miércoles, 3 de abril de 2019
El Dolor Del Alma
El dolor que el alma
siente, es tan profundo que hiere nuestro corazón, y ofusca nuestra
mente, retrocede hacía el pasado, no quiere disfrutar el presente, y
al futuro quiere llegar, antes de que el tiempo pase, va adentrándose
en nuestro cuerpo, en nuestro cuerpo mortal, ya que, al ser ella
inmortal, sabe que el dolor pasará, algún día ha de llegar que su
dolor pase, de tal modo, que para ella es real el dolor que siente
ahora, pero sabe que el cuerpo, el cuerpo que es su envoltura,
siempre será mortal y que, cuándo sienta las heridas que le
infligen las cosas de su alma, a otra esfera pasará, sin haber
podido saber que el llanto que le regala, es para sí, por siempre
jamás, porque siendo su envoltura, no descansará en paz, ya que el
dolor que siente ahora, siempre le acompañará.
Si retrocede al
pasado, contempla, para más daño, lo malo, se recrea en esta idea,
y no quiere saber nada de lo bueno que hemos tenido, en nuestros
tiempos de antaño, solo quiere lo que duele, lo que mata nuestro
ánimo, no quiere ver alegrías en el pasado, ella no quiere
fantasías, quiere llantos, no ilusiones, no quiere ver los dones que
el cielo nos regaló en nuestra vida anterior, no quiere reconocer
que lo pasado no vale, que la escuela que tuvimos, la que nos dio
nuestros males, ya no es buena para nuestras necesidades, las
pasadas, las presentes y las futuras, que el pasado ya ha pasado, que
el presente es el ahora y, que el futuro, no ha llegado.
El presente no
disfruta, no quiere reconocer, que el presente hay que vivirlo, el
día a día ha de ser, nuestro lema para salir adelante, los
problemas resolver, hacer frente a nuestras penas, a las que ella nos
regala, no queremos el regalo que nuestra alma nos da, preferimos el
minuto actual, en el que piensa nuestras mentes, quieren tener
felicidad, ahora…, ya, no queremos regresar a sentir nuestros
pesares, cuándo al pasado nos lleva, ni queremos adelantar un futuro
que es incierto, lo que queremos es gozar del momento en el que
estamos, y es real, y para en él tener felicidad, rechazamos el
pasado y el futuro, y nos quedamos con nuestro tiempo de ahora, que
no es un sueño ingrato, es el presente en nuestras vidas, el que
manda, el que nos lleva por el sendero que en la felicidad culminará,
y en buen puerto nos dejará.
El futuro, ¿por qué
pensar en tal cosa?, el mañana no ha llegado, no sabes si llegará,
si lo tendrás que esperar, ¿y si no tienes futuro?, ¿por qué
llegar a otro tiempo tan incierto con la mente?, ésta nos engañará,
cómplice del alma será, para que el dolor ingrato se recree en el
presente, no quieren felicidad, nuestra alma y nuestra mente, no nos
deja disfrutar de nuestro tiempo actual, de nuestro buenos momentos
que la vida nos regala, el presente es un regalo, con el que la vida
nos mima, no debemos rechazar lo que ahora tenemos, tenemos que
dominar nuestros pensamientos, y llegar a la felicidad, venciendo
nuestras mentiras, las mentiras que nos dan, ya que mienten, gozar de
nuestros buenos momentos, con nuestros seres queridos, que nos llenan
de alegría, de ganas de vivir, y, al fin y al cabo, son lo que,
durante toda la vida nos acompañarán.
Y para finalizar,
solamente destacar, que cuándo al pasado volvemos, hay momentos que
podemos recordar con toda fidelidad ya sean buenos o malos, parece
que los vivimos de nuevo, y si al pasado volvemos, es para que en
nuestro presente, encontremos toda la felicidad que merecemos.
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