lunes, 1 de abril de 2019
Tau y Kerana Espíritu Maléfico
Mitología Guaraní.
Esta pareja sufrió una maldición que todos sus hijos se
convirtieran en unos monstruos. Tau un espíritu maléfico
horripilante, dueño de poderes infernales, que se enamoró de una
bella doncella llamada Kerana, que se pasaba los días durmiendo (
hija de Marangatú), era la simpática personificación de la tribu.
Taú se enamoró de la muchacha y para conquistarla.
Se transformó en un
apuesto joven, con la nueva apariencia Taú visita a Kerana por siete
días consecutivos, en el ultimo intenta raptar a la joven, por lo
que Angatupyry ( espíritu del bien) se ve obligado a intervenir para
evitarlo, se entabla una lucha con Taú que dura siete días.
Condena a la pareja
a tener hijos monstruos
Finalmente Tau
haciendo uso de artimañas vence a Angatupyry; Taú al verse vencedor
se lleva a Kerana, esto ocasiona profunda tristeza en la tribu; estos
ruegan un castigo ejemplar al transgresor. Angatupyry hace de Taú el
objeto de una terrible maldición.
Condena a la pareja
a parir monstruos, así nacen siete monstruos de la mitología
Guaraní. Tejú Jagua, Mbói Tui, Moñai, Jasy Jateré, kurapi, Ao Ao
y Luisón nacieron en forma prematura a los siete meses.
Sostiene la leyenda
que al nacer el último hijo apareció en el cielo una señal de
advertencia para que los hombres se cuiden de estos engendros.
Las Pléyades
Se cuenta que es el
castigo a las penas que marcan la humanidad; el miedo, el dolor, el
hambre, la sed, la enfermedad y la muerte.
Por siete años el
mal se extiende en la tierra, las acciones de los siete hermanos
hacen que el miedo y terror no logren refugio en ningún lugar.
Kurapí rapta y viola jóvenes, Moñai roba y saquea, Luisón ultraja
cementerios, Jasy Jateré rapta niños, Ao Ao asola rebaños de la
tribu, los graznidos de Mboi Tui acechante en la selva y los ojos de
fuego de Tejú Jagua en la oscuridad de las cuevas inspiran solo mas
temor.
Tume Arandú sabio
de la tribu ve el sufrimiento de su gente y decide pedir ayuda a Tupá
( es el dios supremo de los guaranies, la deidad creadora de la luz y
el universo, su morada es Kuarahy ( el Sol) fuente de luz, origen de
la humanidad). Para vencer el mal que invadió su tierra, Tupá envía
un mensaje de Jahariguoa (un guacamayo).
El plan solo puede
ser llevado por una doncella
Y existe la
posibilidad que ésta nunca retorne pero nadie de la tribu parece
ofrecerse. Tume Arandú vuelve a su hogar y lo comunica a sus
hermanas, Guarasyava, Tupinamba y Porasy ( madre de la belleza) ,ésta
se ofrece para el plan y dice — yo iré a matar a estos monstruos
que a asoleado hasta hacer morir a mi pueblo-. Porasy se dirige a la
cueva de Moñai, ingresa sabiendo el peligro que le acecha, Moñai
despierta y sale a su encuentro, pero prendado por la belleza no la
mata, le pregunta que hace allí.
Porasy le dice, que
está fascinada por su bravura que ha escuchado y por eso está
enamorada de él y quería casarse con él; Moñai por la belleza y
elocuencia de la joven acepta hacerlo en ese mismo momento. Porasy
entonces responde que lo haría con una sola condición; que todos
los hermanos estén presentes a la hora del casamiento.
Moñai acepta pero
le sugiere que se casen en la cueva de Tejú Jagua, ya que éste,
debido a sus deformidades no puede salir de su morada. El plan que
Tupá había comunicado a Tumé Arandú estaba en marcha.
Porasy aguarda diez
días en la cueva con Tejú Jagua
Mientras Moñai
buscaba y reunia a sus otros hermanos. Cuando los monstruos están ya
reunidos se hace la fiesta, beben chicha y se emborrachan; Tume
Arandú silenciosamente con todos los del la tribu rodean el cerro
donde se encuentra la gruta y la trampa se empieza a cerrar, la
grotesca fiesta se desarrolla en la cueva a los ojos de Porasy que
aguarda para dar la señal a la tribu, los monstruos por los efectos
del alcohol caen dormidos.
El sacrificio de
Porasy
La doncella se
aproxima a la entrada para alentar a su gente en ese instante, en ese
momento, Moñai despierta y se abalanza sobre Porasy con el grito de
¡traición!, envuelve con su cuerpo de serpiente a la frágil joven
y se la lleva al interior de la cueva comprendiendo que su salvación
es imposible, entonces grita que bloqueen la cueva, los hombres de
Tumé Arandú taponan la entrada con una gran piedra y prenden fuego
al cerro para sellarlo así para siempre.
El sacrificio de
Porasy para liberar la tierra de los monstruos será recordado, Tupá,
para premiar su entrega eleva el alma de la heroína al cielo y la
convierte en un punto de luz pequeño pero intenso. El espíritu de
Porasy alumbra la aurora desde entonces.
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