domingo, 2 de diciembre de 2012
Carlos III .. El Hechizado
A finales el siglo XVII, la inmensa Monarquía Hispánica
estaba gobernada por Carlos II, un enfermo crónico como consecuencia de la
consanguinidad que había sido la política constante de su familia durante
generaciones. En las cortes de Europa, muchos esperaban su final con ansiedad,
pues el monarca no tenía descendientes directos, por ello todos se preparaban
para lanzarse sobre una monarquía que parecía a punto de extinguirse.
Por aquel entonces, todavía se conservaban practicamente
intactos todos los inmensos territorios que se habían ido acumulando desde los
Reyes Católicos y que habían ampliado los sucesivos descendientes de la Casa de
Austria, por ello, la descendencia de Carlos II era un tema del que dependía la
continuidad del imperio, aunque éste ya mostraba evidentes signos de debilidad.
Por ello la principal obsesión de la Corte de Madrid era garantizar el futuro
de la dinastía. No se hicieron pocos esfuerzos para conseguirlo, tras el primer
matrimonio que terminó con la muerte de su esposa María Luisa de Orleans,
contrajo de nuevo esponsales con Mariana de Neoburgo, hija del elector del
Palatinado.
Consciente su nueva esposa de que su valía y continuidad
dependían de darle un heredero al rey de España, Mariana se sometió a todo tipo
de tratamientos de fertilidad que pasaron desde las procesiones, las sangrías,
las purgas y la ingesta de distintos brebajes que terminarían por minar también
su salud. Nada sirvió para lograr el cometido, ni siquiera sus once simulados
embarazos y sus simulados abortos, pronto se corrió la voz en la corte de la
esterilidad de la reina y por si fuera poco su falta de docilidad le granjeó la
enemistad de la madre del rey Mariana de Austria.Uno de los enfrentamientos
entre ambas Marianas vino por el nombramiento de un gobernador en los Países
Bajos. La reina consorte tenía en mente a su hermano Juan Guillermo y la reina
madre sin embargo apostaba por el marido de su nieta María Antonia: Maximiliano
Manuel, elector de Babiera. La pugna entre ambas se dirimió finalmente en favor
de éste último y por tanto la reina madre se salió con la suya, Maximiliano Manuel
fue finalmente nombrado por Carlos II gobernador de aquellos estados por real
decreto de 26 de diciembre de 1691.
El plan de la reina madre estaba claro, quería que
Maximiliano Manuel fuera una extensión de su voluntad en los Países Bajos y que
abriera el camino para el príncipe José Fernando, hijo de Maximiliano Manuel y
de su nieta María Antonia, nacido en Viena el 28 de octubre de 1692, bisnieto
del rey Felipe IV de España y de la reina doña Mariana de Austria, y sobrino
nieto del rey Carlos II de España. Sería por tanto José Fernando de Baviera el
heredero de todos los reinos, estados y señoríos de la Monarquía Hispánica
desde 1696, por testamento del rey Carlos II de España, hasta su muerte en
1699. José Fernando fue considerado por Mariana de Austria como el heredero
directo de la Monarquía Hispánica pues estaba convencida de que su hijo nunca
podría concebir.
Finalmente se cumplieron sus deseos y el 16 de mayo de 1696,
en Madrid, moría la Reina Madre de un cáncer de pecho. Su triunfo póstumo fue
el testamento que suscribió su hijo Carlos II en septiembre de 1696 decretando
heredero universal de la Monarquía a su sobrino nieto José Fernando de Baviera.
En 1697 llegó el embajador francés a España (una vez
concluida la guerra entre España y Francia en 1689) era el Marqués de Harcourt
que movió sus hilos para ganar adeptos para la causa francesa, como el poderoso
Cardenal Portocarrero.
Así en el complicado tablero de aspirantes teníamos por una
parte a José Fernando de Baviera designado sucesor en el testamento de Carlos
II por influencia de Mariana de Austria. Por otra parte el emperador Leopolpo I
que quería imponer como heredero en España a su hijo el archiduque Carlos. Y
finalmente estaba el partido francés dirigido por el embajador francés, Harcourt,
que tenía como principal candidato a Felipe de Borbón, duque de Anjou, nieto de
Luis XIV y biznieto del fallecido Felipe IV.
En 1680 se
realizó una reforma monetaria muy importante. Se permitió la acuñación de un
vellón con valor fáctico mayor que su valor intrínseco.Las dos últimas
candidaturas eran complicadas puesto que si triunfaba la primera, la del
archiduque Carlos, podría desembocar en la unión de España y Austria. La
segunda candidatura, la de Felipe de Anjou, podría desembocar a su vez en la
unión de España y Francia. Ambas posibilidades crearían a un coloso de fuerza descomunal
para los intereses del resto de potencias europeas, por lo que se empezaron a
mover los hilos en Europa y ya entre ellas comenzaron a urdir los posibles
repartos.
De esta manera en 1698 Luis XIV ya tenía en mente un posible
reparto por el que al morir Carlos II, el príncipe José Fernando de Baviera se
quedaría con los Países Bajos, los reinos de la Península y las posesiones de
las Indias, mientras que Francia se quedaría con Nápoles y Guipúzcoa y el
archiduque Carlos recibiría el gran ducado de Milán.
Sin embargo la voluntad de Carlos II era bien distinta y el
11 de noviembre de 1698 realizó un nuevo testamento en el que se recalcaba que
el conjunto de la Monarquía era indivisible y que su heredero universal era el
príncipe José Fernando de Baviera.Así estuvieron las cosas hasta que la
fatalidad se cruzó en el destino de la Monarquía, pues José Fernando de
Baviera, con sólo 7 años de edad, falleció de forma inesperada en febrero de
1699, con lo que una de las tres posibilidades antes comentadas se descartó
definitivamente.
A partir de este momento comenzaron de nuevo las intrigas y
las propuestas y los posicionamientos de las diferentes potencias europeas.
Luis XIV incluso comenzó a mover sus hilos en la Corte española. Así en 1699
estalló en Madrid el llamado "Motín de los Gatos" organizado
seguramente por amotinados movidos por intereses extranjeros y que aprovecharon
la mala coyuntura económica y la carestía de alimentos :
"Pan, pan, pan, queremos pan.... Viva el rey, muera el
mal gobierno"
Los disturbios, en los que la multitud exasperada
comprometía gravemente el orden, sólo se calmaron con la intervención del
propio rey Carlos II de España que llegó a dirigirse a la muchedumbre
congregada ante palacio, tras lo que los ánimos se calmaron. Las consecuencias
del motín fueron la destitución del Conde de Oropesa, presidente del Consejo de
Castilla, y principal cabecilla de la opción austríaca y que además hacía
funciones de valido y era el principal responsable del abastecimiento de la
capital.
El obstáculo final, era la
voluntad del rey. En los años finales de su vida, Carlos II tuvo que sufrir
incluso algunos rituales de exorcismo, pues se decía que estaba hechizado y que
existía un maleficio sobre él que le impedía tener descendencia. Desde Viena se
enviaría a fray Mauro de Tenda, amigo de Froilán Díaz(confesor del rey Carlos
II) un exorcista de renombre que llegó a asegurar que quien había hechizado al
Rey es :
"Alguien que tiene simpatías por las flores francesas
de lis y desea que de esta simple manera recaiga la herencia de esta Monarquía
en el Rey de Francia" (1)
La débil salud del monarca se vio afectada por estos
exorcismos y padeció continuas diarreas, vómitos y fiebres muy altas.Luis XIV
decidió ir más allá en el año 1700 y propuso que si en tres meses no se
aceptaba su plan anterior, se buscaría un príncipe que sustituiría al
archiduque Carlos en la herencia. Carlos II, viendo posiblemente muy cerca el
fin de sus días, pidió finalmente consejo al papa Inocencio XII :
"...mantener inseparables los reinos de mi Corona y la
Sagrada Religión", podía ofrecer "uno de los hijos segundos del
Serenísimo Delfín de Francia"
De esta manera, se habló, abiertamente, sobre la posibilidad
real de la opción francesa.
El papa Inocencio XII, pro-francés, no tardó en responder
favorablemente a esta consulta :
"Nos vemos en el deber de no discrepar de esa opinión
del Real Consejo de Vuestra Majestad"
Recibió el Rey la carta de Su Santidad y tranquilizóse ya
plenamente confortado. Carlos II convencido de que finalmente esta era la
voluntad de Dios se confesó y recibió la extrema unción. La monarquía católica
sería heredada por un borbón francés. Unos años atrás, pocos podían haber
previsto un desenlace así, pero... a fin de cuentas esta dinastía no era tan
extraña en España porque todos los anteriores reyes de España habían tenido
esposas del país vecino. (2)
El 1 de octubre el Rey firmó su nuevo testamento :
"...declaro ser mi sucesor, en caso de que Dios me
lleve sin dejar hijos, al Duque de Anjou, hijo segundo del Delfín, y como tal
le llamo a la sucesión de todos mis Reinos y dominios, sin excepción de ninguna
parte de ellos. Y mando y ordeno a todos mis súbditos y vasallos de todos mis
Reinos y señoríos que en el caso referido de que Dios me lleve sin sucesión
legítima le tengan y reconozcan por su rey y señor natural, y se le dé luego, y
sin la menor dilación, la posesión actual, precediendo el juramento que debe
hacer de observar las leyes, fueros y costumbres de dichos mis Reinos y
señoríos."
El día 1 de noviembre del año 1700, tras una dura agonía
pero con la conciencia tranquila por creer que su su monarquía descansaba en la
voluntad de Dios, fallecía Carlos II, el último de los Austrias de España.
Sin embargo, su postrera decisión, no evitaría que dos años
después se desencadenara la Guerra de Sucesión Española, un terrible conflicto
que implicó a toda Europa en una cruenta guerra que decidiría finalmente el
destino de las posesiones españolas.
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