo", y 3) frente al
cementerio un aljibe con agua bendecida por Pancho Sierra aunque el
verdadero aljibe está en "El Porvenir". Este último fue
tapado tres veces y las tres veces volvió a brotar agua, quedando
actualmente al descubierto.
Pancho Sierra y el
Espiritismo
Se vinculo a Pancho
Sierra con el espiritismo por varias razones. En primer lugar fueron
los espiritistas los que organizaron la ceremonia de homenaje
realizada un año después de su muerte. El acto se llevó a cabo el
día 15 de marzo de 1892 en el cementerio de Salto. Fue presidido por
Don Rafael Hernández (hermano del autor del Martín Fierro), y se
constituyó una Comisión de Amigos que colocaron en el sepulcro una
corona de bronce. Dicha corona consistía en dos gajos de hiedra y
una corona de laurel, los símbolos de la amistad y la unión de la
idea.
Se pronunciaron
varios discursos resaltando las virtudes del "Gaucho Santo":
el ejercicio de la caridad cristiana y el amor a sus semejantes, el
sacrificio propio por el bien de los demás. Además se habló de la
doctrina espiritista como ciencia, religión, doctrina, moral y
patria, y la Comisión se juró "Solidaridad de la idea, en la
vida y en la muerte". Se calculó cerca de dos mil asistentes,
con representantes de distintos centros espiritistas, entre ellos
Juan M. Broullón, Juan Pablo Quinteros, Mercedes Escudero, Remigio
Barrasa, Félix Guruzeta, Rosendo López, Juan Brown, Dolores Oyampe,
Liberata Sandes, Máximo Paez, Pascual Mardaras, Victorino y Cecilia
Azurmendi, Segunda y Escolástica Simillan, Juan y Esteban Hierne.
Otra de las razones
es su papel protagónico de las Asociaciones Espiritistas en la
divulgación y propagación del mito. El libro La Verdad de Pancho
Sierra con varias ediciones publicadas por la Asociación Alas
Blancas que recoge supuestas comunicaciones y mensajes que el "Gaucho
Santo" habrían sido recibidos por espiritistas durante 1937.
Pancho Sierra fue
invitado varias veces a la Sociedad Espiritista Constancia y lo
hicieron socio de dicha institución ya que sus directivos
consideraban que Dios le había otorgado el don curativo, el carisma
de la curación, intuición y clarividencia y era "un hombre
dotado de facultades mediúmnicas, por medio de las cuales realizó
mucho bien a los enfermos del cuerpo y del alma y a los pobres y
humildes desde el punto de vista terapéutico". Los espiritistas
llaman médium a la persona con gran desarrollo espiritual capaz, en
ciertas ocasiones, de establecer un contacto con lo que se denomina
plano astral.
Fue amigo de Cosme
Mariño (1847-1927) periodista, director de La Prensa quien fundó la
revista espiritista Constancia y era directivo de la Sociedad. Mariño
dedicó varios artículos y notas a la "mediumnidad curativa"
de Pancho Sierra.
Sin embargo, Fermín
Chaves como otros historiadores e investigadores consideran que el
Gaucho Santo no fue en vida un practicante del espiritismo y que su
imagen espiritista es exterior y ajena a su personalidad y quizá
posterior a su muerte "sería espiritista por atribución".
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