lunes, 7 de agosto de 2017
El Mayab, La Tierra Del Faisán y Del Venado
Hace mucho, pero mucho tiempo, el señor Itzamná decidió
crear una tierra que fuera tan hermosa que todo aquél que la conociera quisiera
vivir allí, enamorado de su belleza. Entonces creó El Mayab, la tierra de los
elegidos, y sembró en ella las más bellas flores que adornaran los caminos,
creó enormes cenotes cuyas aguas cristalinas reflejaran la luz del sol y
también profundas cavernas llenas de misterio. Después, Itzamná le entregó la
nueva tierra a los mayas y escogió tres animales para que vivieran por siempre
en El Mayab y quien pensara en ellos lo recordara de inmediato. Los elegidos
por Itzamná fueron el faisán, el venado y la serpiente de cascabel. Los mayas
vivieron felices y se encargaron de construir palacios y ciudades de piedra.
Mientras, los animales que escogió Itzamná no se cansaban de recorrer El Mayab.
El faisán volaba hasta los árboles más altos y su grito era tan poderoso que
podían escucharle todos los habitantes de esa tierra. El venado corría ligero
como el viento y
la serpiente movía sus cascabeles para producir música a su
paso.
Así era la vida en El Mayab, hasta que un día, los chilam, o
sea los adivinos mayas, vieron en el futuro algo que les causó gran tristeza.
Entonces, llamaron a todos los habitantes, para anunciar lo siguiente: ?Tenemos
que dar noticias que les causarán mucha pena. Pronto nos invadirán hombres
venidos de muy lejos; traerán armas y pelearán contra nosotros para quitarnos
nuestra tierra. Tal vez no podamos defender El Mayab y lo perderemos.
Al oír las palabras de los chilam, el faisán huyó de
inmediato a la selva y se escondió entre las yerbas, pues prefirió dejar de
volar para que los invasores no lo encontraran.
Cuando el venado supo que perdería su tierra, sintió una
gran tristeza; entonces lloró tanto, que sus lágrimas formaron muchas aguadas.
A partir de ese momento, al venado le quedaron los ojos muy húmedos, como si
estuviera triste siempre.
Sin duda, quien más se enojó al saber de la conquista fue la
serpiente de cascabel; ella decidió olvidar su música y luchar con los
enemigos; así que creó un nuevo sonido que produce al mover la cola y que ahora
usa antes de atacar.
Como dijeron los chilam, los extranjeros conquistaron El
Mayab. Pero aún así, un famoso adivino maya anunció que los tres animales
elegidos por Itzamná cumplirán una importante misión en su tierra. Los mayas
aún recuerdan las palabras que una vez dijo:
?Mientras las ceibas estén en pie y las cavernas de El Mayab
sigan abiertas, habrá esperanza. Llegará el día en que recobraremos nuestra
tierra, entonces los mayas deberán reunirse y combatir. Sabrán que la fecha ha
llegado cuando reciban tres señales. La primera será del faisán, quien volará
sobre los árboles más altos y su sombra podrá verse en todo El Mayab. La
segunda señal la traerá el venado, pues atravesará esta tierra de un solo
salto. La tercera mensajera será la serpiente de cascabel, que producirá música
de nuevo y ésta se oirá por todas partes. Con estas tres señales, los animales
avisarán a los mayas que es tiempo de recuperar la tierra que les quitaron.
Ése fue el anuncio del adivino, pero el día aún no llega.
Mientras tanto, los tres animales se preparan para estar listos. Así, el faisán
alisa sus alas, el venado afila sus pezuñas y la serpiente frota sus
cascabeles. Sólo esperan el momento de ser los mensajeros que reúnan a los mayas
para recobrar El Mayab.
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