lunes, 1 de octubre de 2012
La Última Llamada
Un hombre profundamente enamorado recibe la noticia de que
su novia ha fallecido recientemente tras sufrir un ataque al corazón en su
lugar de trabajo. Al día siguiente tras un emotivo funeral, agotado y aún
llorando por la pérdida de su gran amor vuelve a su casa donde tras varias
horas de llantos desconsolados empieza a recibir llamadas en su teléfono móvil.
Cansado y sin ganas de hablar con nadie hace caso omiso a la
insistencia de la persona que le llama y finalmente consigue dormirse.
Al despertar revisa su teléfono y comprueba que las llamadas
recibidas la noche anterior fueron realizadas desde el teléfono de su amada
muerta. Asustado y confuso llama al número y sólo escucha quejidos ahogados y
una débil respiración, la llamada se corta a los pocos segundos.
Esa misma tarde se acerca al cementerio a poner una flores
en la tumba de la fallecida y despedirse por última vez, mientras llora
recordando a su amor se acuerda de las llamadas que recibió y prueba nuevamente
a llamar al número de su novia pensando que algún familiar habrá guardado su
móvil y trató de ponerse en contacto con él.
Para su sorpresa al marcar el número se empezó a escuchar la
melodía del teléfono de su pareja, un sonido casi imperceptible que pudo
escuchar debido al silencio que reina en los cementerios. De inmediato sintió
como un escalofrío recorría su espalda.
¡¡¡ Su amada muerta le había estado llamando desde el más
allá. !!!
Muerto de miedo y acobardado por la idea de estar solo
cuando un espíritu le atormentaba, se acercó a uno de los empleados del
cementerio que se encargaba de mantener en buen estado las tumbas. Tras
contarle la historia el trabajador rápidamente avisó a sus compañeros que
procedieron a desenterrar el ataúd de su amada.
Lo que encontraron les heló el corazón, la mujer tenía las
uñas totalmente destrozadas y todo el ataúd estaba manchado de sangre ya que se
le habían desprendido de los dedos al tratar de arañar el sarcófago donde se
encontraba encerrada. Al parecer había fallecido hacía pocas horas, al acabarse
el aire que había en el espacio cerrado.
Un análisis forense determinó que había sido enterrada con
vida, al confundirse un ataque de catalepsia con un infarto que le había
causado la muerte. Al despertar en el ataúd, horas después de ser sepultada,
asustada trató de ponerse en contacto con la persona más cercana, su novio,
pero éste al no atender las llamadas no sabía que estaba desaprovechando las
pocas horas de aire de las que disponía su amada. Quien desesperada luchaba por
salir del ataúd que poco a poco la dejaba sin oxígeno.
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