sábado, 3 de enero de 2015
Yeguas de Diomedes
El octavo de los doce trabajos de Heracles consistía en
capturar a las cuatro Yeguas de Diomedes, que comían carne humana. Éste las
tenía atadas con cadenas y las alimentaba con la carne de sus inocentes
huéspedes.
Heracles partió con un grupo de voluntarios, consiguiendo
arrebatárselas a Diomedes, quien fue con su ejército a atacar a Heracles, pero
él lo mató arrojando el cuerpo de este aún con vida a sus yeguas y su ejército
huyó.
Tras devorarlo, las yeguas se volvieron tan mansas que el héroe las pudo
atar al carro de Diomedes y se las llevó a Micenas, donde fueron regaladas a
Hera. Durante la lucha, las yeguas devoraron a Abderus, amigo de Heracles,
quien había quedado encargado en custodiarles, entonces Heracles fundó en su
honor la ciudad de Abdera.
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