domingo, 7 de julio de 2019
Misteriosa Aparición en Paraná, Entre Rios, Argentina.
Un hecho
estremecedor habrían vivido el chofer de una línea urbana de
colectivos y un pasajero, en la zona del cementerio de San Benito.
Aseguran que una imagen fantasmagórica se les apareció y se
desencadenaron extraños sucesos.
Aseguran que el
hecho ocurrió el lunes a la noche, varios minutos antes de que el
reloj marcara la hora 22, cuando un chofer de la Línea 20 (que
transita desde San Agustín a avenida Jorge Newbery) apagó las luces
del coche como señal de que había finalizado el recorrido. A lo
lejos divisó a un hombre que le hacía señas y que él conocía y
le permitió subir aunque el coche ya estaba fuera de servicio.
Ninguno sabía que entonces comenzaría una pesadilla.
Según el relato de
un familiar directo del colectivero, “ambos vieron a una mujer
rubia, joven, de piel opaca, ojos rojos, cabello desaliñado y muy
mal olor, que recorría el pasillo en penumbras, desde el fondo del
colectivo. De prisa, la mujer se acercó al chofer y mirándolo
fijamente a los ojos abrió la bolsa que llevaba en sus manos”. El
familiar del chofer de la línea 20, mencionó que los hombres se
horrorizaron al ver una cabeza humana dentro la bolsa. En ese
instante, la fantasmagórica mujer le habló al chofer y le preguntó
cuál era el fin del recorrido porque ella debía cruzarse a otro
colectivo, aseguró la fuente consultada.
La extraña
aparición dejó al colectivero sin palabras y el espectro
desapareció en el cruce de Avenida Jorge Newbery y la Ruta 12,
cercana al acceso al Cementerio de San Benito.
Consternados, el
chofer y su pasajero no pudieron contener el miedo y pidieron ayuda a
sus compañeros de la Empresa Mariano Moreno.
Cuando llegó el
auxilio, los dos hombres estaban descompuestos por lo vivido, el
timbre del vehículo sonaba por momentos, el GPS se apagó y las
puertas se abrían y cerraban sin ser accionadas por nadie. La joven
pálida había desaparecido en la oscuridad.
El transporte
público, en ese momento, fue conducido por un mecánico que debió
bajar en Miguel David y Caputo debido a los insoportables y
constantes timbrazos que lo atormentaron durante el camino.
Los hombres fueron
trasladados hacia la terminal de la empresa, en el vehículo que
auxilió al colectivero.
Sin embargo, la
pesadilla no había terminado: Cuatro días después de la aparición,
el pasajero prefiere mantenerse en silencio. Mientras, el chofer
pidió licencia hasta junio porque – según confesaron sus
familiares a Elonce TV – no puede conciliar el sueño “desde
aquel horroroso momento, que no puede borrar de su memoria”. Tocaba
el timbre solo, la máquina de GPS se descompuso. Cuando pasó Miguel
David y Caputo era insoportable continuar por los timbrazos.
El padre Alejandro
Patterson, párroco de San Miguel Arcángel de Paraná y que tiene
experiencia en casos de terapias de exorcismo dialogó en referencia
al caso que conmovió a la capital entrerriana y que provocó serios
trastornos a un chofer de un colectivo urbano y un pasajero que
viajaba en la unidad en el oscuro momento cuando ocurrió la
misteriosa aparición.
El cura párroco se
refirió al fenómeno y reconoció que muchas veces es difícil
entender este tipo de acontecimientos, aunque aventuró una hipótesis
al indicar que la aparición podría ser “un alma del Purgatorio”.
El Purgatorio es un
estado en el que se encuentra la persona que ha muerto en gracia de
Dios pero que no está plenamente purificada, y lugar donde busca ser
purificado para disfrutar plenamente de la presencia de Dios y entrar
en el Cielo. Mientras tanto, afirman que dichas almas sufren por no
poder acompañarlo.
“Hay una Iglesia
triunfante en el cielo; los que están luchando y militando sobre la
Tierra y en el medio de ambos estados están los que no han
concretado bien su misión, no han crecido lo suficiente en la Tierra
y por tal motivo, no pueden entrar en el cielo”, dijo el padre
Patterson.
Estas almas “no
han logrado la corona que Dios quería darles y por ello, deben ir al
Purgatorio por un tiempo de purificación, crecimiento o sanación y
luego recibir la corona”, explicó el párroco.
En referencia al
extraño fenómeno ocurrido el pasado lunes por la noche cuando el
interno 93 de la Línea 20 finalizaba su recorrido en la zona del
Cementerio de San Benito, Patterson indicó que “algunas de esas
almas tienen el privilegio de volver a la Tierra y pedir ayuda”,
dijo sin descartar la veracidad de las declaraciones del chofer y
otra persona que lo acompañaba cuando una mujer rubia, joven, de
piel opaca, ojos rojos, cabello desaliñado y muy mal olor, que
recorría el pasillo en penumbras, desde el fondo del colectivo,
según dio a conocer Elonce.com el pasado sábado.
Tras notar la
presencia, ambos hombres habrían declarado que la mujer se acercó
al chofer y mirándolo fijamente a los ojos abrió la bolsa que
llevaba en sus manos. El familiar del chofer de la Línea 20,
mencionó que se horrorizaron al ver una cabeza humana dentro la
bolsa. En ese instante, la fantasmagórica mujer le habló al chofer
y le preguntó cuál era el fin del recorrido porque ella debía
“cruzarse” a otro colectivo.
El padre Patterson
afirmó que “la Iglesia reza en todas las misas por las almas del
Purgatorio” y contó que conoce casos de gente que han vivido
acontecimientos similares, ante lo cual, el cura recomienda “oficiar
misas por esas almas y por el bien de estas personas”. El religioso
remarcó que dichos oficios han sido la solución a las apariciones y
tras realizar misas o rezos, “el fenómeno terminó”.
Sin embargo, el
párroco de la iglesia San Miguel Arcángel de Paraná reconoció que
“son cosas tan raras y excepcionales que es difícil hablar con
exactitud de estas cosas, pero sabemos que algunas veces, las almas
del Purgatorio se manifiestan para decir `aquí estamos, ustedes
pueden ayudarnos y nosotros no podemos ayudarnos a nosotros mismos,
pero podemos ayudarlos a ustedes´”, dijo Patterson en referencia
al mensaje que estos fenómenos podrían intentar expresar al
aparecer ante las personas.
“Estas
experiencias son misteriosas y nadie puede interpretarlos exactamente
pero obviamente, las almas del Purgatorio pasan una situación de
sufrimiento, pero aún no están condenadas al Infierno que también
existe”, remarcó el padre Patterson.
Finalmente, el
religioso llamó a “cuidar el pasaporte al Cielo, la herencia que
Dios nos ha dado y que recibiremos si lo cuidamos”, concluyó.
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