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Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



martes, 11 de febrero de 2014

El chamanismo.

Al chamanismo se le identifica con lo que es la curación, porque normalmente se ha orientado y se ha explicado de esa manera. Chamán es el que cura problemas, normalmente de tipo físico, con hierbas, con rezos, con cantos. 
En la selva hay muchos chamanes que a través de sus rezos y de sus cantos ayudan a sanar la enfermedad física de las personas que ante él acuden. Sin embargo eso no es el chamanismo esencial. 

El chamanismo antiguamente fue practicado por una élite sacerdotal y lo que conocemos como chamanismo, sobre todo en Perú, después de quinientos años, no es el chamanismo auténtico, porque este chamanismo está desprovisto, de lo que es el trabajo de autodescubrimiento. Podríamos decir que el chamanismo que se practica ahora es como la medicina oficial, donde el paciente va al médico para que le solucione el problema y el doctor intenta solucionarle su afección a través de unas sustancias químicas sin llegar a la esencia de la enfermedad.


Nosotros nos hemos desarrollado, sobre todo en el área de la tecnología, sin embargo, habiendo médicos ocupados en la sanación del cuerpo físico, no existe hasta estos momentos lo que podríamos llamar una panacea. Unas fórmulas que nos ayuden realmente a sanar. Y parece curioso que mientras más pasa el tiempo y más pasan los años en nuestra vida, más deteriorados estamos y se deteriora rápidamente nuestro organismo por la calidad de vida, nuestra alimentación, nuestros hábitos. Algunos beben mucho alcohol, otros fuman, otros tienen un mal uso de la sexualidad, otros respiran un aire contaminado, otros contaminan su mente, sus emociones, sus palabras. Todas estas acciones o consecuencias que están en el ambiente aceleran obviamente nuestro proceso hacia la enfermedad.


Los tres niveles de autodescubrimiento
En el trabajo del autodescubrimiento debemos saber que el hombre, de acuerdo a la concepción Andina, tiene tres niveles, para poder tener la oportunidad de descubrirse: el primer nivel que se llama Hanan Pacha o un mundo espiritual; el segundo nivel o Cay Pacha, el mundo del aquí y ahora, de los pensamientos y los actos volitivos de la vida diaria; y un tercer nivel, el Ucu Pacha, que es el nivel denso, el nivel del Ego.
Entender y conocer esto es muy importante en la visión chamánica. El chamán sabe que existen esos tres mundos, externamente y también internamente.
El chamán moderno, se quedo en el mundo del Cay Pacha, es decir, el mundo del aquí y del ahora, de los problemas cotidianos y de los problemas físicos, pero no aborda el tema de fondo. Se quedó en el Cay Pacha. Tampoco tiene un gran conocimiento de lo que es el mundo del Hanan Pacha o mundo espiritual .


Cuando uno entra a estudiar y a trabajar con el chamanismo, nos da una visión que nos permite el conocimiento de otro tipo de energía. Percibir el aura, por ejemplo, ya no es una cuestión extraordinaria sino más bien ordinaria cuando se está trabajando con el chamanismo. Ocurre como con la sociedad tibetana donde se habla tranquila y alegremente sobre cuestiones de reencarnación. Es algo cultural. Y en chamanismo también es algo cultural hablar de las energías. Las energías que curan, las energías que enferman. Pero otra cosa distinta dentro de lo que es el contexto chamánico es el Espíritu y los diferentes niveles espirituales. Otra cosa también es el abordaje que se hace a los diferentes elementos o departamentos de nuestro subconsciente para descubrir al Ego. Entonces esto es lo que ya no existe en el chamanismo moderno, ya no existe la parte superior de la espiritualidad. 


Buda y Cristo practicaban el chamanismo esencial
El chamanismo esencial va mucho mas allá de lo que es una acción de sanar, de curar el cuerpo físico. Podría decir sin temor a equivocarme, por ejemplo, que el príncipe Gautama Sakyamuni, el Buda, era un chamán. Su labor la enfocó realmente a lo que es el autodescubrimiento. El propio Jesús, el Cristo, su actitud, su trabajo, era eminentemente chamánico. El trabajo, la obra que le enseña Krishna a Arjuna es chamánico también. El trabajo del propio Krishnamurti, también es un trabajo chamánico en el sentido de que es un camino que nos permite lo que es el autodescubrimiento.


La espiritualidad no solo está ligada a la idea del Espíritu, a la propia palabra del Espíritu, ni tampoco a la adquisición de ciertas facultades para percibir la energía o tener cierta intuición ante ciertos eventos. Podríamos decir que eso son los rudimentos de lo que podría ser una espiritualidad exitosa en la vida del hombre. Entonces, es en el chamanismo esencial donde nosotros podemos encontrarnos a nosotros mismos.
Ante el Dalai Lama, una vez denunciamos y ante la comunidad internacional, que en el budismo se presentan muchos monjes budistas con altos grados como los Tulkus o los Rimpoches y no todos son Tulkus o Rimpoches, o en todo caso hay muchos niveles. Los más importantes Rimpoches y Tulkus -maestros de la tradición tibetana-, son muy pocos. Y contados con los dedos de la mano todavía sobrarían dedos.


El propio Dalai Lama ha dicho: Bueno está bien la liturgia, está bien el ritual, pero no olvides el trabajo interno que está pendiente por realizar . El trabajo interno en el budismo está orientado a lo que es el conocimiento de Mara (Mara es el Ego) y el desarrollo del Bodhichitta (el desarrollo de un conocimiento compasivo). Esa es la esencia del Budismo y también es la esencia del chamanismo. Esto me parece una audaz aclaración de lo que es en verdad el trabajo interno.


Los chamanes y los maestros trabajan en realidad mucho por el tema psicológico, por el tema de la meditación y también existe el tema ritual y litúrgico.


Chamanismo rudimentario
He conocido chamanes, que por ejemplo trabajan con plantas sicointegradoras, que están dedicados completamente a hacer daño a otras personas o chamanes, por ejemplo, construyen muñecos o entran en un estado ampliado de conciencia y se conectan con el cuerpo astral de la persona y les dicen cosas al oído y qué sé yo... Hay toda una serie de prácticas de esa naturaleza y obviamente entre este tipo de chamanes hay peleas, hay encuentros, hay ataques y ellos están todo el día con la mente en la magia negra, en los ataques .


Hay historias que realmente son muy curiosas. Historias de ser observados y escuchados por otros chamanes, pero una se da cuenta en realidad que eso es un nivel muy rudimentario de lo que es el chamaanismo.
Y caen en las redes de ese chamán las personas que le dan poder, porque ese chamán no tiene poder. En todo caso su pensamiento, su ilusión y su acción vienen orientados desde lo que es la estructura del Ego, de la cual el chamán no sabe nada. No tiene ningún conocimiento acerca de lo que es la verdadera acción del Ego en el alma humana, en la mente, en la palabra, en las emociones y en las acciones. Esto es muy importante entenderlo, así desmitificamos también un poco el tema de que cualquier persona con plumas o con un tambor en la mano es un chamán, y puede serlo, pero hay diferentes tipos de chamanes.
Después fue también alternado con un chamanismo que curaba enfermedades a diferencia del brujo de magia negra. Este chamanismo era una chamanismo curador, el chamán sanaba a través de las plantas de poder, a través de las hierbas, un hombre con energía, agradable, pero también podía observar que no existía allí un conocimiento de lo que puede ser y de lo que puede suceder cuando uno entra o está en contacto con otras energías espirítales y tampoco había un conocimiento verdadero.
En Norteamérica, los pieles rojas, nuestros hermanos Sioux y todas las sociedades que estuvieron de alguna manera en ese proceso de invasión, han denunciado que hubo una gran contaminación a través del alcohol y esto sucedió también en Sudamérica. Entonces se han adquirido costumbres que no existían realmente en aquella época, es decir, algo sucedió en las esferas chamánicas y ese algo fue precisamente que abandonaron el autodescubrimiento, abandonaron el trabajo psicológico y espiritual, porque el trabajo psicológico y espiritual requieren de un esfuerzo y para lanzarnos a la búsqueda del autodescubrimiento y a tocar otras esferas espirituales, necesitamos energía y si no tenemos energía, no tenemos esa pasión con la cual investigar y hacernos acreedores de esos misterios que están en el Universo.
Lo que quiero dejar bien asentado es que hubo un chamanismo de un alto nivel y que estaba basado fundamentalmente en el autodescubrimiento, más allá de esas acciones de magia o de brujería o de hechicería que se practican comúnmente hoy día y que nada tienen que ver con lo que fue el chamanismo esencial o aristocrático que existió en las épocas antiguas en todos los confines del Planeta Tierra.
El Ego analizado desde el Espíritu
El tema del ser humano es un tema de energía y la energía se la come el Ego. Cuando el Ego no es estudiado de una manera analítica desde el Espíritu, entonces nuestro anhelo espiritual, como dice Herman Hesse, será simplemente un ideal antropológico y no un ideal posible de ser cristalizado y materializado en nuestra vida diaria.
Entonces, el trabajo del chamanismo esencial no es simplemente para tener la anécdota de haber estado allí. No, la orientación que personalmente tengo y que los maestros con los que trabajo me dan, es precisamente que nosotros tengamos una percepción acerca de nuestro trabajo espiritual y acerca de aquello que nos resta energía y que nos corta las fuerzas necesarias en la investigación y el conocimiento de esa otra parte de nuestro universo que no hemos conocido; para que de manera conciente y sistemática hagamos de nuestro trabajo espiritual, nuestro propósito fundamental.
Creo que todos estamos viviendo una época fantástica, en la que la sicología está uniéndose con el aspecto espiritual. Actualmente estoy trabajando con Stanislav Grof en una certificación en Sicología Transpersonal y en Respiración Holotrópica y realmente hay un equipo interesante de trabajo que hace que sea muy positivo asistir a un curso de está naturaleza, en el que se incluye la meditación, por ejemplo. Claro que es un poco difícil para los profesionales, sicólogos o siquiatras que van a una certificación y de pronto se encuentran con una práctica de relajación o de meditación o con que se haga un altar colectivo. Todas estas cosas chocan y yo lo entiendo, porque está parte espiritual ha sido cercenada y al ser cercenado todo esto, se relaciona con la religión, y como de alguna forma nuestra mente está divorciada de la religión, no quiere saber nada de altares, ni meditaciones, ni campanas, ni historias de estas. Sin embargo, he visto entre los profesionales y terapeutas que ya entran a ese nivel y que ya meditan, que su comprensión de la meditación y del trabajo sicológico, unido a la espiritualidad, obviamente es muy amplia y es diferente.
En lo personal me alegro mucho que así esté sucediendo, porque es la única forma de ir abriéndose paso dentro de lo que es el mal del hombre que origina el Ego.
Nuestro trabajo es un trabajo espiritual, y desde el Espíritu vamos al alma y desde el alma vamos a la psiquis. No desde nuestra psiquis vamos yendo al alma. Definimos con claridad, y está definición viene precisamente, no sólo de los estudios que yo puedo haber cursado, sino del maestro que me guía y que es El Águila Dorada. Y me dice que el hombre es cuerpo, es alma y es Espíritu.
El cuerpo, vaso de alabastro
El cuerpo fue ancestralmente maltratado de alguna manera. Por ejemplo, en Oriente ha sido subestimado muchas veces, pero sin embargo hay enseñanzas repartidas en todo el planeta que hablan de lo que es, de la importancia del cuerpo y de la belleza de nuestro cuerpo físico. El cuerpo, dice el Águila Dorada, es el templo del Espíritu, es el vaso de alabastro en el cual arde la llama de prajna. Prajna es Verdad .
Si ese vaso de alabastro no contiene la Verdad, esa Verdad no puede ser expresada y tampoco puede ser expandida, porque la Verdad está llamada a expandirse. La Verdad es el Amor. El Amor está llamado a cubrir el universo, pero curiosamente mientras no nos demos cuenta, como seres humanos, que somos nosotros los que tenemos que llamar e invocar, fabricar, cristalizar esa Verdad y ese Amor y luego proyectarlo, la Verdad o el Amor no pueden conocerse, no pueden proyectarse, no pueden operar en la humanidad, porque eso depende de nosotros y no de otras fuerzas cósmicas.
Nosotros somos antenas cósmicas para recibir información divina, información espiritual, y difundirla como verdaderas antenas y entonces de esa forma poder producir mayor inquietud por conocer el Amor, que es lo que está sucediendo en está Nueva Era.
El alma, recipiente neutro
Lo único y lo más importante en está existencia es desarrollar el Espíritu, es cristalizar el Espíritu y es expresar el Espíritu. Pero para expresarlo y desarrollarlo necesitamos un cuerpo y en este cuerpo nuestro existe un gen. Un gen que no está activo y que es precisamente el gen que le pertenece al Espíritu y cuando este gen esté activado, el Espíritu podrá activarse.
¿Pero qué es lo que no permite que ese gen esté activado? Aquello que contamina el alma. El alma es otro cuerpo energético, en el cual está la energía de la mente, la energía de la emociones y la energía de la acción misma. Es como un recipiente neutro, creado precisamente para darle vida a este cuerpo físico, a la mente y a las emociones. Los contenidos mentales y los contenidos emocionales basados en nuestra experiencia, pueden ser influenciados por el Ego o por el Espíritu. Desafortunadamente estamos viendo que han sido influenciados por el Ego. El Ego es el que enferma y es el que engendra el sufrimiento, es el que contamina nuestro cuerpo físico y nos resta energía para esa búsqueda que tenemos que realizar hacia el Espíritu.
Las tres manifestaciones del Espíritu
Hay cuerpo, hay alma y hay Espíritu . Este Espíritu tiene tres manifestaciones primarias. La primera es la conciencia, es ese poder que nos permite discernir entre aquello que nos conviene o que nos construye o aquello que no nos conviene o nos destruye. La segunda es la intuición, que es ese elemento dentro de la conciencia que nos otorga la certeza de que algo es verdad. Y la tercera es el poder de comunión, y es el aspecto que menos conocemos del Espíritu.
El Espíritu también ha sufrido la embestida del Ego. Podríamos decir que el Espíritu está enfermo, enfermo no es la palabra adecuada, pero el Espíritu está disminuido.
¿Por qué si al Espíritu se le ha dado tanto Poder, que es la Verdad, que es Dios, porque no irrumpe con fuerza en nosotros y de una vez cambia nuestra visión de la viada y nos desconecta de los apegos, nos desconecta del sufrimiento y nos desconecta del Ego? Obviamente este Ego no es de hoy, es un Ego milenario y el sufrimiento y el dolor son muy antiguos, pero también la pugna del Espíritu por penetrar en nuestra Alma y expresarse en su vaso de alabastro, que es el cuerpo, ha sido milenaria y aún no ha podido hacerlo en su totalidad. Pero el Espíritu continúa expresándose.
El Gran Espíritu como fuente de energía renovadora
Hay un cuarto elemento más que no debemos olvidar y que normalmente se ha olvidado en las tradiciones y consiste precisamente en que ese Espíritu, que aún no tiene poder para expresarse en su totalidad necesita volver a las fuentes es decir al Gran Espíritu, al Gran Océano de la Vida, al Gran Fuego Cósmico, al Fuego Mayor porque nuestro Espíritu es una chispa ígnea del Fuego Mayor.
Pero está chispa ígnea al estar tanto tiempo, tantos siglos, tantos milenios apartada del Fuego Mayor, ha perdido fuerza y cuando yo hablo de la enfermedad del Espíritu, hablo precisamente de que nuestro Espíritu ya no tiene la destreza ni la capacidad de volver a la fuente, a la planta de energía y desde esa planta de energía regresar renovado para que nosotros continuemos aquí realizando un trabajo más fecundo en la labor del Espíritu, en el alma y en este vaso de alabastro o vaso de expresión, que es el cuerpo.
Este es otro punto que están notando los maestros y que seguirán notando con más vehemencia cada vez, porque no es suficiente decir que en nuestro interior está el Espíritu de Dios, si no que nuestro Espíritu, hoy por hoy, necesita fundirse con el Gran Espíritu; porque en esa unión del Espíritu con El Gran Espíritu es como nosotros vamos a adquirir otro tipo de fuerza, otro tipo de liberación de Energía para nuestro trabajo interior.
Esto, sin duda, es una técnica antiquísima, es una enseñanza antigua y está íntimamente ligada a lo que es la unión y la fusión de nuestro Espíritu Individual con el Espíritu Cósmico. Nuestro Espíritu individual se renueva, se actualiza, cobra fuerza y entonces tiene más poder para actuar y poder ganar más terreno en el alma, en nuestra mente, en nuestras emociones, en nuestras palabras y acciones; y por tanto, genera también una sana vibración en nuestro cuerpo físico, por tanto, si bien es cierto que hoy ya muchos estamos aceptando que Dios está en nuestro interior, necesitamos ahora una segunda etapa, necesitamos experimentar ese Dios Interior; y después viene la tercera etapa, unir nuestro Dios Interior con ese Gran Dios Cósmico, para poder volver a experimentar esa sana y agradable sensación que es gozar de una tranquilidad y de un amor y de una paz constantes para renovar nuestros propósitos en el trabajo Espiritual.
El firme propósito de consagrarse al autodescubrimiento
Tenemos tantas tentaciones en el mundo físico, tantas ocupaciones o preocupaciones que nos sacan fuertemente de lo que es nuestro propósito de trabajo interior, pero debemos hacernos un propósito y ese propósito debe ser inquebrantable.
Si no hay un propósito que nosotros consideremos como algo sagrado, sepan bien que nos morimos todos sin haber experimentado lo bello, sin haber experimentado el amor y aquí a la Tierra hemos venido a experimentar el amor .
Cuando en el chamanismo no se trabaja con estas pautas, entonces el chamán sólo podrá ver serpientes, sólo podrá ver jaguares, sólo podrá ver musas, pero no podrá ver la Esencia del Espíritu, no podrá realizar un excelente trabajo de autodescubrimiento.
Nuestro interés debe ser directamente el Espíritu, porque el Espíritu es la llave, es la clave, es como un ubicarse en un lugar estratégico y desde allí observar y desde esa observación, desde esa contemplación resolver, desde el Espíritu mismo, desde el corazón. Ese es nuestro ideal como seres humanos y a eso llegaremos tarde o temprano y si no es en esta existencia, no importa, llegaremos en otra, pero llegaremos. Esta noticia es una noticia que les servirá para todas sus existencias, es una noticia que ha sido dicha antiguamente y va a ser pronunciada continuamente. Seguro que lo han escuchado más de una vez, pero más de una vez no hemos escuchado realmente.
La fortuna de iniciarse en el autodescubrimiento
Tenemos hoy una gran oportunidad como dicen los maestro budistas, cuando van a realizar alguna ceremonia, dicen "Ustedes que están hoy aquí, son muy afortunados"; y te lo dicen otra vez: "No olvidéis que el hecho de estar aquí habla de la gran fortuna de ustedes como hijos de Dios"; y vuelven a repetir: "Vuestro karma está suficientemente maduro y vosotros tenéis el tiempo y el coraje como para poder venir aquí a recibir una iniciación. Una iniciación que está basada en una transmisión espiritual de siglos y de milenios y yo -dice el monje tibetano-, soy uno de esos monjes que ha recibido el poder para darles a ustedes esa iniciación". Por tanto desde la visión budista, una iniciación, o asistir a un trabajo de naturaleza espiritual es realmente un premio, es el resultado de un karma virtuoso practicado ancestralmente. Si ustedes están asistiendo a cursos, a ceremonias, a iniciaciones, etcétera, deben considerarse personas afortunadas.
Ahora mismo estoy viajando por muchos lugares del mundo y veo gente que no es tan afortunada. Sobre todo en los países de tercer mundo se puede ver gente que trabajan más de las ocho horas convencionales, hasta doce, hasta quince horas, que no tienen domingos, no tienen sábados, que tienen un sueldo miserable, tienen ocho hijos, están enfermos o están alcohólicos, no tienen fortuna. Por eso los lamas tibetanos afirman que tener la oportunidad maravillosa de asistir a un trabajo espiritual, es realmente una fortuna.
Ustedes deben considerarlo como tal, como un premio que se dan a sí mismos, pero también el resultado de un gran karma, que está orientado hacia lo que es el interés, el trabajo y el compromiso espiritual que ustedes adquirieron en algún momento de su vida en el pasado o en esta existencia.
Cristo dice: "Donde esté tu tesoro, esté tu corazón". Nuestro corazón en esta Era, independientemente del trabajo que desarrollemos en nuestra existencia cotidiana, debe estar en el Espíritu.
El trabajo cotidiano con el Espíritu
El Espíritu nos puede influir y ayudar en lo que son nuestras labores cotidianas. El Espíritu integrado en el ama de casa cocinando, limpiando, trabajando, en la oficina, en la fábrica, en la industria o en la terapia. El Espíritu debe estar presente porque nuestro cuerpo está hecho precisamente para recibir y expresar al Espíritu.
Una amiga me decia hace poco, en una experiencia que tenia con el Espíritu: "Esta experiencia es muy arrolladora, quiero decir que en estos momentos tengo al Espíritu expresándose en mí, pero yo no lo puedo soportar, es demasiada fuerza, demasiado Amor, ¿qué debo hacer?" Lo que debes hacer, le dije, es simplemente relajarte, porque estás tensa, eso en primer lugar, y en segundo lugar desde esa relajación, observa que en ese diálogo y en esas palabras que estás diciendo no vengan de lo más profundo de tu corazón, sino que vengan del Ego rebelde que no es capaz de soportar el amor y que no es capaz de abandonar tu mente para poder dejarte percibir en su totalidad lo que es el Amor de Dios, asi que relájate y si hoy sientes y sabes que tienes mucho Amor, pues también lo que puedes hacer es dar ese Amor a tu pareja, a los que están en el grupo, a los que viven en esta ciudad, a los que viven en este país, y a los que viven en todo el planeta; porque hay mucha gente que necesita de esa energía de Amor, que tu consideras y tú crees que no puedes aceptar porque el cuerpo físico no está hecho, no ha sido construido para contener tanto Amor. Esto es una falacia del Ego, el cuerpo físico es perfecto y está hecho para contener a Dios y manifestarle a Él.
Pero quiero decirles también que esta amiga es una gran experimentadora y una gran trabajadora y antiguamente se asustaba, pero ahora no se asusta. Al principio ella se preguntaba, "¿Pero qué es lo que me está pasando, por qué esta fuerza tan grandiosa?" Aunque ella la ha recibido muchas veces y en un principio se asustaba, porque esa energía de Amor se le pasaba inmediatamente, rápidamente, quería rechazarla. Ahora la acepta, ahora ya se relaja. Ahora ya finalmente se relaja, vive la experiencia del Espíritu, se alimenta del Espíritu. Necesitamos considerar al Espíritu como un alimento, así como necesitamos el desayuno, la comida y la cena, también necesitamos acostumbrar a nuestra mente, adiestrar a nuestra mente a solicitar la presencia sagrada de nuestro Espíritu.
El mundo visible y el mundo invisible
Cuando trabajamos en los Andes y hacemos las Caminatas de Poder hacia Machu-Pichu, empezamos a andar con el pie izquierdo y decimos en quechua yoque, a continuación el pie derecho y decimos en quechua paña. Continuamos andando repitiendo, yoque, paña; yoque, paña, despacito porque estamos caminando a mucha altura, yoque, paña; yoque, paña; y después la traducción: realidad no ordinaria, realidad ordinaria; realidad no ordinaria, realidad ordinaria; y después: mundo invisible, mundo visible; mundo invisible, mundo visible, etcétera. Para intentar que de alguna manera en nuestro caminar, nosotros vayamos obteniendo la conciencia de que este mundo no sólo es material, sino también Espiritual y al finalizar el trabajo en una tercera o cuarta etapa del trabajo de la Caminata de Poder, entonces la izquierda es Dios y la derecha es Ego y así combinando el caminar y el mantralizar, se genera la sensación de mucho Poder, de mucha tranquilidad y uno es capaz en esas alturas de no cansarse, porque nuestra mente está siendo disciplinada, está siendo orientada en un trabajo chamánico.
También quiero decir que una conexión con el Espíritu nos es suficiente, necesitamos estar en comunicación con el Espíritu, continuamente.
El verdadero chamanismo y su decadencia
En realidad es una aventura, una preciosa aventura y cuando uno logra realmente el contacto con el Espíritu, cuando tiene esa certeza, entonces hay una organización interior, hay una educación interna, hay un desarrollo de nuestra nobleza interior que proviene precisamente de esa experiencia constante del Espíritu. Entonces el Espíritu es transformador, el Espíritu es sanador y eso es el verdadero chamanismo y eso fue el chamanismo antiguamente.
Cuando el hombre abandona la práctica del autodescubrimiento, entonces las sociedades, culturas y civilizaciones del pasado se deterioran. ¿Qué pasó con el antiguo Egipto? Se deterioró, ya no están aquí los faraones sabios. ¿Qué paso con los antiguos reyes y maestros mayas? ¿Qué paso con los antiguos amautas incas?
Como todo en la vida, estando en la rueda del Samsara, todo tiene un proceso de nacimiento, desarrollo y decadencia. Cuando viene ese proceso de decadencia o de involución, el que no está sostenido por el Espíritu, se precipita definitivamente en el Ego.
No puedo negar que las invasiones de las sociedades antiguas, no sólo América y Tibet, sino las invasiones en todas las sociedades del pasado, correspondían curiosamente al deterioro de la parte espiritual; y también ya estaba ausente el trabajo del autodescubrimiento. Quiero decir que si no hay un verdadero cultivo de la espiritualidad y un trabajo escrupuloso de nuestra mente, de nuestras emociones, un trabajo de construcción y edificación de nuestra alma, entonces nuestras cosas externas, nuestro mundo exterior se cae, se rompe y obviamente nuestro subimiento es mayor y nos preguntaremos: "¿Por qué sufro?".
La única causa del sufrimeinto: el ego
Yo tenia una abuela que siempre me decía: "¿Dios mío, por qué sufro?" Yo creo que ustedes también tienen una abuela, una madre, un amigo, un tío, una tía, y todos se preguntarán por qué sufren. Porque todos abandonaron la experiencia del Espíritu. Y no sólo la abandonaron, sino lo que es peor, nadie fue capaz de enseñarnos de una manera sana, porque hasta en eso hay karma. Y arrastramos un karma y nos lo mostraron de una manera traumática.
Pero hay sociedades como Shambala o como el Paititi u otras sociedades que por ejemplo existen en el Lago Titicaca, aunque no físicamente, que son sociedades iluminadas, son sociedades en las que hay felicidad constante, hay armonía, hay fraternidad, hay Amor. Y nosotros somos testimonio de eso, no nos mostramos muchas veces amorosos, cariñosos con los demás y no nos gusta estar en ese ambiente. Pero después hay algo que surge y nos dice "¿por qué estás bien si se puede estar mal?". La filosofía del Ego es acabar con toda señal de bienestar, pero cuando uno trabaja y descubre la acción y las trampas y la inteligencia del Ego, éste se ve descubierto. Nuestros estados de Amor y de bienestar serán más constantes, más prolongados, más intensos. Y tengan la seguridad de que nuestra sed del Espíritu, también será más grande y nuestra experiencia de Dios será también más grandiosa y habrá una transformación interna. Aunque tengamos el mismo cuerpo físico, aunque tengamos el mismo nombre, aunque tengamos una vida anterior muy traumática, es posible la transformación, es posible el cambio, pero necesitamos estar constantemente orientando nuestra mente y nuestras emociones y nuestra vida al Espíritu.
Nuestra relación con el Espíritu
Arjuna le dice a Krishna: "¿Pero por qué me estás diciendo todo el tiempo exactamente lo mismo?" Y le contesta Krisna: "Yo te tengo que estar diciendo exactamente lo mismo porque mi deseo es impresionar tu mente, deseo que entiendas de una vez".
Pero para que entienda el hombre de una vez, es decir, en ese proceso de eliminación en el cual uno entiende de una vez y para siempre, se necesita estar empujando al discípulo. También hay otra parte, donde Arjuna se siente desorientado, se siente triste y le dice: "Señor ¿qué debo hacer para salir de este estado de tristeza? Me siento mal, el Ego me invade, tengo miedo, tengo problemas". Y Krishna le da una receta muy sencilla: "Piensa en mí, concéntrate en mí y no te olvides jamás que te amo tiernamente".
Esa relación de nosotros con el Espíritu, debemos entenderla y está muy bien expresada en el Bhagavad-Gita, con la historia de Krishna y Arjuna. Hay un amor infinito de Dios y hay una etapa de esperanza y de fe en el hombre, en esa fuerza espiritual. El problema humano es que nosotros queremos ver, tocar, palpar las cosas para poder creer. Si no las palpamos o las tocamos no creemos y sin embargo dónde quedaría entonces la palabra esperanza. La esperanza no está en función de lo que vemos. La palabra esperanza la ideó el hombre para expresar realmente aquello que esperamos, pero que no podemos ver y tocar. Es una espera amorosa. En eso consiste en realidad.
La esperanza
Nosotros hoy mismo esperamos lo que no vemos. ¿Y qué es lo que no vemos? Lo que pretendemos ver. ¿Y qué pretendemos ver? Nuestro cambio, nuestra transformación ya y con ese poder ayudar a los demás y crear un Shamballa ideal en todo el planeta. Pero la naturaleza no da saltos y todo es un proceso gradual que nos conduce a la iluminación. Pero mientras vamos por el camino, por el proceso, necesitamos esperanzas y esas esperanzas, vuelvo a repetir, están en función de aquello que no vemos. Y todos tenemos esperanzas. Pero hay dos tipos de Esperanzas: la esperanza que emana de la mente y la esperanza que emana del corazón.
Yo no quiero, por ejemplo, tener la esperanza de no enfermar. La medicina nos hace ver que el cuerpo se deteriora y se enferma, más bien, digamos yo no quisiera acelerar mi enfermedad. Por tanto voy a revisar estos aspectos sicológicos o estas malas costumbres que precipitan mi enfermedad, entonces cuando la esperanza es del Ego siempre está mal enfocada.
Pero también tenemos muy buenas esperanzas, queremos ser felices, queremos que nuestro hijo sea feliz, queremos que nuestro padre deje el alcohol si es alcohólico, que nuestra madre nos ame si no nos ama, que nuestro hermano deje las drogas si se droga. Todos siempre deseamos algo que no estamos viviendo, algo que se debe realizar, y todo es posible y todo es realizable, pero la mayor esperanza en el ser humano debe ser la experiencia del Espíritu y prolongar esa experiencia en nuestra existencia porque a eso tenemos derecho, así como hemos prolongado la experiencia del Ego en nuestra mente, a la que no tenemos derecho. Dice Buda: "La experiencia del Ego que engendra dolor tiene un principio y tiene un fin y hay un camino para acabar con ese dolor y con ese sufrimiento". Entonces quiere decir que no es algo natural, es algo artificial que ha sido puesto como un gran entrenador, como un gran maestro para poner a prueba nuestra inteligencia. Pero lo que sí es natural, tan natural como un lago o como un pajarillo es precisamente el Espíritu.
Si hoy, por ejemplo, nos encontramos en una situación alimenticia en la que estamos consumiendo alimentos transgénicos, contaminados y todo ese tipo de alimentos que no son sanos, esto viene a ser un ejemplo de cómo nos alimentamos con ese otro alimento mental, emocional que es el Ego y tenemos muy poco contacto con el alimento biológico, con el alimento natural, con el alimento sano, con aquel alimento espiritual y natural que está en nuestro interior.
Pero es sólo una primera etapa, después sigue el trabajo de sostenerse en el Espíritu y ese trabajo de sostenimiento en el trabajo espiritual, es un trabajo grupal. El trabajo grupal es fundamental, es muy importante y será muy importante en la cultura, en el futuro tiempo que nos toca vivir.
El Trabajo Místico
Así que después de comprender la necesidad del contacto con el Espíritu, de tener una vida espiritual, necesitamos también pensar en desarrollar un Trabajo Místico en nuestra existencia. Y ¿qué es un trabajo místico? Un Trabajo Místico podríamos decir que es como aquella capacidad que nos califica para poder conocer otros ámbitos del Espíritu. Un ejemplo de ello son las experiencias con enteógenos. De pronto yo medito, comulgo con la Abuelita o con el Venadito y empiezo a sentir unas sensaciones raras y extrañas. Como son sensaciones raras y extrañas mi mente no las tiene registradas y lo que hace la mente inmediatamente es producir Miedo. Miedo ante esa sensación rara y extraña. Lo primero que nos preguntamos es ¿Será malo entrar en contacto con plantas sicointegradoras o enteógenos, tendrá contraindicaciones? Y curiosamente jamás nos hemos preguntado si el Ego tiene contraindicaciones. Y el Ego es el causante de un gran porcentaje de todas las enfermedades humanas.
Sin embargo en la selva, en el Amazonas, se utilizan más bien los enteógenos para poder hallar la causa que motiva un problema físico. Entonces cuando empezamos a sentir ese tipo de experiencias viene nuestro temor, pero cuando uno ya ha recorrido ese camino muchas veces, entiende que ese color, que esa emoción o que esa atención obedece al pensamiento del miedo o a un pensamiento negativo, que está en esos momentos invadiendo nuestra mente y nuestra alma y que está impidiendo que nosotros aflojemos los músculos, la mente, la emoción y podamos fluir con tranquilidad hacia el mundo espiritual. Es como cruzar un puente de una orilla a otra. Sabremos que hay una serie de elementos amenazantes, pero sin embargo esos elementos, esas serpientes o dragones, son aspectos ilusorios, son espejismos que están allí precisamente, curiosamente, para apartarnos del camino, para seleccionar a los caminantes.
Es curioso. Es la forma como Dios se sirve de los espejismos que genera el Ego para no permitir la entrada a cualquier hijo de vecino a otro nivel espiritual. Eso es curioso. Entonces cuando uno entra en contacto con una experiencia transpersonal y observa en primer lugar una serpiente, por ejemplo, que uno no comprende, que no entiende, que está amenazando, entonces uno puede tener miedo y el cobarde se retira y el cobarde acaba. Pero sin embargo cuando uno reconoce que es un espejismo o también cuando uno puede decodificar esa información, decir esta serpiente me está engendrando miedo y yo me relajo, entonces el Espíritu entra a través de la Intuición y nos dice: ¡Ah, esta serpiente, esta relacionada con un miedo a enfermar", por ejemplo. Pero como estamos desde el corazón, haciendo el viaje desde el corazón, sabremos que no es necesario ese miedo a enfermar, es simplemente un temor irracional que se ha incorporado en nuestra mente, en nuestra sicología, de alguna manera porque quizás nuestra abuela se acaba de morir de cáncer y nosotros también pensamos que nos va a dar cáncer y que nos vamos a morir de la misma manera y que vamos a morir jóvenes. Entonces lo primero que aparece es el temor más fresco, más reciente: una serpiente, un dolor, un duelo. Son cosas que no existen, no son reales, son una locura. Pero otro hombre inteligente diría: A ver ¿qué es esta serpiente? , y descubre que es un temor al miedo, es un ejemplo simplemente, de acuerdo. Pero también tiene en ese momento la oportunidad de desbaratar ese miedo hacia la enfermedad y entonces continúa caminando y llega a la otra orilla y tiene una experiencia con el Espíritu.
Luego si otra vez aparece la misma serpiente se dirá, "Bueno ya conozco a esta serpiente, ya tengo un recuerdo de lo que es el miedo a enfermar pero continuo adelante", y ese continuar y esa comprensión hace que esa serpiente en la próxima experiencia ya no aparezca. Entonces son como guardianes de nuestros propios Egos y curiosamente se constituyen en guardianes de nuestro camino espiritual pero también como señales de que estamos en ese camino.
El estudio del Ego
Si nosotros sabemos tratar al Ego de una manera diferente, comprender el momento en que salta, en que sale, en que se manifiesta desde el corazón, desde el Espíritu, no nos detendremos dentro de lo que es. La magia aquella del Ego que nos paraliza y que no nos permite un análisis más serio y más profundo para caminar hacia el Espíritu.
También puede ocurrir que en contacto con el Ego, y estoy hablando del mundo del Ucu Pacha, podamos ver el dolor que hay en nuestra vida. Ustedes alguna vez han estado celosos. Cuando uno está celoso, uno se dice: "Huy, ¿qué estará haciendo, qué estará diciendo, con quién estará, estará otra vez con esa persona y qué le estará diciendo, y qué hora es y a qué hora vendré?" Y cuando viene, uno intenta averiguar, investigar, saber, qué ha pasado, si hay algo anormal. Pero el sufrimiento está ahí. Y curiosamente uno tiene la "capacidad", entre comillas, de "decidir", también entre comillas, si puede dejar de pensar en eso que le está torturando. Sin embargo nos torturamos. Hacemos todo lo posible por darle una llave de Kung-fu sicologico, pero otra vez se acomoda el pesado de los celos que está insistiendo, insistiendo y va produciendo otro tipo de pensamiento y va recreando pensamientos. Los va agigantando y va generando toda una escena grandiosa en torno a lo que es la infidelidad de la pareja, pero nos damos cuenta de lo absurdo que es, sabemos que lo que está sucediendo no está bien, que hay que volver a la tranquilidad y volvemos a la tranquilidad, pero otra vez la voz chiquitita: "¿Qué tal hombre..." y otra vez nos regresamos a la cúspide del Ego que hemos formado y hacemos el Ego mas grande. Hacemos el pensamiento, la emoción, más grande y más densa. Y hay personas que viven así todo el resto de su vida y no sólo con celos sino también con ira, con impaciencia, con odio, etc, etc. Uno se acostumbra y la emoción se acostumbra y eso genera una sensación extraña. Ustedes han estado en paz muchas veces, cuando viene una emoción así de negativa, ¿no es incómodo realmente, no es como ponerse un zapato gastado con un clavo que nos está haciendo daño todo el tiempo? Es mejor quitarse el zapato y caminar sin zapatos. Pero en este caso, quitarse el Ego no es como quitarse un zapato, si así fuera, entonces estaríamos bien todos, pero el Ego es como dice Castaneda: "Es un Pinche Tirano", que está allí precisamente con una acción tiranizante, haciéndonos pensar, decir y hacer aquello que no queremos decir, pensar y hacer.
Es interesante su estudio, es un amo, es un jefecillo que está ordenándonos constantemente hacia aquello que nosotros no deseamos, pero también está poniendo a prueba nuestra inteligencia. Si nosotros nos achicamos ante el Ego, si nos achicamos ante la vida, le damos poder al Ego, y la mejor forma de enfrentarse al Ego es observarle, porque curiosamente en la investigación que se hace del análisis del Ego lo que no le gusta precisamente al Ego es que le vean.
Supongamos, vamos a poner un ejemplo aquí mismo. Allí hay unos discos de música, si alguno de ustedes quiere robarse un disco, claro lo hará discretamente, no va a decir, 'oíd, me voy a robar un disco'. Estar robando un disco y que alguien nos vea, hace que sintamos incomodidad. Al Ego lo que no le gusta es que le vean, porque cuando se ve descubierto, el Ego se escabulle, desaparece y se va a otro nivel de la mente, entonces, al menos ya hemos limpiado un nivel de la mente.
El chamán era un príncipe, no un brujo
En los trabajos más profundos y más sutiles de la meditación, podemos descubrir al Ego en otro nivel, en otro departamento de la mente, hasta que algún día nos saneemos totalmente de la influencia del Ego y limpiemos los espacios que el Ego ha contaminado en nuestra mente. El trabajo de sanidad de nuestra mente en cuanto a la influencia del Ego es el trabajo de chamán y fue el trabajo del chamán hace milenios.
El chamán era un príncipe, el chamán era un rey. No un brujo. Otra cosa es un brujo, como ya he mencionado, donde no existe ninguna experiencia espiritual y no hay un trabajo de autoexploración. Hay un manejo de la energía de la naturaleza, de la lluvia, del agua, del fuego, pero eso al fin y al cabo es circo.
Hay una historia sobre Buda. Se le acerca un hombre a Buda y le dice: "¿Sabes? Por fin ya he aprendido y camino sobre las aguas". Y le contesta Buda: "Hombre. ¡qué pérdida de tiempo, si para eso existen las barcas!". Entonces Buda lo que está intentando enseñar aquí es que lo más importante no era desarrollar ciertos sidhis o ciertos poderes de tipo síquico, sino que el poder más grande que hay es contener el Espíritu. Claro, el Espíritu tiene poder sobre el agua, sobre el fuego, pero Él no se pierde en estas historias, sino más bien va directamente a lo que es la expresión del amor y a compartir el amor y a dar amor a los demás, porque eso es lo que puede sanar a la humanidad.
Nuestra labor debe constituirse como una misión hacia el Espíritu, todas nuestras actividades mentales, nuestras energías, debemos concentrarlas hacia esa dirección.
El Centro del Espíritu
El Águila Dorada me hizo un diseño de una cruz y me dice: "Esta es la Cruz", y me hizo unos círculos concéntricos, y me dice: "Este es el cuerpo, esto es el alma, esto es el Espíritu y éste más pequeñito, el círculo más pequeñito es el Espíritu del Espíritu. Pero curiosamente siendo el círculo más pequeñito, es el más grande en el mundo real. El mundo real no es este, el mundo real es el del Espíritu del Espíritu.
Ese es el mundo real y el hombre debe acostumbrarse a reconocer su cuerpo como un instrumento del Espíritu, debe reconocer el alma también como un instrumento. Debe reconocer su propio Espíritu y ese Espíritu debe llevarlo al centro del Gran Espíritu, donde puede mezclarse con la Energía de fuego y agua que existe en el centro del Gran Espíritu.
En la Biblia, curiosamente, hay un versículo que dice: "Si no laváis vuestras vestiduras no podréis entrar en el Reino de los Cielos", y este lavar las vestiduras, como bien sabemos, no tiene nada que ver con lavar la camisa o los pantalones. Sino las vestiduras en este momento son el cuerpo y el alma. Y la forma de lavarlas es precisamente llevándolos al centro del Espíritu.
En el centro del Espíritu hay dos Templos: Un Templo del Agua, donde se lavan las vestiduras y un Templo de Fuego donde se continúa la limpieza de las vestiduras, y la iluminación de las vestiduras de nuestro propio Espíritu, de nuestra alma y de nuestro cuerpo. Un trabajo antiquísimo, como dije hace rato, que tiene que ver con el vacío iluminador, porque cuando uno entra en la experiencia del vacío iluminador, lo primero que se encuentra es el Ego.
La ayuda que presta la Abuelita ayahuasca
Una experiencia con una planta sicointegradora o enteógena, no sólo es una experiencia en cualquier tipo de relajación o meditación simple y común. Cuando uno está simplemente relajado de pronto no sabe de qué manera está ubicado su cuerpo o su mano. No siente el pie izquierdo, no siente el pie derecho, no siente la cabeza y ¿qué pasa? Nos asustamos. Intentamos mover nuestra cabeza para sentir que este es nuestra cabeza, intentamos mover la mano para sentir que esta es nuestra mano, pero lo que sucede es que nuestro cuerpo vital se desplaza y al desplazarse ya no sentimos nuestro cuerpo físico y eso quiere decir que nos hemos relajado bien. Cuando uno tiene una gran experiencia en la relajación, cuando se llega a esa etapa, uno puede dejar el cuerpo físico, ya no soy un cuerpo físico, ahora siento el cuerpo vital, pero también debe dejar el cuerpo vital para llegar al cuerpo astral, y dejar el cuerpo astral y ser el cuerpo mental, y dejar de ser cuerpo mental y ser el cuerpo de la voluntad, y también dejar de ser el cuerpo de la voluntad, y cuando dejo de ser el cuerpo de la voluntad seré el cuerpo del alma y cuando deje de ser el cuerpo del alma seré el cuerpo del Espíritu y me instalaré en el Espíritu.
Es una meditación muy antigua, pero claro tenemos que empezar por relajar el cuerpo, tenemos que sentir el cuerpo, entonces hay que tener una perfecta relajación y luego tenemos que percibir la energía de nuestro cuerpo vital y aun la energía de nuestro cuerpo vital puede estar tensa, porque todavía habrá pensamiento y emociones y hay que dejar esa tensión y conocer ese cuerpo vital para penetrar en el otro cuerpo, y así paso a paso, poder llegar al Centro del Espíritu. Esto es posible con las plantas sagradas.
Con la Abuelita se llega precisamente al Centro del Espíritu, aunque no seamos conscientes de ese proceso de relajación y de dejar esos otros cuerpos. Pero ese regalo se nos da simplemente para que nosotros después vayamos haciendo conscientemente ese camino y vayamos construyendo el Camino del Espíritu de una manera consciente, con nuestra experiencia, con la energía de nuestras manos, con nuestro propósito, con nuestra voluntad para que podamos llegar a tener un acceso fácil a nuestro Espíritu Interior.
Pero vuelvo a repetir que ese miedo a no sentir el cuerpo, nos hace mover el cuerpo y nos hace perder lo que es la experiencia de la relajación. Eso es lo que haría un principiante, pero sin embargo el cuerpo está allí y está entrando en otra etapa más sutil de relajación y cuando trabajamos en los estados alterados de conciencia, lo que se hace es entrar a estados sutiles. Necesitamos entrar a estados sutiles, deberemos percibirlos desde el corazón, desde el Espíritu. Por eso es muy importante la oración.
La postura y la relajación de nuestro cuerpo es importante, porque hay que soltarse, fluir, orar, observar, contemplar, confiar, tener esperanza por aquello que no vemos pero que existe y normalmente eso que existe es placentero, es Dios, es el Espíritu, es la Luz, pero para que tengamos esa certeza hay que pedir ir al Espíritu.
Aspirar a la iluminación en esta vida no es un atrevimiento
Hay que contemplar el trabajo que hay que realizar en nuestra existencia para alguna vez lograr nuestra auto realización, para lograr en está vida, en está existencia, lograr la Iluminación y esto no es un atrevimiento, aunque los budistas digan que se necesitan muchas existencias para la Iluminación. Esto es relativo, uno puede llegar a la Iluminación en esta existencia, el requisito es enamorarse del Espíritu. Es como enamorarse de una dama o la dama de un varón, entonces le seguirá a donde vaya y estará con ella o con él constantemente. Así tenemos que aprender a enamorarnos de Dios, a enamorarnos del Espíritu, pase lo que pase en nuestra vida, suceda lo que suceda en nuestra existencia. Me refiero a veces, a las aparentes dificultades, que realmente son exámenes o pruebas y las pruebas son para fortalecernos. Debemos pensar así, la prueba es para salir fortalecido. Entonces, a pesar de esas circunstancias que ponen a prueba nuestra convicción de ir hacia el Espíritu, uno debe continuar con la flecha lanzada al Infinito, al Sol, a Dios, no detenerse.
Educar a nuestros futuros Maestros
Estuve trabajando hace tiempo con un joven y le dije: "Tú sabes que tu objetivo, en tu primera experiencia, es llegar a Dios". Entonces veía al joven acostado haciendo su trabajo. Tenía dieciséis o diecisiete años, había junto al él otro joven de su misma edad y le pregunte: "¿Cómo te encuentras?" Él me contesto: "Me siento muy bien, estoy muy bien"; yo le dije: "¿Tienes miedo?", y él me respondió: "Ahora no tengo miedo, estoy disfrutando mucho este estado que no conocía, estoy siendo lanzado al Infinito y hay una nube negra oscura que está interceptando mi camino"; le pregunte: "¿Tienes miedo de llegar a esa nube negra?" Me dijo: "No, no tengo miedo, pero sí una sensación extraña y rara." Le dije: "No te olvides que más allá de esa nube negra está el Padre, está Dios, está el Espíritu, a donde tú te diriges." Él me respondió: "Sí lo sé también y por ratos me preocupa o tengo la sensación leve de miedo, no sé que me puede pasar en esa nube". Empezó a atravesar esa nube y yo le pregunte: "¿Cómo estás?" "Estoy bien, sólo que aquí esto es más denso, es más lento, pero sé que estoy ascendiendo, estoy subiendo hacia Dios, estoy ahora saliendo de esta densidad, pero con calma, con tranquilidad, sin temor." Le vuelvo a preguntar: "¿Entonces atraviesas la nube negra?" "Sí ya la atravieso, ahora estoy en otro nivel del Espíritu, dirigiéndome a un Templo. Llego a un Templo." Le pregunto: "¿Cómo estás?" "Me siento en brazos de un hombre muy amoroso, muy cariñoso que me mece como a un niño, y que dice que es mi Padre, que me ama y yo le amo".
Este joven tuvo un encuentro, un contacto extraordinario con su Ser Interior y estoy seguro que jamás olvidará su experiencia y que eso le ha dejado una huella imborrable de lo que es la experiencia del Espíritu. Y yo continuaré obviamente trabajando para que su mente esté orientada hacia lo que es la experiencia del Espíritu. No sólo en las reuniones o en las meditaciones o en los talleres, sino también en su vida ordinaria, en su vida cotidiana. Porque la presencia del Espíritu, reviste a este joven de un regalo de más belleza, de más inteligencia, de más seguridad en sí mismo y en la vida y esto es bello, porque esto es como el trabajo de experimentación que se hace con los jóvenes en el mundo tibetano.
Hace unos años conocí en Brasil a un joven de unos doce años. Yo estaba trabajando con unos lamas tibetanos y este niño era el hijo del coordinador en Brasil. Un día se me acerca y se queda junto a mí, no nos decíamos nada, sólo estábamos juntos, nos gustaba, y ese día nos tocaba ir al teatro y cerca del teatro me dice: "Ven te quiero enseñar algo", "¿Qué es?" le pregunto y me dice: "Unos juegos muy interesantes", "Ah sí, ¿qué tipo de juegos son?", "Son unos soldaditos de plomo y unos manuales para jugar con ellos", "Yo nunca oí hablar de los manuales, yo sé de los soldaditos de plomo". Y entonces me dice: "Aquí cerca del teatro hay una tienda, ¿por qué no vamos?", "Bueno". Nos fuimos y vi los soldaditos de plomo y vi unos libros grandes y gruesos que eran las instrucciones para jugar. Yo menos entendía el tema y le comenté mis reflexiones: "No lo entiendo, hoy hay ordenadores y todo es tan fácil, por qué hay que estudiar este grueso libro para poder jugar con los soldaditos, ¿no será mejor un programa de ordenador y te ahorras la lectura?" Volvimos a vernos tres veces y a la tercera le pregunte: "¿Tú tienes alguno de estos juegos?", "No, no lo tengo", "¿Y tus padres no les importará que yo te regale uno?", "No", me dijo, "Pues te regalo uno". Y le regale uno. 


Al poco tiempo supe que el Dalai Lama había dicho que en Brasil había un alto lama reencarnado, era el año 92 y yo lo volví a ver con dieciocho años. Estaba vestido con la túnica azafrán de los lamas, había estado viviendo en la India, sabe un perfecto inglés y un perfecto tibetano y es un lama de un alto rango del budismo tibetano. Lo vi hacer rituales con los lamas viejos, hacer mudras, tocar las campanas, rezar oraciones de una manera magistral. Lo vi hablar, dar charlas, fue un placer escuchar sus diálogos muy maduros, realmente un joven muy interesante. Es un joven, lo mismo que sucede con el lama Osel aquí en España.


También lo vi junto a María, en la India. Es un joven, tiene todos los rasgos de un joven, cuando llegamos casi ni nos miraba, nada más se mostraba al lama Zopa . Es el lama que le acompaña. Le mostramos una foto que nos hicimos junto al Dalai Lama, entonces él se asomó a mí, como un jovencito travieso. Pero a pesar de su juventud, el nivel de preparación que ellos tienen o la experiencia que tiene este joven que he mencionado antes, es realmente una experiencia y una preparación que necesitan todos los jóvenes del planeta y que nosotros, desafortunadamente, no tenemos dentro de lo que es la educación actual.


Una educación, un adiestramiento de esa naturaleza, como no existe en la sociedad, nosotros tenemos que crearlo y eso es posible. Cuando tú encuentras a un joven, cuando tú tomas a un discípulo o a dos, te haces responsable de él y lo puedes ayudar. Los jóvenes realmente son nuestros maestros del futuro, ¿por qué no cuidar a nuestros maestros? Porque ellos se quedarán cuando nosotros nos vayamos, y cuando ellos sean viejos, nosotros vendremos de nuevo y ellos serán nuestros maestros. Si nosotros nos vamos con una experiencia espiritual y los dejamos a ellos con una experiencia espiritual, esa sería la única forma de vislumbrar una sociedad iluminada, no de otra manera. No hay tiempo, no hay historia de que el planeta pase a otra dimensión y que se purifique y que los ángeles, etc. e historias de esas. No, estamos en un mundo material y espiritual donde hay que colaborar con el Espíritu para que el Espíritu colabore con nosotros. Aunque ha estado colaborando a través de milenios y los Maestros están colaborando también. Se necesita un despertar individual para generar un despertar colectivo. Necesitamos despertar y ayudar a nuestros jóvenes, y todo está, repito, en función al Espíritu.
Así que reflexionemos en el trabajo de hoy a cerca de la necesidad inaplazable, urgente, de tocar a Dios, porque Él tiene la varita mágica, Él es el hada que tiene la varita y la coloca en la cabeza y tiene el poder de transformar nuestra visión de la vida y nuestra relación con el Ego, nuestra relación con nuestros hermanos y una comprensión más rica de lo que es Dios.


El Espíritu
No podemos, ni debemos, encerrar al Espíritu en una sola palabra, en una sola experiencia. Debemos estar poniendo en jaque mate a nuestra mente, así como sucede con los Koan Budistas, que le hace una pregunta a la mente, que la mente no entiende y nos es capaz de responder. Por ejemplo: "Si todo se reduce a la Unidad, ¿la Unidad a que se reduce?", "Si dos palmadas suenan asi, plaf, ¿una sola mano como suena?" La mente no tiene estas respuestas, pero hay respuestas. Entonces la mente que no está adiestrada a una reflexión, a una vivencia o experiencia espiritual, hay que forzarla a trabajar al máximo .
En la antigua Grecia, hoy mismo en los patios de los monasterios tibetanos se practica, además el debate dialéctico, que consiste en que uno, por ejemplo, va a sostener que el Espíritu existe y cinco van a decir que el Espíritu no existe y que eso son patrañas. Entonces la forma en la que van a trabajar para poder hacerle creer al otro que el Espíritu no existe es con preguntas inteligentes muy bien elaboradas, para que el monje pueda trabajar al máximo su mente, la pueda desarrollar de tal manera que no sea capaz de sentirse engañado por los demás y por el propio Ego y esto es un trabajo interesante y que además no existe en las escuelas del planeta. Otro trabajo para nosotros y otro trabajo para los jóvenes.


Trabajando con la Abuelita
Bien, nuestro trabajo de hoy consistirá en una relajación profunda, oración, confiar, reflexionar acerca de lo que es la esperanza. No se espera lo que se ve, se espera lo que no se ve. Desde mi visión lo que no se ve es el Espíritu, y todo lo que tenga relación con el Espíritu nos depara éxito absoluto. También otro aspecto importante es aprender a observar, a fijarnos en ese otro nivel energético que tenemos en nuestro cuerpo, que está contenido en nuestro cuerpo.


Hay siete cuerpos y cada cuerpo tiene una vibración distinta y algunos están desplazados fuera de nosotros mismos pero todos están integrados aquí y ahora.
Si hay un corazón físico, hay un corazón vital, un corazón astral, hay un corazón en el espacio mental. Todas la dimensiones están aquí en nuestro cuerpo. El ser humano es multidimensional, pidamos que se nos revele este aspecto de la multidimensionalidad humana y así podamos percibir lo más sutil. Y nuestro trabajo en dirección hacia lo que es el chamanismo, entonces será en la dirección Espiritual. Será en la dirección del autodescubrimiento y en la construcción y en el reconocimiento de aquello que es lo más sutil en cada uno de nosotros, por ejemplo, ¿podemos sentir como corre la sangre por nuestras venas? Seguramente no. Necesitaríamos una relajación muy profunda para sentir como corre la sangre por todo nuestro cuerpo y esa deliciosa fricción que genera en nuestro cuerpo y es tan deliciosa, es nuestra vida y genera un campo electromagnético. Y así hay otros aspectos del cuerpo y de la energía que no percibimos. Es precisamente para internarnos en esos mundos sutiles y trabajar en ellos para lo que nos ayudan las Plantas Maestras, porque cuando aprendemos a trabajar en esos mundos sutiles, aprendemos también a ser menos burdos en este mundo material. Porque el Ego es burdo.
Pidamos a la Abuelita Ayahuasca, a nuestro ser y además quiero compartir con ustedes a un Maestro que es El Águila Dorada. Hay Maestros que son locales, otros que son regionales, hay Maestros nacionales, Maestros continentales y hay Maestros Cósmicos. El Águila Dorada es un Maestro Cósmico que puede trabajar con todas las personas simultáneamente, no sólo aquí sino en muchos lugares del mundo a la vez. Podéis invocar a este Maestro, a este Ser y también pueden invocar a otros Maestros o a otros Seres que ustedes tengan y pedir ver a esos Maestros o pedir ver a ese Águila Dorada para que aparezca. Y aunque no aparezca y no lo conozcan y aunque no lo llamen, tarde o temprano vendrá para que sean asesorados, porque no es posible un trabajo de tipo Espiritual donde no halla un Ser Espiritual instruyendo. Siempre es real, siempre estará ante ti escuchando.
Hace muchos años yo decía ¿por qué no lo puedo sentir y ver? Y alguien me decía: "Él está haciendo todo lo posible porque lo escuches, para que le veas, porque le sientas, pero tú estás muy dormido". El sueño en relación con nuestra conciencia y con los estados sutiles del Espíritu es muy profundo, no se imaginan lo profundo que es. El Ego es muy pesado, es muy denso. Cuando está nuestra conciencia dormida, es como consecuencia de este sueño profundo de nuestra conciencia respecto de La Conciencia.


Algunas veces uno percibe, conoce y siente esos mundos sutiles y por eso la mente, el ego, genera el materialismo y no cree lo que no ve y no tiene esperanzas, se hace el "trágico", entre comillas, y el ser humano abandona el camino Espiritual. El requisito, el ingrediente, la sal para el camino espiritual es la esperanza. Y el corazón de la esperanza es la fe y la esencia de la fe es el amor. Esto no son palabras vacías y huecas sino algo que ustedes también deben experimentar, porque es desde la experiencia que uno sabe y es difícil transmitir la experiencia con las palabras. Pero se puede generar una fuerza, como la fuerza y la energía del grupo con la que vamos a trabajar ahora, para que nosotros podamos tocar a Dios, experimentar a Dios, que nos enseñe también acerca de la esperanza y que se nos enseñe también hoy acerca de lo que son nuestros niveles de energía y acerca de nuestros cuerpos. En el futuro hablaremos con más detalle de esos cuerpos y trabajaremos con ellos.

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