viernes, 16 de diciembre de 2011
El Barchila
Duende que se aparece en la iglesia de la localidad salteña de San Carlos, acecha a las mozas y apedrea casas, desordena roperos, vuelca ollas y tumba muebles, entre otras travesuras. Los sábados por la noche recorre las pulperías propinándoles palizas a los borrachos. Abandona eventualmente este hábito cuando se enamora de alguna moza. En este caso resulta difícil alejarlo: ella deberá abandonar su casa hasta que el Duende la olvide o, de otra manera, realizar, en presencia de su enamorado, algún acto vergonzante.
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