miércoles, 1 de mayo de 2013
La Inmaculada Isla de Pascua
La isla de Pascua, al igual que la gran parte de toda la
estructura terrestre, fue producto del fuego, o sea, de un volcán.
Varias islas que hoy deambulan perdidas en ese mar de
locura, siguen rumbos desconocidos y generan desconcierto en cuanto a la precisión
geológica que algunos científicos quieren atribuirle.
Actualmente en cada vórtice de la isla, se encuentran
volcanes inactivos, hecho que repercute en su escasa vegetación. Sin embargo,
no es la escaza flora y fauna lo que llama la atención, no.
Es algo que está más vinculado a lo misterioso, aún, la
ciencia y la comunidad arqueológica, no puede precisar con exactitud, cómo,
cuándo y el porqué de esas monumentales piedras esculpidas.
Todo comenzó hace más de 1.500 años atrás; a la isla
llegaron unos polinesios, quienes estaban al mando de su Ariki (rey) Hotu
Matu’a, se dice que buscaban el Te Pito o Te Henua, que quiere decir “El
ombligo del mundo”, y Mata Ki te rangi, que equivale a “Ojos que miran al
cielo”, que para ellos era el centro de su visión-cósmica, es decir, la manera
que los Polinesios comprendían el mundo, o sea, la vida y la muerte.
Algunos antropólogos han atribuido a esas estructuras de
piedra un carácter ceremonial y de protección a la isla. Se dice que el tiempo
en que fueron creados los moais fue en el Siglo XII después de Cristo.
Y que posteriormente debido a diversos enfrentamientos en
los Siglos XVII y XVIII, por el poderío de la isla y la escasez de alimentos,
se terminó con la cultura moai, imponiéndose un nuevo orden político religioso
que desterró el culto al hombre y derrumbó varios moais.
El mundo está lleno de misterios, y el hombre, intenta darle
sentido a cada uno de ellos, sin embargo, a pesar de vivir en una modernidad
donde el conocimiento y la tecnología tienen un papel protagónico para
comprender nuestro contexto moderno, hasta la fecha, los misterios del mundo
aún no han sido develados, por lo menos, en su gran mayoría.
Es el caso de las piedras encontradas en la Isla de Pascua,
actualmente pertenece a la soberanía chilena, y en 1999 fue nombrada Patrimonio
de la Humanidad por la Unesco.
En otras palabras, el mundo entero ha reconocido el valor
simbólico que representa la Isla de Pascua para entender nuestros orígenes.
Algunos estudiosos sostienen que la creación de esas estatuas, están
relacionadas con misterios alienígenos, y no sólo eso, sino que también tiene
relación con otros simbolismos que están en otras partes del mundo.
Por ejemplo, las esferas de rocas en Costa Rica, si se
alinea en línea perpendicular, pasaría por la Isla de Pascua, ahora, los
antropólogos costarricenses -no todos- sostienen que esas esferas son producto
de comunicaciones que tuvieron otros seres que vivían fuera de la tierra.
Entonces, siguiendo esa lógica, todo lo que se dice e
investiga acerca de los extraterrestres, podría empezar a tener cierta lógica,
siempre y cuando, los resultados demuestren lo contrario ¿O cómo podríamos
explicar lo que la ciencia aún no logra? ¿Cómo entender esas
mega-construcciones en un contexto donde no se conocía la industria y la fuerza
mecánica que se tiene ahora?
Sin lugar a dudas, esos moais están en la tierra por alguna
razón, no son esculturas simplemente, sino que representan algo para nosotros.
Ahora bien, el 5 de abril de 1722 el aventurero navegante neerlandés Jacob
Roggeween descubrió la isla y le puso el nombre de la Isla de Pascua, ¿La
razón? Fue porque esa fecha correspondía al día de Pascua de Resurrección (esta
fiesta tiene fecha variable) ¿Qué se pretende decir con eso? Solo hay que tomar
en cuenta la variable religiosidad, es decir, la calidad de lo religioso.
Pues según las interpretaciones religiosas, la pascua es la
fiesta principal y la más antigua de los cristianos. Es el corazón del año
litúrgico. La pascua conmemora la Resurrección del Cordero Inmolado:
Jesucristo. O sea, expresa la victoria ganada en la Cruz por Jesús sobre el
demonio. “Los hombres estábamos bajo la esclavitud de Satanás, pero en Cristo
tenemos vida nueva”. Pascua deriva de la palabra hebrea, Phase o Phazahah, y
significa “paso” o “tránsito”, o más propiamente “salto”. Es decir, conmemorar el
paso del “Ángel exterminador”. En cambio, para el cristianismo es la
“Resurrección”, o sea, el “tránsito de la vida a la muerte” de Jesucristo. En
otras palabras, pascua representa un simbolismo dentro las religiones de
salvación, y es el nombre de Pascua que también se relaciona con los moais, no
se pretende hacer parangones o bien, infundadas argumentaciones religiosas, no,
sinoque hay una doble connotación divina en la Isla de
Pascua. Por un lado, los moai son el símbolo de Rapa Nui
(Isla de Pascua), y por otro, la pascua es un símbolo religioso importante del
cristianismo debido a su antigüedad. Se podría decir que tal vez por esa
extraña y arbitraria analogía, la Isla de Pascua representa para sí, un
misterio insondable para la racionalidad humana.
Donde al final, se ha producido una simbiosis espiritual
entre lo arcaico y lo contemporáneo.
Sin embargo, para la ciencia, no existe ninguna vinculación
que demuestre empíricamente la relación divina con lo terrenal ¿Entonces cómo
se podría explicar la existencia de los moais? Hasta el momento nadie con
certeza ha podido precisar cómo lo hicieron, y peor aún, cómo movieron dichos
íconos.
Se plantearon dos hipótesis, primero, la del empleo de
troncos, donde se la descartó por las características geológicas del lugar;
segunda, la utilización de cuerdas para izarla, la cual también fue descartada,
ya que dicho instrumento era desconocido por ellos. Lo que más llama la
atención acerca de la existencia de estas estatuas, tal vez está en las
declaraciones de los propios isleños contemporáneos. El 2000, un grupo
arqueológico de los Estados Unidos descubrió datos que sugieren el empleo de
máquinas complejas.
Posteriormente el geólogo Charles Love, junto a un equipo de
17 estudiantes excavó secciones de tres importantes carreteras que servían para
transportar las estatuas gigantes.
Pero no fue un trabajo concluyente, ya que los hallazgos que
encontraron no fueron suficientes para responder el cómo lo hicieron. Sin
embargo, los isleños contemporáneos manejan sus propias hipótesis, ellos
sostienen que el trabajo fue hecho con magia y por la fuerza de los espíritus.
Lo que se conoce hasta ahora de los moais es que fueron
construcciones religiosas talladas por los habitantes de la Polinesia entre los
siglos XII y XVII, en conmemoración a sus antepasados y difuntos. Son más de
600 moais labrados en toba del volcán Rano Raraku, se dice que quedan unos 400
moais en diferentes fases de acabado. Son 80 estatuas que están incompletas en
la cantera dentro del cráter del antiguo volcán Rano Raraku. Hay 276 estatuas
en las laderas del volcán. Existen 300 efigies derribadas sobre los ahus
(plataformas ceremoniales). Y las otras, se encuentran a lo largo de antiguos
caminos. Como corolario, cada moai tiene su propia particularidad, es decir, un
diseño distinto, incluso, están puestos de diferentes formas. Se sabe que la
mayoría está de espaldas al mar y fija la mirada hacia otros derroteros. Para
algunos es aquella nostalgia de su presencia efímera en la tierra para partir a
un mundo donde ellos existen por siempre. Los moais son ídolos de piedras
petrificadas en un duro misterio para desenterrar las razones de su existencia.
Pero algo es seguro, ellos quieren que nosotros sepamos que ellos aún existen y
nos miran con esa nostalgia que el tiempo quiere arrebatarles.
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