Atención Por Favor.

Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



lunes, 1 de julio de 2019

El Penitente de Ovruch


Esta leyenda, muy poco conocida por ser propia de la pequeña ciudad ucraniana de Ovruch, es una de esas leyendas tan jóvenes (surgió a finales de los noventa) que recientemente acaban de superar el ámbito del rumor urbano.

Cuentan en Ovruch que existe un espectro, un fantasma que algunos han visto penando de madrugada, siempre alrededor de una iglesia, siempre en noches donde la soledad ha impregnado los alrededores del sitio en que se ha aparecido. Dicen que tiene dedos anormalmente largos, que viste de negro y que tiene un rostro que evidencia juventud pese a su monstruoso aspecto: cara aplanada, boca anormalmente alargada y amplia, un ojo más grande que el otro y el cráneo deforme, terminado en una puntuda protuberancia sobre la que cuelga su larga y despeinada cabellera rubia.

Todos los que lo han visto han relatado que caminaba y caminaba alrededor de la iglesia en que se aparecía, que a veces se detenía, se arrodillaba y lanzaba unos gritos escalofriantes pues tenía una voz carrasposa, grave; pero, sobre todo, empañada por una angustia que hacía pensar en los torturados del infierno y matizada por “un algo” indescriptible que denotaba un odio salvaje y abismal, difícil de encontrar incluso en la peor escoria criminal.

Pero lo más curioso de todo es que jamás ha sido visto antes de la una de la madrugada y que siempre, en todas sus apariciones, no ha habido nadie o prácticamente nadie cerca de la iglesia elegida. Es como si no quisiera ser visto, como si evitara dar a conocer su identidad. Además se cree que sólo se manifiesta cuando no hay luna.

Quienes han tenido el valor de acercársele han contado que el espectro salía de su abstracción (todos dicen que siempre estaba como absorto en sus pensamientos), que se volteaba, rugía potentemente, se tiraba al suelo delante del testigo, miraba hacia arriba con gesto agonizante y, después de que sus ojos se volvían completamente negros, su cuerpo translúcido se llenaba de fuego y el espectro desaparecía entre alaridos de dolor…


Su oscuro origen

Nada cierto se sabe sobre cómo empezó todo; no obstante, no más de cinco años tuvieron que pasar desde el inicio de las apariciones para que una versión sobre su origen se hiciera conocida y terminase siendo aceptada como real.


Nota introductoria para entender el supuesto origen de la leyenda:

En 1986 se dio la famosa tragedia de la central nuclear de Chernóbil. Fue el accidente nuclear más grave de la historia: Prípiat y Chernóbil se convirtieron en ciudades fantasmas, 172 pueblos fueron desalojados y unas 90.000 personas tuvieron que ser redistribuidas por toda Ucrania. Se declaró entonces una zona de exclusión, unas zonas con control permanente y otras con control periódico, todo dentro del área afectada por la radiación, área en la cual ciertas localidades, tales como Ovruch, no fueron lo suficientemente afectadas como para ser desalojadas o sometidas a controles.


Origen de la leyenda:

Inmediatamente después de la tragedia de Chernóbil, unas cuantas familias emigraron a Ovruch en busca de una nueva vida. No obstante, cuentan que a inicios de los noventa una viuda madre de cinco hijos llegó tras ser haber sido expulsada de Prípiat, una ciudad fantasma que fue declarada parte de la zona de exclusión que el gobierno soviético (en ese entonces Ucrania era parte de la U.R.S.S.) decretó tras el desastre nuclear. En otras palabras, la mujer y sus hijos habían estado viviendo en Prípiat sin que los controles los detectaran, lo cual no es muy difícil de creer teniendo en cuenta que, incluso en la actualidad, existe la leyenda urbana de que en Prípiat vive gente…

Según dicen, al llegar a Ovruch la mujer y sus hijos fueron conducidos a la casa de un tío, donde llevaron una vida relativamente normal hasta lo ocurrido a comienzos de 1996. Sólo dos detalles hacían que su vida no fuera completamente normal: el primero, que nunca se vio salir a la calle al menor de los cinco hijos, únicamente se vio a los otros cuatro; el segundo, que de vez en cuando se escuchaban gritos de dolor provenientes de la casa.

Sin embargo, en cierta fría madrugada todos los vecinos del barrio se despertaron tras oír gritos en una casa. “¡Los odio, los odio!”, era lo único que todos recuerdan escuchar aparte de unos cuantos chillidos de angustia, las detonaciones de una escopeta y los “¡Estoy ardiendo!”, previos a la escena del joven envuelto en llamas que salió a revolcarse en la acera mientras su vida se apagaba.

Tras venir a la escena, la Policía encontró muerta a la madre, al tío y a los cuatro hermanos del joven que al parecer se había auto-incinerado. La Prensa no dio mucha importancia al asunto. Nadie supo con certeza el porqué, simplemente se especuló que había existido presión policial para que el suceso cayera en el olvido…

Algunos vecinos le habían dicho a la Policía que a veces habían oído gritos de dolor provenientes de la casa. Alguien incluso afirmó escuchar una vez lo siguiente: “¡Mi cuerpo se quema, todo es tu culpa, todo es tu culpa por quedarnos en Prípiat, vieja estúpida!”. No obstante, la Policía le restó importancia creyendo que era un simple individuo en busca de protagonismo. Con todo, lo último que se supo fue que, según los análisis forenses, no existía gasolina u otro compuesto que permitiese pensar que el joven se había suicidado auto-incinerándose: al parecer, era un extraño caso de “combustión espontánea” ligado a lo que los forenses catalogaron como “alteraciones genéticas”


Síntesis y explicación sobre la difusión del supuesto origen de la leyenda:

En suma, la versión sobre el origen del espectro dice que él era el mismo joven que sufrió combustión espontánea ese día, que lo monstruoso de su cara se explicaba por alteraciones genéticas que sólo él (y no sus hermanos) desarrolló mientras vivió en Prípiat a espaldas del gobierno soviético, que había matado a su madre porque la culpaba de sus mutaciones y del ardor que sentía en su cuerpo, que mató al resto de la familia porque se sentía rechazado y había acumulado odio y, finalmente, que penaba cerca de iglesias porque estaba lleno de remordimiento y deseaba el perdón divino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario