martes, 9 de mayo de 2017
I’Ching. El Antiguo Oráculo Chino
El I’Ching, también conocido como “El Libro de las
Mutaciones, Cambios y Transformaciones”, es un texto de consulta dividido en 64
partes que nos permite obtener respuestas (mediante consejos reflexivos) a
cualquier pregunta concreta que se le haga al oráculo.
Su origen es tan remoto que se pierde entre la historia y la
leyenda, por lo que resulta imposible dar una fecha exacta de su
aparición. Desde hace milenios se lo ha
utilizado como apoyo para tomar decisiones, es así que los antiguos chinos lo
utilizaban para decidir fechas de casamientos, traslados a otra ciudad,
elección del nombre de sus hijos y hasta decisiones domésticas, incluso muy
cerca en el tiempo, sabemos que durante la Segunda Guerra Mundial los oficiales
japoneses tenían el I’Ching como lectura para sus decisiones.
Se cree que pudo haber sido un calendario agrícola de alguna
antigua dinastía y que al aparecer la dinastía Chou se le dio la connotación de
oráculo.
Los antiguos calendarios chinos eran textos conteniendo
noticias de astronomía, meteorología y religión, siendo muy consultados por el
pueblo.
Fu-Hsi es un personaje mítico al que se representa con dos
protuberancias en la frente (en la antigua China estos cuernos tienen como
significado grandeza y devoción y simbolizan también el poder, la divinidad y
la sabiduría de la deidad que se venera)
Se cuenta que Fu-Hsi vio la explosión del Caos del que nacieron el cielo y la
tierra y comprendió su movimiento generativo.
Más adelante presenció como un caballo-dragón salía de las
aguas de un río y transcribió los signos que tenia impresos en el lomo,
obteniendo de allí los elementos básicos del I’Ching: Los Trigramas.
Todo el I’Ching parte de dos signos fundamentales, conocidos
como Yin y Yang, representados en forma gráfica para poder leer las respuestas.
El Yin es representado con una línea partida, mientras que
el Yang (por complemento y oposición) lo vemos representado por una línea
entera.
EL YIN Y EL YANG
El Yin y el Yang representan en la cosmogonía china los dos
principios elementales de la naturaleza, las dos fuerzas que se contraponen
pero que a su vez se necesitan para lograr el equilibrio. Un claro ejemplo de
esto lo damos cuando decimos “para que exista la luz, es necesaria la
oscuridad” o “si no existiera la maldad, como reconoceríamos a los buenos”, en
estos, como en otros muchos casos del saber popular, estamos haciendo
referencia al Yin y al Yang,. a esos dos elementos que nivelan la balanza natural.
Es así que son los símbolos de dos principios antagónicos
que (aunque opuestos entre sí) se complementan y su constante metamorfosis
representa la base del universo.
El Yin y el Yang son los eternos pares opuestos.
El Yang representa lo masculino, el cielo, el sol, la luz,
el calor, la fuerza, lo positivo, el sí, lo blanco, el día, lo rígido, lo duro
y lo activo (entre otros muchisimos elementos y estados); mientras que como
contrapartida, el Yin representa lo femenino, la tierra, la luna, la oscuridad,
el frío, la debilidad, lo negativo, el no, lo negro, la noche, lo flexible, lo
blando y lo pasivo.
LOS OCHO TRIGRAMAS
Del Yin y del Yang se obtienen los ocho signos fundamentales
denominados trigramas (es decir tres trazos), que se conforman con trazos
divididos (negativos) y trazos no divididos (positivos).
Estos trigramas, que son figuras horizontales al combinarse
entre sí conforman los 64 hexagramas (signos de seis trazos) que son los que
permiten la lectura del I’Ching.
Cada trigrama corresponde a un elemento de la naturaleza en
su estado más puro y son representados de la siguiente manera:
Los ocho reciben por nombre Sun (el viento, aplicado también
a la madera), Tui (el lago), Kên (la montaña), Chên (el trueno), Ch’ien (el
cielo), K’un (la tierra), K’an (el agua) y Li (el fuego, siendo también el sol,
el rayo y el relámpago).
COMO REALIZAR LA
CONSULTA DEL I’CHING
Para lograr el hexagrama que nos permita obtener la
respuesta a nuestra pregunta (que debe ser especifica) debemos realizar un antiquísimo
ritual con tres objetos redondos con determinados caracteres en cada cara
(elementos que podemos suplir con monedas).
Si utilizamos monedas debemos determinar un valor numérico
dos para una cara y un valor tres para la otra.
Teniendo las tres monedas en la mano, nos concentramos en el
motivo de nuestra consulta y las arrojamos, obteniendo (por suma de caras) una
cifra que será 6,7,8 o 9.
Si la cifra obtenida es número par corresponde a una línea
partida (Yin), mientras que si resulta impar la graficamos como una línea
entera (Yang).
De esta forma vamos armando el hexagrama de abajo hacia
arriba hasta obtener la figura correspondiente a uno de los 64 puntos del
libro.
Hay un dato a tener en cuenta: si en una tirada la suma
fuese seis (tres Yin) se considera en mutación; como así también si las tres
caras Yang saliesen en una tirada (sumando nueve).
Los hexagramas que tienen líneas mutantes se convierten
luego en su opuesto, por lo que además de interpretar el número
correspondiente, luego hay que complementar el mensaje con el consejo del
opuesto.
Para clarificar un poco este concepto, vayamos a un ejemplo
practico: La primera tirada suma 6, la segunda 7 y la tercera también 7,
formando el trigrama Sun con la primera línea mutante.
Siguiendo con el ritual obtenemos el otro trigrama con
valores 8, 9 y 6 (obteniendo el trigrama K’an con la segunda y tercera línea
mutante).
Con estas seis líneas del ejemplo hemos formado el hexagrama
Nº 48 La Fuente (agua sobre viento). Luego de leer el mensaje del hexagrama,
invertimos las líneas mutantes, lo cual forma el hexagrama Nº 26 El Poder del
Fuerte (montaña sobre cielo).
Este último complementa y amplia el mensaje del primer
hexagrama.
Vale la aclaración que las líneas mutantes no siempre
aparecen, por lo que el mensaje se circunscribe a la interpretación de un solo
hexagrama.
El I’Ching es ideal para consultar cada vez que una duda
ante una situación, una decisión importante o una acción a ejecutar nos
perturbe.
La respuesta de este método (como es característico en los
oráculos) será ambivalente y llena de simbolismos; pero nos permitirá la
meditación y reflexión del problema y seguramente nos encaminará
definitivamente a la solución.
Fuente: http://www.enigmas.com.ar
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