jueves, 4 de octubre de 2012
Muerte por Microondas
Claudia una joven estudiante de medicina
dedicaba mas tiempo a su vida social que a los estudios, motivo por el
cual su madre le prohibió acudir ese jueves por la noche a un fiesta de
su universidad a la que ella sabía que acudiría Pedro, el chico de la
que estaba enamorada. Sin embargo eso para Claudia no fue un problema
pues sabía que su madre, que trabajaba en el hospital, tenía turno de
noche y nunca notaría su ausencia si se escapaba.
Poco le importó dejar a su hermana de
seis añitos sola en casa, al fin y al cabo ya estaba dormida hacía
varias horas y sólo iría a tomarse un par de copas.
En la fiesta corrieron ríos de alcohol y
entre copa y copa Claudia se fue acercando cada vez más al chico que le
gustaba. Totalmente borrachos ambos, comenzaron los jugueteos, los
besos y casi sin darse cuenta acabaron en la casa del chico.
Claudia se despertó en la cama de Pedro
cuando eran casi las siete de la mañana, sabía que su madre acababa su
turno a las ocho y que si no se daba prisa se daría cuenta de que no
había pasado la noche en casa y había desobedecido sus órdenes.
Salió corriendo y llegó tan sólo media
hora antes de la hora que solía llegar su madre. Vistió rápidamente a su
hermanita y le pidió por favor que no comentara nada a mamá, le
prometió que esa misma tarde la llevaría a comer un helado si no contaba
nada.
Apurada y sin pensarlo mucho se metió en
la ducha para quitarse el olor a tabaco y alcohol que se había
impregnado en su cuerpo tras una noche de borrachera. Tenía un dolor de
cabeza brutal provocado por la resaca pero no podía evitar una estúpida
sonrisa pensando en el chico que tanto le había costado conseguir.
Cuando salió de la ducha con el pelo
totalmente mojado recordó que su viejo secador estaba estropeado ¿Cómo
podría justificar a su madre que tenía el pelo mojado todavía?
Confusa, asustada y todavía medio
borracha pensó que la única solución era secarse el pelo en el
microondas, usando un palillo forzó el mecanismo de cerrado de la puerta
consiguiendo engañar al aparato eléctrico para que funcionara con la
puerta abierta. El resultado fue casi inmediato y su pelo quedó seco en
cuestión de segundos.
Por suerte para ella su madre llegó tan
cansada del trabajo que ni se dio cuenta de la escapada de su hija mayor
la noche anterior.
Claudia con un sonrisa salió de casa
rumbo a la universidad, sabía que su plan había funcionado. Estaba feliz
por su éxito y sobretodo por su conquista, el chico más guapo de clase
al fin era suyo. Lo único que enturbiaba su victoria era ese molesto
dolor de cabeza, a pesar de haberse tomado dos aspirinas parecía que no
solamente no quería desaparecer si no que además iba cada vez a mas.
Al llegar a la universidad su cara
parecía la de un cadáver debido a la falta de sueño, la resaca y el
dolor de cabeza. Y entonces fue cuando nada mas entrar en clase se
derrumbó, los profesores y sus compañeros acudieron de inmediato a
ayudarla, pero ya nada se podía hacer:
¡¡¡ Estaba muerta!!!
Al hacerle una autopsia quedaron horrorizados…
¡¡¡ Tenía el cerebro totalmente quemado y convertido en un viscosa pasta !!!
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