El fenómeno de dos capas de aire circulando a distinta velocidad se denomina cizalladura. Cuando una de las capas de la cizalladura posee la humedad suficiente, se forman nubes que aparecen en forma de espiral en la vertical. Los pilotos de avión, diligentes observadores de nubes, siempre están muy atentos a la formación de esta clase de cizalladuras, ya que producen desagradables turbulencias que sacuden a las aeronaves y por lo tanto tratan de evitarlas durante sus vuelos.
Así como podemos hacer girar un lápiz al frotarlo entre las palmas de nuestras manos, las nubes se enroscan sobre su eje al ser “frotadas” por las corrientes de aire que las rodean. El efecto visual que generan es similar al de las olas de las caricaturas, pero si la diferencia de velocidad es considerable se forman espirales más complejos y atrayentes.
La inestabilidad Kelvin-Helmholtz, llamada así en honor a los científicos que investigaron la dinámica de los fluidos, se produce cuando la capa superior es menos densa que la inferior, y circula además a mayor velocidad. La diferencia de densidad y velocidad produce un conjunto de ondas regulares y estables sobre la capa de nubes. A mayor diferencia de velocidad, la inestabilidad aumenta y las ondas son cada vez más complejas, adoptando la forma conocida como “ojo de gato”.
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