Presuntamente nació el 30 de abril de 1812. Su prematura muerte el 17 de diciembre de 1833 en Ansbach (Franconia/Alemania)
El lunes 26 de Mayo de 1828, recién estrenada la primavera y en la ciudad de Nüremberg (Baviera/Alemania), un transeúnte se tropieza con un chico de unos 16 0 17 años a quien nunca había visto por la ciudad. Su aspecto era de total abandono. Llevaba ropas andrajosas y sucias aunque con signos de haber sido prendas de buena calidad en otro tiempo. Sus botas demostraban claramente ser más pequeñas que las que necesitaba, remendadas con herraduras y clavos. A pesar del aparente arreglo al chico se le salían los dedos y sus pies aparecían cubiertos de sangre.
Ante las preguntas del asombrado transeúnte, el chico no atinaba a responder nada. Tan sólo le entregó unas cartas dirigidas al “capitán del 6º escuadrón de caballería”, Friedich vön Wessening.
Llevado en primer Lugar a una comisaría, atinó a pronunciar el nombre de "Kaspar Hauser". Igualmente en una de las cartas que llevaba dirigidas al militar Friedrich von Wessing figuraba este nombre. Además se mencionaba la fecha de nacimiento como el 30 de abril de 1812. Como el muchacho no daba cuerda en sí, decidieron llevarlo al domicilio del capitán Friedrich von Wessing quién acepto recibirlo.
La primera reacción extraña la mostró mientras esperaba la llegada del militar. Se interesó por la llama de una vela y la agarro sin miramientos, lanzado un alarido de dolor al quemarse. Cuando llegó a sus fosas nasales el olor de lo que en la casa se cocinaba sintió nauseas, y rechazó las viandas de carne y cerveza que le ofrecieron como si fuera la primera vez en su vida que las veía.
Una vez frente al capitán y ante las preguntas de éste, atinó a decir: “quiero ser soldado como mi padre”… Las cartas, una vez leídas eran una repetida súplica de convertir a su portador en un soldado de caballería, y todas terminaban con el texto: “si no quiere conservarlo, debe matarlo con la espada o matarlo”.
El capitán no quiso involucrarse en el oscuro asunto y devolvió al chico a la policía local, donde lo interrogaron nuevamente. A todas las preguntas contestaba “no se” pero al proporcionarle un lápiz y un papel escribió sin titubear “KASPAR HAUSER”.
Dos días posteriores al interrogatorio, un médico oficial del Tribunal Civil de Nüremberg, el doctor Preu, examinó exhaustivamente al niño y redactó un imforme que presentó en el que reconocía que el joven no estaba loco ni era un deficiente mental. Su conclusión era que se le separado por la fuerza y con mayor crueldad de todo contacto con los hombres y con el mundo. Alegaba además que desde que era un tierno infante se le había privado de la relación con la sociedad y recibido la escasa educación a escondidas. Había permanecido encerrado en un lugar privado de la luz del día, dónde permaneció hasta que fue encontrado por el transeúnte. Esto fue avalado por los resultados de su autopsia: lesiones en el cerebro y el hígado atribuibles a una mala alimentación, largo cautiverio y falta de movilidad.
Era capaz de pasar horas sentado e inmóvil y prefería la oscuridad. Le gustaba jugar con un caballo de cartón (llamaba caballo a todos los animales, así como chico a todas las personas). Comió vorazmente pan y agua, y experimentó terror frente a un reloj de péndulo, quizá considerándolo un ser vivo.
Debido al estado mental que presentaba, pronto fue la causa del interés de juristas, teólogos y pedagogos que llevaron a cabo multitud de ensayos y que le enseñaron a hablar, leer y escribir. Lo que consiguió sorprendentemente rápido. A las seis semanas hablaba con fluidez y sabía leer y escribir, y al cabo de un tiempo pudo realizar una completa declaración de sus primeros años de vida. Según su relato, desde los tres años estuvo prisionero en una mazmorra en la que no podía ponerse de pie, su cama era un colchón de paja, no había sonido alguno y los alimentos (siempre pan negro y agua) les eran llevados mientras él dormía. A veces su agua tenía un gusto amargo, lo que lo hacía dormirse y cuando despertaba se encontraba aseado y cambiado. Tiempo antes de su partida, un hombre se introducía en la celda y le enseñaba a escribir su nombre y las frases que diría al capitán.
Y así permaneció entre 12 y 13 años, hasta que le soltaron, no sin antes enseñarle a escribir su nombre ¿por qué?
A pesar de que se sabía que Kaspar había sido mantenido cautivo durante mucho tiempo aunque nunca se consiguió levantar el secreto de su proveniencia.
Luego de este relato kaspar hauser se transformó en una celebridad. Las dudas sobre su origen apuntaban a la nobleza que, por algún motivo, quiso mantenerlo oculto durante todo este tiempo. Hauser siguió educándose y adquirió conocimientos de filosofía, latín y ciencias.
La creencia popular sostenía que kaspar era hijo ilegítimo de la casa real de Baden, apartado y mantenido encerrado a favor de otro heredero. Un famoso abogado, Anselm von Feuerbach, estudió su caso y defendió la teoría del heredero suplantado. Pero feuerbach murió en 1.833 y poco después Kaspar apareció en casa de su maestro sangrando por múltiples heridas de arma blanca en los pulmones y el hígado, y afirmando que un extraño lo habría atacado en el parque, el que antes de herirlo, le había entregado una nota en la que escribió “yo soy de la orilla del rio… mi nombre es Milo”. Para aumentar el misterio, la frase está escrita de manera especular, es decir, sólo podía ser leída con ayuda de un espejo. Los escépticos pretendieron hacerle admitir que se había apuñalado a sí mismo para reavivar el interés del público por el caso, pero tres días después Kaspar moría no sin antes decir “No lo hice yo”.
Esa no fue la primera vez que atentaban contra su vida: cuatro años antes ya había sucedido algo similar: en octubre de 1829 lo encontraron inconsciente con una herida en la frente. Cuando recobró el habla contó algo sobre un atacante enmascarado..
Ni siquiera se pudo averiguar su procedencia con métodos de análisis genético. En 1996 la revista alemana "Der Spiegel" y la ciudad de Ansbach mandaron analizar unas manchas de sangre encontradas en un calzoncillo que perteneció a Kaspar Hauser. Según el resultado de este análisis Kaspar no era miembro de la familia reinante de Baden. En un análisis realizado en 2002 sobre material genético de otra ropa guardada en el museo de Kaspar Hauser y de la herencia de Anselm von Feuerbach llegó a otra conclusión. Según este resultado había una gran concordancia, aunque no del 100%, con la huella genética de Astrid von Medinger (una descendiente de la esposa de Karl von Baden). Por lo tanto, y según este análisis, un parentesco parece altamente probable. Además concluye en que la mancha de sangre no pertenece a Kaspar Hauser.
También su pronta muerte es misteriosa. Los médicos que llevaron a cabo la obducción concluían que no se pudo haber auto impuesto las heridas de arma blanca que condujeron a su muerte. Un escrito encontrado no ayudaba tampoco.
La hipótesis más reciente añade otra variante a las especulaciones ya existentes. Según esta teoría podría tratarse del hijo ilegítimo de Napoleón Bonaparte con Stephanie de Beuharnais, la esposa de Karl von Baden. El matrimonio no era muy feliz y podría haberse producido un encuentro entre Stephanie y su ídolo Napoleón antes de su guerra contra Rusia. Hay una similitud (la misma distancia entre la nariz y el labio superior, la misma barbilla, la misma frente etc.) entre Kaspar y Napoleón II quien murió muy joven incluso antes de Kaspar. Un hijo extramatrimonial hubiese sido poco deseado tanto por parte de Napoleón como por la dinastía de Baden.
Esta teoría explicaría por qué Kaspar había pasado sus primeros años de vida en palacios (según sus propios recuerdos) y sólo después, tras la destitución de Napoleón, se le escondió. Una primera parte de su captura la hubiese pasado en unas mazmorras cerca de Laufenburg. A esto apunta un mensaje encontrado en una botella y escrito presuntamente por otro encarcelado benévolo diciendo "...mi zulo se encuentra bajo tierra y es desconocido incluso a él que me ha robado el trono". Se trataría en este caso del trono de Francia aunque un hijo ilegítimo no hubiese tenido derecho a ocuparlo como emperador.
La segunda parte de su cautividad la pasó probablemente en el palacio de Pilsach, a tan sólo unos 35 Km. de Nüremberg donde fue encontrado. En este pequeño castillo se encontró en 1924 por azar una habitación escondida que concuerda con la descripción dada por Kaspar Hauser. Durante unas reformas en 1984 se encontró además un caballo de juguete que también aparece en las descripciones de Kaspar Hauser y restos de ropa.
¿De dónde salió Kaspar Hauser? ¿Quién o quiénes se tomaron el trabajo de mantenerlo oculto tantos años, para luego liberarlo sin ningún motivo aparente? ¿porqué murió?...
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