domingo, 7 de mayo de 2017
Leyenda Del Lago Musters
Un prado cerca del lago Musters (en Patagonia) fue muy
fértil, pero fue un año seco y todo lo que no tomó la fuga murió. Así los
mapuches organizaron una fiesta de futuro (Nguillatun) y inició una inundación
y todos murieron en el agua y el prado se convirtió en un lago profundo. Los
mapuches de hoy solo caminan al borde del lago sin verlo así no va a ser inundación
más. O: fueron dos tribus serranos y la tribu del prado del lago Musters venció
pero fueron maldiciones que inundaron toda la región del lago Musters y todos
murieron en el agua. Y el lago canta de eso hasta hoy.
Cuentan los mapuches más ancianos que sus abuelos les
contaron que en el lugar donde está el lago Musters había un gran mallín
(prado) con abundante pasto y animales para cazar. Así fue durante mucho
tiempo, pero llegó un año de sequía absoluta. Los fuertes vientos sólo
levantaban la polvareda de la (p.258) tierra reseca. Los animales que no podían
huir (tomar la fuga) morían de sed. Los guanacos y ñandúes (especie de
avestruz) escapaban hacia los valles húmedos de la cordillera. No había nada
para cazar. Los mapuches se morían de hambre.
Entonces, decidieron juntar a todas las tribus vecinas para
ofrecerle a Nguenechen (creador del mundo) un gran Nguillatun (fiesta para un
futuro bueno) para pedirle lluvias. Cuentan que cuando estaban realizando la
ceremonia se desató (inició) una terrible tormenta. Una gran corriente inundó
el mallín y las aguas alcanzaron una altura impresionante. Todos comenzaron a
huir despavoridos, pero fue inútil. Los mapuches allí reunidos se ahogaron.
Nadie se salvó. Desde entonces, el mallín quedó convertido en un lago muy
profundo.
A veces, el lago se enoja y sus olas braman (son fuertes),
pudiéndose escuchar su ruido a gran distancia. Las mujeres mapuches se acercan
al lago con un gran respeto: lo hacen caminando de espaldas sin darle la cara
para que no se enoje como ese día en que mató a todos esos mapuches.
Otra versión cuenta que en las sierras de San Bernardo vivía
una tribu enemiga de otra tribu que habitaba unos mallines - donde actualmente
está el lago Musters - con abundante caza. Ambas tribus se entablaron
(iniciaron) en una atroz batalla de la que resultaron derrotados los aborígenes
de las sierras. Pero todo no quedó allí: los machis (chamanes) de la tribu
vencida les propinaron (regalaron) una terrible maldición a los del mallín. Al
llegar el invierno, un gran caudal (cantidad) de agua descendió de la
cordillera y ahogó a la tribu enemiga.
De esa manera se cumplió la maldición. Los miles y miles de
mapuches sepultados (enterrados) bajo las aguas hacen que el lago brame con sus
gritos de dolor y desesperación.
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