miércoles, 11 de septiembre de 2019
Cuniraya Huiracocha
El mito de Cuniraya
Huiracocha forma parte de los escritos de Francisco de Avila, quien
en la primera década del siglo XVII los recolecta en la provincia de
Huarochirí. Avila fue encargado como "extirpador de
idolatrías". Tenía la misión de destruir las antiguas
creencias andinas y reemplazarlas por la religión católica.
Para ello recorrió
la sierra de Lima (Huarochirí) con ayudantes andinos, los que
escribieron en quechua los mitos y leyendas de esa región. La
primera traducción al castellano la hizo José María Arguedas,
publicando el libro "Dioses y Hombres de Huarochirí" en
1966. Posteriormente Gerald Taylor hizo una nueva traducción, en
1987, que aparece en el libro "Ritos y Tradiciones de Huarochirí
del siglo XVII", de donde hemos adaptado el presente relato.
Cuentan que en
tiempos muy antiguos, Cuniraya Huiracocha se convirtió en un hombre
muy pobre, y andaba paseando con su ropa hecha arapos, y sin
reconocerlo algunos hombres lo trataban de mendigo piojoso. Pero
Cuniraya Huiracocha era el dios del campo. Con solo decirlo preparaba
las chacras para el cultivo y reparaba los andenes. Con el solo hecho
de arrojar una flor de cañaveral (llamada pupuna) hacía acequias
desde sus fuentes. Así, por su gran poder, humillaba a los demás
dioses (huacas) de la región.
Había una vez una
mujer llamada Cahuillaca, quien también era huaca, que por ser tan
hermosa todos los demás huacas la pretendían. Pero ella siempre los
rechazaba. Sucedió que esta mujer, que nunca se había dejado tocar
por un hombre, se encontraba tejiendo debajo de un árbol de Lúcumo.
Cuniraya que la observaba de lejos pensaba en una manera astuta de
acercarse a la bella Cahuillaca. Entonces se convirtió en un pájaro
y voló hasta la copa del Lúcumo, donde encontró una lúcuma madura
a la que le introdujo su semen, luego la hizo caer del árbol justo
al costado de donde Cahuillaca se encontraba tejiendo. Al verla se la
comió muy gustosa y de esta manera la bella diosa quedó embarazada
sin haber tenido relaciones con ningún hombre.
A los nueve meses,
como era de esperarse, Cahuillaca dio a luz. Durante más de un año
crió sola a su hijo, pero siempre se interrogaba sobre quién sería
el padre. Llamó a todos los Huacas y Huillcas a una reunión para
dar respuesta a su pregunta. Cuando supieron de la reunión todos los
huacas se alegraron mucho, asistieron muy finamente vestidos y
arreglados, convencidos de ser a los que la bella Cahuillaca
elegiría. Esta reunión tubo lugar en un pueblo llamado Anchicocha.
Al llegar se fueron sentando, y la bella huaca les enseñaba a su
hijo y les preguntaba si eran los padres. Pero nadie reconoció al
niño. Cuniraya Huiracocha también había asistido, pero como estaba
vestido como mendigo Cahuillaca no le preguntó a él pues le parecía
imposible que su hijo hubiese sido engendrado por aquel hombre pobre.
Ante la negativa de
todos los preguntados de reconocer al niño, Cahuillaca ideó posar
en el piso al niño, dejando que ande a gatas solo hasta donde se
encuentre su padre. Hizo así, y el niño se dirigió muy contento
donde se encontraba Cuniraya Huiracocha. Cuando su madre lo vio, muy
encolerizada, gritó: "-Ay de mí! "Cómo habría podido yo
dar a luz el hijo de un hombre tan miserable?". Y con estas
palabras cogió a su hijo y corrió hacia el mar. Entonces Cuniraya
dijo: "-Ahora sí me va a amar!" y se vistió con un traje
de oro, y la siguió, llamándola para que lo viera. Pero Cahuillaca
no volvió para mirarlo, siguió corriendo con la intención de
arrojarse al mar por dar a luz el hijo de un hombre tan "horrible
y sarnoso". Al llegar a la orilla, frente a Pachacamac, se
arrojó y quedaron convertidos, ella y su hijo, en dos islotes que
están muy cerca a la playa.
Como Cuniraya
pensaba que Cahuillaca voltearía a verlo, la seguía a
distancia llamándola
y gritándole continuamente. Entonces se encontró con un cóndor y
le preguntó: -"Hermano, "dónde te encontraste con esa
mujer?", -"Aquí cerca está, ya casi la vas alcanzando"
le respondió el cóndor. Por darle esa respuesta Cuniraya le dijo al
cóndor: -"Siempre vivirás alimentándote con todos los
animales de la puna, y cuando mueran tú sólo te los comerás, y si
alguien te mata, él también morirá"
El huaca siguió en
su carrera en pos de Cahuillaca, encontrándose con una zorrina.
-"Hermana" le preguntó, ""En donde te has
encontrado con esa mujer?"
La zorrina le
respondió: -"Ya no la alcanzarás, está muy lejos"-. Por
darle esa mala noticia el huaca le dijo: -"Por lo que me has
contado, te condeno a que camines sólo de noche, odiada por los
hombres y apestando horriblemente". Más abajo en su camino se
encontró con un puma. -"Ella todavía anda por aquí ya te
estás acercando" le dijo el puma
Por darle tan buenas
noticias Cuniraya le respondió: -"Comerás las llamas del
hombre culpable, y si alguien te mata te hará bailar primero en una
gran fiesta, y todos los años te sacará sacrificándote una llama"
(De este modo Cuniraya le confiere al puma categoría para ser
adorado, y manda además que todos los años se celebre una fiesta en
su honor, en la que se bailará y se sacrificará una llama en su
honor) También se encontró con un zorro. Al preguntarle por
Cahuillaca el zorro le dijo que se encontraba ya muy lejos y que no
la alcanzaría.
Por esto le dijo al
zorro: -"Aunque andes a distancia, los hombres llenos de odio te
tratarán de zorro malvado y desgraciado. Y cuando te maten te
botarán a tí y a tu piel como algo sin valor". El halcón, con
quién también se encontró, le auguró que pronto la alcanzaría.
Por ello le contestó el huaca: -"Tendrás mucha suerte, y
cuando comas primero almorzarás picaflores. El hombre que te mate
llorará tu muerte, y sacrificará una llama en tu honor, y bailará
poniéndote sobre su cabeza para que resplandescas allí".
Enseguida se
encontró con unos loros, quienes le dijeron que ya no la alcanzaría.
Por ello Cuniraya les maldijo así: -"Andareís gritando muy
fuerte, y cuando los escuchen, sabiendo que tienen la intención de
destruir los cultivos, sin tardar los hombres os ahuyentarán y
habrán de vivir sufriendo mucho, odiados por ellos". De este
modo, cada vez que se encontraba con alguien que le daba una buena
noticia le auguraba un buen porvenir, y si se encontraba con alguien
que le daba malas noticias lo maldecía. De este modo llegó hasta el
mar donde se encontraban dos hijas de Pachacamac custodiadas por una
serpiente. Pero poco antes, la madre de éstas: Urpayhuachac, había
entrado al mar a visitar a Cahuillaca.
Aprovechando esta
ausencia Cuniraya violó a la menor de las hijas. Cuando quiso hacer
lo mismo con la otra, ésta se transformó en paloma y voló. Es por
esto que a su madre le llaman Urpayhuachac: la que pare palomas. En
ese tiempo no habían peces en el agua. Solo Urpayhuachac los criaba
en un estanque que estaba dentro de su casa. Cuniraya, enfadado
porque había ido a visitar a Cahuillaca arrojó todos los peces del
estanque al mar. Y es por esto que el mar, ahora, se encuentra
poblado de peces. Cuando la hija menor de Urpayhuachac le contó lo
que Cuniraya le había hecho, se encolerizó y se decidió por
matarlo. Para ello tramó un astuto plan. Urpayhuachac llamó a
Cuniraya con el pretexto de quitarle las pulgas. Este aceptó. Pero
al mismo tiempo hacía crecer una gran peña para que le callera
encima al huaca y lo aplastara.
Pero éste, con gran
astucia, se dio cuenta de las verdaderas intenciones de Urpayhuachac,
y huyó del lugar. Desde entonces Cuniraya Huiracocha anda por el
mundo engañando a huacas y hombres.
Cure: GU. Palabra de
origen guaraní que significa "cerdo". Existe una leyenda
que afirma que el curé era un gaucho avaro y perezoso que por no
haber ido a ver al niño Jesús cuando nació, fue transformado en
cerdo.
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