sábado, 1 de diciembre de 2012
Boudica, La Reina Celta Que Desafió a Roma
Su nombre significaba ”victoria”. También fue conocida como Budica,
Buduica, Bonduca o por el nombre latinizado de Boadicea. Es descrita como alta,
de voz áspera y mirada feroz, cabello pelirrojo hasta la cadera, muy inteligente
“ poseía una inteligencia más grande que la que generalmente tienen las mujeres
”, vestía una túnica muy colorida y un manto grueso ajustado con un broche.
Siempre usaba un grueso collar de oro, posiblemente un torque, aditamento que
entre los pueblos celtas siempre significaba nobleza. Siempre que hablaba,
sostenía una lanza con la mano para aterrorizar a cualquiera que la
contemplase. Miembro de la predominante elite aristocrática de Icena, recibió
una buena educación acorde a dicha posición social. Se casó con el rey de los
icenos, Prasutagus, con quien tuvo sus dos únicas hijas.
Los icenos era una tribu de origen celta que se distribuía
por la región de Anglia del Este (actuales Norfolk y Suffolk). Eran aguerridos
guerreros cuyas armaduras estaban remachadas en oro, peleaban desnudos y
precedían sus ataques con trompetas. Combatían pintados de azul con glasto, que
aparte de aterrorizar a los enemigos, las cualidades antisépticas del glasto
ayudaban a prevenir la infección de las heridas. Al principio no fueron parte
del territorio invadido por los romanos porque tuvieron el estatuto de aliados
durante la conquista romana de Britania llevada a cabo por Claudio y sus
generales en el año 43. Como todos los pueblos celtas, daban gran importancia a
su independencia y hubo varios roces entre los romanos y los icenos anteriores
al levantamiento del año 60, el más importante de los cuáles se verificó cuando
el entonces gobernador de Britania, Publio Ostorio Escápula, los amenazó con
desarmarlos.Sin embargo, Prasutagus vivió una larga vida de riqueza. Pero había
un problema y era que no tenía hijos varones y que, aunque la realeza pudiera
pasar a sus hijas, sin embargo, no podía asegurar la independencia formal del
Imperio; por eso se le ocurrió la idea de nombrar al emperador romano
coheredero de su reino junto con sus dos hijas. Este tipo de testamentos eran
habituales en la época romana pues se conseguía que, al menos durante al vida
del rey cliente, se respetara un estatus de semi-independencia.
Debido a estos factores y a que la ley romana sólo permitía
la herencia a través de la línea paterna, cuando Prasutagus murió, su idea de
preservar su linaje fue ignorada y su reino fue anexionado como si hubiera sido
conquistado. Las tierras y todos los bienes fueron confiscados y los nobles
tratados como esclavos. Debido a que Prasutagus había vivido pidiendo prestado
dinero a los romanos, al fallecer, todos sus súbditos quedaron ligados a esa
deuda que la reina Boudica no podía pagar. Los romanos desencadenaron la
violencia saqueando las aldeas y tomando esclavos como pago de la deuda.
Boudica protestó amargamente, y después de todos sus esfuerzos, fue sacada del
palacio, desnudada en público y azotada por haber incumplido el pago de la
deuda. A continuación los oficiales y soldados romanos violaron a sus hijas,
las herederas del reino. Lo que desató la furia incontenible de la reina.
En el año 60 d.C. o 61 d.C. mientras los romanos bajo el
mando de su gobernador Cayo Suetonio Paulino estaban ocupados en una campaña
contra la isla de Mona, refugio de britanos rebeldes y gran centro druídico,
los desairados icenos junto a los trinovantes y otras tribus, convocadas por la
reina Boudica, conspiraron para levantarse unidas contra los romanos, eligiendo
a la misma Boudica como líder de las tribus. La reina usando métodos de
adivinación realizó una ceremonia en la que extrajo de los pliegues de su
vestimenta una libre (animal sagrado para los britanos) liberándola.
Interpretando la dirección en que corría la liebre invocó a Andraste, la diosa
celta de la victoria, enardeciendo así aún más el ánimo de los insurrectos.
Con su liderazgo sobre varias tribus britanas, entre cien
mil y doscientos treinta mil guerreros se unieron y avanzaron hacia la Castra
de Camulodunum, fortaleza romana situada en la antigua capital de Trinovantia.
Los habitantes locales, resentidos con los soldados romanos por erigir un
templo a Claudio a sus expensas y hartos del maltrato continuo a que eran
expuestos por los legionarios veteranos establecidos en la ciudad, no hicieron
nada para defenderlos y sabotearon las obras de fortificación y defensa que
levantaban los romanos ante la llegada del ejército rebelde. Los soldados
veteranos, pidieron refuerzos al procurador Cato Deciano, que sólo envió 200
auxiliares militares.
El ejército de Boudica cayó sobre la ciudad y la destruyó,
los últimos defensores romanos fueron sitiados en el templo durante dos días
hasta que finalmente fueron exterminados. La legión IX Hispana, al mando de
Petilio Cerial, fue enviada contra el ejército de Boudica en Camulodunum pero
cayó en una emboscada de los rebeldes icenos, quienes los desbarataron por
completo matando a dos mil quinientos legionarios.
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