En
1810 el médico alemán Christian Friederich Samuel Hahnemann publicaba
el "Organon, el arte de curar", piedra angular de la homeopatía. El
principal fundamento de la teoría se define en la ley de los similares
(homeo- es el prefijo griego que designa igualdad) por la que una
enfermedad se cura con la misma sustancia tóxica que la produce —de ahí
que se llame ley de los similares-, pero a dosis infinitesimales. Los
homeópatas disuelven esos venenos en etanol —lo que llaman tintura
madre- y la diluyen en agua sucesivas veces, no importa cuantas, según
ellos el remedio se "imprime" en las moléculas de agua. Tales
disoluciones son la parte controvertida de la disciplina, puesto es
posible que a esas concentraciones no haya ni una sóla molécula del
principio activo en la solución homeopática. Sin embargo su efecto ha
sido demostrado en numerosos estudios y se estima que un 15% de los
médicos occidentales siguen esta línea.
Madeleine Ennis, farmacóloga de la Queen’s University de Belfast, ha sido siempre el azote de los homeópatas. Asegura que, a esas concentraciones, en los remedios homeopáticos no hay más que agua, por lo que químicamente no tiene sentido que funcionen. Sin embargo en su estudio más reciente Ennis y su equipo se llevaron un "pequeño" chasco: descubrieron que soluciones ultradiluidas de histamina funcionaban en un experimento con basófilos, unas células sanguíneas que actúan en la inflamación. La solución homeopática en la que probablemente no había ni una sola molécula de histamina funcionaba realmente como la histamina. Aunque Ennis se ha visto incapaz de explicar el porqué del efectivo funcionamiento y sigue mostrándose escéptica, ha asegurado que si los resultados son reales y la homeopatía no actúa como un placebo, habría que reescribir parte de los fundamentos de la física y de la química.
Madeleine Ennis, farmacóloga de la Queen’s University de Belfast, ha sido siempre el azote de los homeópatas. Asegura que, a esas concentraciones, en los remedios homeopáticos no hay más que agua, por lo que químicamente no tiene sentido que funcionen. Sin embargo en su estudio más reciente Ennis y su equipo se llevaron un "pequeño" chasco: descubrieron que soluciones ultradiluidas de histamina funcionaban en un experimento con basófilos, unas células sanguíneas que actúan en la inflamación. La solución homeopática en la que probablemente no había ni una sola molécula de histamina funcionaba realmente como la histamina. Aunque Ennis se ha visto incapaz de explicar el porqué del efectivo funcionamiento y sigue mostrándose escéptica, ha asegurado que si los resultados son reales y la homeopatía no actúa como un placebo, habría que reescribir parte de los fundamentos de la física y de la química.
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