El demonio íncubo es la contrapartida masculina del súcubo.
Un hombre joven, muy atractivo y fuerte que seduce y atrae generalmente a
mujeres, a las que atormenta de la misma manera que suelen hacerlo los súcubos.
Existe la teoría de que estos demonios son descendientes de
ángeles caídos que han degenerado en succionadores energéticos. Aunque también
se dice que, en realidad, los íncubos y los súcubos son el mismo tipo de
demonio, que adopta la forma de hombre o mujer según los gustos de su víctima.
Suelen acercarse a todo tipo de mujeres; mayores o jóvenes,
casadas, solteras o viudas, aunque comparten con los súcubos su debilidad por
las mujeres religiosas y de férrea moral, sobre todo las novicias. Disfrutan
sabiendo el dolor y la vergüenza que causarán a sus víctimas al despertar de su
espantoso sueño.
Muchas de estas mujeres pueden incluso quedar embarazadas.
Cuando esto ocurre existe la posibilidad de que el bebé nacido sea un engendro
a disposición de las fuerzas del mal, o un poderoso humano mágico que se
decline por hacer el bien. Un ejemplo de este último caso es el del mago
Merlín, de quien se cuenta que nació de la oscura seducción de un íncubo a una
monja.
Encantamientos de cama
Los súcubos e íncubos tienen la capacidad de realizar un
encantamiento al lugar donde se produce el ataque sexual, generalmente, la cama
de la víctima, de manera que cada vez que ésta descansa sobre dicha cama se
drena parte de su energía, que pasa directamente al demonio aunque esté lejos
del lugar.
Este poderoso hechizo puede acabar con la vida del mortal mientras que hace más fuerte al demonio. Así, cuantas más víctimas consiga, más poderoso se vuelve.
Fuente: wikipedia.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario