Popularmente, la autoría de las pirámides se atribuyó a campesinos -que las llaman “Majanos“-, pero desde 1991 se está investigando profusamente su auténtica procedencia, intentando demostrar que éstas no pudieron ser erigidas por ellos. Thor Heyerdahl (1914- 2002), un famoso explorador e investigador noruego, trabajó incesantemente en la resolución del misterio.
Una de las teorías en las que más profundizó fue en la de que los conocimientos arquitectónicos pudieron transmitirse a través de los mares y para ello no dudo en realizar arriesgadas travesías en pequeñas embarcaciones, cuando se suponía que en aquellas épocas el hombre no estaba preparado para cruzar los océanos.
En una de sus aventuras, llega a Canarias invitado por su buen amigo Fred Olsen, quien le comenta la existencia de pirámides. Heyerdah se sintió fascinado por la historia, convencido de que sus autores tendrían que haber sido los egipcios. Esto suponía la confirmación a su teoría de que los conocimientos en la antigüedad cruzaban el mar. Según el investigador, todo comenzó en Egipto, luego hubo un paso en Canarias y, por último, se llevaron a Sudamérica.
Pero Heyerdah fue más allá al afirmar que no fueron los egipcios quienes llegaron a América, sino los guanches -los primeros pobladores de las Islas- que cargaban en sus hombros los prodigiosos conocimientos; además, sentenció que un grandioso invento sólo se puede originar en un punto geográfico, no coincidir en varios. Para corroborar sus hipótesis, éste excavó en el centro mismo de las Pirámides de Gúímar sin encontrar nada. Su objetivo era el de hallar momias guanches y no dudó en consultar a numerosos expertos en este tipo de construcciones -piramidólogos- que declararon que eran de procedencia antiquísima.
Estos resultados no fueron suficientes, y arqueólogos de renombre estudiaron el lugar y determinaron que éstas datan del siglo XIX y que fueron, lo más factible, levantadas por las gentes del lugar para retirar las piedras del suelo y así poder cultivar la cochinilla. Es decir, que en vez de amontonar las piedras de origen volcánico de cualquier manera, las colocaron a modo de terrazas lo que derivó en las diferentes plantas que han permanecido hasta hoy en día.
Pero lo que sí es indudable son los datos arrojados por investigaciones de astrofísicos que han descubierto que las pirámides están orientadas astronómicamente hacia los solsticios de verano e invierno, lo que para muchos equivale a misterio, aunque la realidad apunte a que levantaron en el siglo XIX.
Hoy en día visitar las Pirámides de Güimar es uno de los atractivos turísticos del sur de la isla de Tenerife.
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