viernes, 5 de abril de 2019
¿Qué es la Religión Vudú?
Es con toda certeza
uno de los grandes mitos de todos los tiempos. Cuando escuchamos la
palabra vudú, religión vudú o la famosa frase de “te voy a hacer
vudú”, no es que pensemos en algo positivo precisamente. A lo
largo de la historia se nos ha presentado esta creencia como algo
maligno, algo relacionado con el mismísimo diablo y que sirve para
perjudicar a las personas que odiamos, de manera física
especialmente. Es una especie de hechizo, para que se entienda.
No obstante, desde
hace ya poco más de una década, especialmente señalando el año
2003 -fecha en que se hizo oficial la religión Vudú en Haití- que
se ha empezado a esclarecer lo que realmente deriva de esta mitología
que ha sido distorsionada hasta el ridículo, tal y como apuntan los
expertos. Millery Polyné y Elizabeth McAlister, son dos expertos en
la materia que han ayudado a realizar distintos estudios
historiográficos para desmitificar la “mala prensa” que padece
el vudú.
¿En qué consiste
la religión Vudú?
Según apunta
Polyné, un estadounidense de origen haitiano que llegó al Estado de
Florida (EE.UU.) en los años noventa, cuando tan sólo tenía 14
años, ya se quedó impresionado por los comentarios y perjuicios que
se venían reproduciendo cuando su persona estaba presente a la hora
de socializar. “Ni siquiera yo conocía a fondo mi propia
religión”, afirma el autor. Fue a raíz de esos paradójicos
momentos cuando decidió aprovechar su curiosidad y estudiar historia
afroamericana y del Caribe, donde imparte clases como profesor en la
Universidad de Nueva York.
Como suele ocurrir
en este tipo de casos, donde el desconocimiento y una mala proyección
de una cultura lejana resulta poco atractiva de ser investigada,
rápidamente interiorizamos lo primero que se nos brinda detrás de
una pantalla, especialmente si es una serie o película. Existen
también cientos de miles de obras literarias que no han ayudado
precisamente a despejar estas leyendas negras que todavía persiguen
a la religión vudú.
Nada más lejos de
la pura realidad, toda la fantasía que se ha generado por la
indústria citada ha quedado desmentida de manera flagrante. Resulta
que los orígenes del vudú hay que encontrarlos en el período de
los siglos XVI y XVII, cuando las potencias europeas seguían en su
empeño de colonizar a las extensiones de ultramar para seguir
comerciando con esclavos e importar riquezas de las islas caribeñas,
tales como el tabaco, el azúcar o el ron.
De la mano de
misioneros franceses, la religión vudú es descendiente directamente
del catolicismo romano, y algunos de sus preceptos son compartidos
con el cristianismo occidental. Tienen un Dios que manda a espíritus
que obren en la tierra visible mediante el ser humano de carne y
hueso. Curiosamente, el vudú no cree ni en el cielo ni en el
infierno. Simplemente creían en la buena obra y paz que los
ancestros habían encomendado a los que profesaban esta religión.
Una manipulación
intencionada
La historia siempre
se repite y, como se suele afirmar, la escriben los vencedores. Y
este no iba a ser la excepción. Teniendo en cuenta que el vudú
proviene de la época colonial y de esclavitud, los negros que
padecían estas injusticias se refugiaban en una religión que les
permitía mantener cualquier atisbo de esperanza y confort. Fue en
este momento cuando los franceses libraron toda una batalla
propagandística para evitar cualquier tipo de revolución que
permitiera la emancipación de sus lacayos.
En efecto, la
religión vudú fue en algunos momentos un acto revolucionario que
puso en jaque en más de una ocasión a las fuerzas imperialistas del
momento. Por ello, algunas fuerzas globales influyentes como la
Iglesia, políticos haitianos y científicos blancos, empezaron a
organizar un relato criminalizador en contra de esta creencia. Ritos
satánicos, ceremonias carnívoras e idolatría a monstruos es la
imagen que se exportó de la isla a Occidente.
Después de la
independencia de Haití allá por el siglo XVIII, los pobres
lugareños no se quitaron de encima toda esta palabrería. Habiendo
sufrido todo tipo de vejaciones por los franceses, llegó el turno de
los norteamericanos que, curiosamente, se independizaban del imperio
inglés poco antes que los caribeños. Faustin Wirkus, almirante del
ejército estadounidense, vio un potencial enorme en las riquezas a
explotar dentro de Haití, así como instalar bases navales
permanentes para dominar los mares de centroamérica.
El tsunami de Haití
Sigue siendo fresco
el recuerdo de los fatales acontecimientos naturales que padeció la
isla en el año 2010, cuando en un día tranquilo una gigantesca ola
engullía toda la costa, llegando a la zona repleta de hoteles y
resorts turísticos ubicados en primera línea de mar. En la
actualidad, la zona sigue siendo considerada catastrófica, así como
el país más pobre del mundo según un informe de las Naciones
Unidas.
Tampoco en esa
ocasión se salvaron los haitianos de sufrir improperios y calumnias
por su condición de practicar la religión vudista. Sin ir más
lejos, el evangelista y polémico estadounidense Pat Robertson,
afirmó que el desastre natural había sido un castigo de Dios por
haber pactado con el diablo en el año 1791. Unas desafortunadas
declaraciones que no hacen más que incitar el odio y racismo hacia
una población ya muy desgraciada.
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