En
1997 el astrónomo John Webb y su equipo de la Universidad de Sidney
analizaban la luz que llegaba a la tierra procedente de quasars muy
lejanos. En su viaje de 1.200 millones de años luz, la luz había
atravesado nubes interestelares de materiales como hierro, níquel o
cromo, y los investigadores descubrieron que la los átomos habían
absorbido parte de los fotones de la luz procedente de los quasars, pero
no los que habían esperado.
Si las observaciones son correctas, la única explicación vagamente razonable es que una constante de la física, llamada la 'fina estructura constante' o 'alpha' cambia de valor cuando pasa a través de estas nubes interestelares. Los científicos siguen investigando.
Si las observaciones son correctas, la única explicación vagamente razonable es que una constante de la física, llamada la 'fina estructura constante' o 'alpha' cambia de valor cuando pasa a través de estas nubes interestelares. Los científicos siguen investigando.
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