miércoles, 9 de enero de 2019
¿Que Es El Karma?
La ley del karma es
un ejemplo especial de la ley de causa y efecto que establece que
nuestras acciones físicas, verbales y mentales son causas, y
nuestras experiencias son sus efectos. La ley del karma enseña por
qué cada individuo posee una disposición mental, una apariencia
física y unas experiencias únicas. Estas son los efectos de las
incontables acciones que cada uno ha realizado en el pasado.
Puesto
que no hay dos personas que hayan realizado las mismas acciones en
vidas pasadas, nadie puede tener los mismos estados mentales,
experiencias y apariencia física que otro. Cada ser posee su propio
karma individual. Algunas personas disfrutan de buena salud y otras
sufren enfermedades sin cesar. Unas tienen un físico atractivo y
otras no. Algunas siempre están alegres y se conforman con poco,
mientras que otras suelen estar de mal humor y nunca están
satisfechas. Algunas personas entienden con facilidad el significado
de las enseñanzas espirituales, pero otras las encuentran difíciles
y oscuras.
La palabra karma
significa “acción” y se refiere principalmente a nuestras
acciones físicas, verbales y mentales. Las acciones que efectuamos
dejan huellas o impresiones en nuestra mente muy sutil que, con el
tiempo, producen sus correspondientes resultados. Nuestra mente es
comparable a un campo de siembra, y las acciones que cometemos, a las
semillas que en él se plantan. Las acciones virtuosas son las
semillas de nuestra felicidad futura, y las perjudiciales, las de
nuestro sufrimiento. Estas semillas permanecen ocultas en nuestra
mente hasta que producen su efecto, cuando se reúnen las condiciones
necesarias para su germinación. Además, desde que se realiza la
acción original hasta que maduran sus consecuencias, pueden
transcurrir varias vidas.
Como resultado de
nuestras acciones o karma, renacemos en este mundo impuro y
contaminado y tenemos problemas y dificultades sin cesar. Nuestras
acciones son impuras porque nuestra mente está contaminada por el
veneno interno del aferramiento propio. Esta es la razón principal
por la que experimentamos sufrimiento. Este es producido por nuestras
propias acciones o karma y no es un castigo impuesto por nadie.
Sufrimos porque hemos cometido numerosas acciones perjudiciales en
vidas pasadas. El origen de estas malas acciones son nuestras propias
perturbaciones mentales, como el odio, el apego y la ignorancia del
aferramiento propio.
Cuando hayamos
eliminado de nuestra mente el aferramiento propio y demás engaños,
nuestras acciones serán puras. Como resultado de estas acciones,
nuestras experiencias, nuestro mundo, cuerpo y disfrutes, y los seres
que nos rodean, también serán puros. No quedará ni el menor rastro
de sufrimiento, impureza ni dificultades. De esta manera,
encontraremos la verdadera felicidad en nuestra mente.
Por cada acción que
realizamos, experimentamos un efecto similar. Cuando un granjero
planta semillas de una planta medicinal, brotará esta planta y no
una venenosa; y si no siembra nada, no recogerá ninguna cosecha. Del
mismo modo, si realizamos acciones virtuosas, disfrutaremos de
felicidad; si cometemos acciones perjudiciales, experimentaremos
sufrimiento; y si realizamos acciones neutras, los resultados serán
neutros.
Por ejemplo, si
padecemos enfermedades mentales es porque en el pasado hemos
molestado a los demás, si tenemos una enfermedad física es porque
hemos maltratado o herido con un arma, administrado medicinas
equivocadas u ofrecido alimentos venenosos. Si no hemos creado la
causa kármica para enfermar, es imposible hacerlo aunque estemos en
medio de una epidemia que esté causando estragos a nuestro
alrededor. Aquellos que han alcanzado el nirvana, por ejemplo, no
experimentan sufrimiento físico ni mental porque han dejado de
cometer acciones perjudiciales y han eliminado sus potenciales, la
causa principal del sufrimiento.
La causa principal
de la pobreza es robar. Las causas principales de estar oprimidos son
haber tratado con orgullo a personas de posición inferior a la
nuestra, haberlos maltratado o exigido sus servicios, o haber
despreciado a los demás en lugar de amarlos y haber sido bondadosos
con ellos. Las causas principales del sufrimiento de tener que
separarnos de nuestros familiares y amigos son acciones como seducir
a la pareja de otra persona o poner a sus amigos o trabajadores en su
contra.
La siguiente
historia extraída de las escrituras budistas nos ayudará a
comprender que nuestras experiencias tienen su origen en vidas
pasadas, y que los resultados de nuestras acciones van aumentando con
el tiempo, al igual que una pequeña semilla se convierte en un gran
árbol. Había una vez una monja llamada Upala que antes de su
ordenación había experimentado mucho sufrimiento. Se casó tres
veces, pero todos sus maridos e hijos habían fallecido de manera
violenta y sus padres también murieron en un incendio. Después de
sufrir tantas desgracias, Upala generó un intenso deseo de liberarse
del sufrimiento y le contó a Buda su triste historia. Este le
explicó que en su vida anterior había sido una de las mujeres de un
rey y que debido a sus celos había interferido en las relaciones de
este con las demás. Estos celos eran la causa de sus calamidades. A
continuación, Buda le enseñó cómo purificar la mente y, gracias a
que practicó con sinceridad sus instrucciones, alcanzó el nirvana
en esa misma vida.
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