sábado, 5 de enero de 2019
El Arcángel Chamuel
Chamuel es uno de
los siete grandes arcángeles o “príncipes del cielo”, él es el
arcángel del Amor y se encarga de proteger los vínculos afectivos y
de promover el amor incondicional hacia los demás, así como también
la devoción, la gratitud y el amor hacia Dios. Chamuel representa la
belleza que se logra mediante la consecución y expresión de la
pureza del amor. Se cree que él es el más dulce y cariñoso de los
arcángeles, que su presencia se manifiesta como las famosas
“mariposas en el estómago” o como una especie de irradiación
energética en el corazón; y, también, se dice que éste arcángel
brinda su apoyo a las personas que sufren de desamor y soledad. Por
el papel que se le otorga, Chamuel es el arcángel asociado al
planeta Venus.
Su nombre significa
“El que ve a Dios”, “El que busca a Dios”, o “Auxilio y
fuerza de Dios”. Pese a eso, hay muchos nombres asociados a éste
arcángel: Camael, Camiel, Camiul, Cancel, Jahoel, Kemuel, Seraphiel,
Shemuel, Samuel, Haniel, Anael…En cuanto al significado más
difundido de su nombre, que es el de “El que ve a Dios”, tiene
éste la siguiente explicación mística: Jesucristo dijo
“Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a
Dios” (Mateo 5:8); ahora, el apóstol Juan dijo que “Dios es
amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”
(1Juan 4:16); así, siendo Chamuel el arcángel que personaliza al
amor, es evidente que su corazón está lleno de amor, y sobre todo
de amor a Dios, dejando así de lado el amor al mundo y todo lo que
se contrapone al amor a Dios, así como también dejando de lado al
odio y todas aquellas cosas que se oponen al amor, ya que de lo
contrario no podría ser el arcángel que personaliza al mor:
entonces, en resumidas cuentas, acontece que Chamuel, por estar lleno
de amor, está lleno de la presencia de Dios y puede verlo tanto en
su interior, en tanto que está lleno de su presencia, como en su
exterior, en cuanto que está libre de aquello que le impediría
verlo, puesto que aquello que le impediría verlo es, en esencia,
aquello que se opone al amor.
En cuanto a su rango
entre los coros angélicos, pese a ser conocido como un “arcángel”,
muchas fuentes lo colocan como el “Príncipe de las Potencias”.
Por otra parte, se sabe que Chamuel es el director de todos los
ángeles de la llama rosa, ángeles que combaten las fuerzas del
odio, fomentan la gratitud hacia Dios, inspiran el respeto y el
aprecio hacia la vida y sus diversas manifestaciones concretas (la
paloma, el gato, cualquier ser humano) y animan a la Humanidad a
desarrollar el amor incondicional, el amor a Dios y al Ser Interno.
A nivel de creencias
presentes en el esoterismo de corte popular, Chamuel es también el
arcángel de la tolerancia, la sexualidad, la adoración, la ternura,
la dulzura, el encanto, la comunión afectiva y la estética
espiritualizada, atribución ésta última a partir de la cual se le
ha considerado regente de lo relacionado con el embellecimiento
físico y la decoración.
Algunas tradiciones
lo vinculan a Haniel, ángel que supuestamente transportó a Enoca al
cielo, otras afirman que es el ángel del mes de diciembre y hay
quienes dicen que habita el segundo cielo y que una labor suya es
encargarse de las emanaciones sublimes que ascienden a Dios y
provienen de las oraciones que llegan a través del primer cielo.
Finalmente y sobre
todo a nivel de aquella corriente actual de metafísica que postula
la existencia de las Siete Llamas y de los Maestros Ascendidos,
existe la interesante creencia de que el arcángel Chamuel estuvo
separado de las conciencias humanas por muchos siglos, siendo así
que en todo ese tiempo el hombre no se podía comunicar con él. No
obstante, también plantean que actualmente si es posible comunicarse
con Chamuel y contactar con sus mundos espirituales.
ORÍGEN Y
CONFUSIONES
En términos
generales, Chamuel se originó en el marco de la asimilación de
ciertos elementos del zoroastranismo dentro del judaísmo. Aquello
fue básicamente el resultado del largo exilio (597-538 a.C.) que la
aristocracia judía sufrió en Mesopotamia. Y es que, en el fondo, no
existían demasiadas diferencias entre el dios Aura-Mazda y el
Yahvé-Elohim de los judíos, como tampoco entre los enviados
Zarathustra (Zoroastro) y Moisés o entre el ordenado sacerdocio y la
moral estricta propias de ambas religiones monoteístas.
Como producto de ese
contacto el panteón de arcángeles judíos se amplió. En el
comienzo solo se hablaba del “Ángel de Yahvé” o “Ángel de
Dios”, del “Ángel de la Muerte” que asesinó a los
primogénitos de Egipto y de tres ángeles sin nombre que aparecieron
a Abraham y dos (sin nombre también) a Lot, siendo que solo después
el Libro de Daniel (hecho justo en la época del exilio en
Babilonia…) menciona los nombres de Gabriel y Miguel (Mikjael) y
ciertos estudios cabalísticos muestran que los tres ángeles que se
le aparecieron a Abrahan eran los arcángeles Miguel, Gabriel y
Rafael. Así, antes del contacto con el zoroastranismo solo existían
tres arcángeles judíos. Eran los persas quienes pensaban que el
sol, la luna y las estrellas eran inteligencias angélicas y que el
fuego y el agua tenían vida (no como tal o cual forma del fuego o
del agua, sino como el fuego y el agua en general) y una especie de
inteligencia: fue esa idea la que se filtró y transformó dentro del
judaísmo, haciendo que luego se empezara a hablar del arcángel
Uriel (“Luz de Dios”, “Ángel del Fuego de Dios”) en la línea
persa del culto al “fuego sagrado”, del arcángel Zadkiel
(“Justicia de Dios”) como arcángel asociado a Júpiter, de
Remeiel, Ratziel y otros; y, desde luego y a imitación del culto a
Anahita (divinidad persa del amor que habitaba Venus), del arcángel
Anael o Haniel como “Regente de Venus”, siendo que actualmente se
considera a Anael o Haniel como el mismo ser que Chamuel…
Ahora, en la época
del sincretismo judío-persa aún el arcángel Chamuel (que en ese
entonces era conocido como “Anael”) no era uno de los siete
arcángeles principales. Fue recién con Pseudo-Dionisio (teólogo
bizantino anónimo, siglos V-VI d.C.) que pasó a estar entre los
siete grandes arcángeles que actualmente se conocen y, así mismo,
fue con Pseudo Dionisio cuando se configuró de forma completa un
perfil del arcángel semejante al que tenemos actualmente.
Las confusiones
surgieron sobre todo después, a través de los siglos y las diversas
producciones esotéricas en que se hablaba del arcángel,
producciones éstas que muchas veces presentaban sincretismo entre
diversas tradiciones o vaguedad en cuanto a sus orígenes. De ese
modo, y sobre todo a raíz de los muchísimos arcángeles que nombra
la Cábala hebrea, se fueron desarrollando los siguientes equívocos:
Por otra parte
estaba Camael (“El que ve a Dios”), quien equivocadamente se ha
visto como equivalente a Samael, un ángel malo cuyo nombre incluso
significa “Veneno de Dios”. Mas en suma se suele considerar a
Camael como la personificación de la justicia y la severidad, siendo
visto como el arcángel de la venganza y nombrado como “Khemuel”,
“Camuel” o “Chamuel”, entre otros.
Por un lado estaba
Anael, un ser asociado al amor y al planeta Venus, un arcángel
regente del segundo cielo y que se ha terminado viendo como
equivalente a Haniel, Anafiel y Ariel, aunque aquellas
identificaciones no sean ciertamente precisas pues en parte han
respondido a un reduccionismo usualmente poco fundamentado.
Se dio sin embargo
que las dos vertientes (la de Camael y Anael) de sentido anteriores
se fueron mezclando en un sincretismo hasta cierta medida
incoherente, ya que por el lado de Camael se tenía que el arcángel
estaba asociado a la severidad, la justicia y la venganza (entendida
como una forma de justicia), mientras que por el otro estaba asociado
al amor y a la dulzura. Pero la mezcla resultaba también
acomodaticia; ya que, si bien por el lado de Camael estaba la
significación del nombre como “El que ve a Dios”, por el lado de
Anael estaba la justificación (el amor) idónea del hombre a los
ojos de la mentalidad cristiana. Es así que en la actualidad tenemos
a un arcángel que se nombra de demasiadas maneras y cuyo perfil se
suele presentar en general como un todo coherente resultante de la
combinación de ciertos elementos originarios de vertientes de
sentido distintas y de la supresión de otros elementos (también de
vertientes distintas) para evitar la contradicción; aunque, en unos
pocos casos, la contradicción no se ha evitado y se ha planteado
inconsistencias tales como que Chamuel es ángel de la venganza y del
amor a un mismo tiempo…
Esquematizando, se
tendría básicamente que la confusión fue dada por la asignación a
un mismo arcángel de los siguientes grupos contrapuestos (en virtud
de sus significaciones) de nombres (los de mayor uso están
subrayados): Anael, Haniel, Anafiel, Hariel/Chamuel, Camael, Khemuel,
Camuel, Shamuel, Samuel
Pero sumada a esa
confusión nominal se dio una agregación progresiva de diversos
elementos que no existían en el origen, resultando que en la
actualidad se ha llegado a decir cosas las siguientes: (al igual que
los otros arcángeles…) tiene un complemento femenino llamado
“Caridad” (una arcangelina…), y según algunos metafísicos del
New Age incluso (al igual que los otros arcángeles) tiene sexo con
su arcangelina; tiene como chakra asociado al chakra Anahata (cuarto
chakra) o chakra del corazón; es el arcángel del rayo (o llama)
rosa o rayo del amor; y, además, se puede solicitar su ayuda en
hechizos para salir de la soledad, para que te quiera tal o cual
persona que te ignora o de detesta, o incluso para cosas tan opuestas
a la naturaleza angélica como lo es pedir para que sufra alguien que
te ha roto el corazón…
Por todo lo anterior
podemos concluir que Chamuel es casi de seguro una quimera, un
arcángel imaginario que, el sincretismo y la vaguedad desplegadas
durante siglos por las producciones esotéricas, han terminado
instaurando en la angeología contemporánea y en aquella esfera del
imaginario social propia del esoterismo popular. En otras palabras,
Chamuel, Anael, Samuel o como quiera que se elija llamarlo, es una
entidad que se ha formado por la agregación de características
propias de diversos nombres cuyos orígenes se han olvidado
parcialmente y cuyas fronteras se han difuminado.
EL ARCÁNGEL
CHAMUEL EN EL CRISTIANISMO
La Iglesia Católica
solo reconoce de manera oficial a tres arcángeles ya que solo tres
se encuentran en la Biblia: Miguel, Gabriel y Rafael. A Chamuel,
junto con los otros arcángeles, no los niegan pero tampoco los
afirman en el sentido de que dentro de la doctrina oficial sean
referidos como seres efectivamente existentes. De igual forma sucede
con las Iglesias Cristianas Ortodoxas: solo reconocen a Miguel,
Gabriel y Rafael, dejando así a Chamuel en lo que se podría
considerar como un espacio de indeterminación doctrinal.
Por su lado, en
general las iglesias protestantes solo reconocen a dos (Miguel y
Gabriel), habiendo incluso iglesias como la Adventista o Los Testigos
de Jehová, las cuales dicen que Jesús y el arcángel Miguel son el
mismo ser. Por ello, dentro de estas iglesias Chamuel quedaría
despachado; aunque, en lugar de aceptarse su culto a nivel
extra-oficial como en general suele hacer de forma tolerante el
Catolicismo (en parte porque en cierta época la Iglesia Católica sí
creyó en siete arcángeles), a nivel del Protestantismo esto podría
ser censurado como “idolatría”.
.
.
EL ARCÁNGEL
CHAMUEL, LA SUPERCHERÍA ESOTÉRICA MODERNA Y LA OBSESIÓN CULTURAL
POR EL AMOR
El arcángel Chamuel
es el arcángel que más ha sido presa de la superchería esotérica
moderna. Evidentemente la causa de eso es que vivimos en una sociedad
obsesionada con el amor y Chamuel es el arcángel del amor. Así,
para aquellos miembros del cuerpo social cuyas mentes han sido
colonizadas por toda esa cultura supersticiosa que representa la
magia de rituales, la santería, el horóscopo y las invocaciones a
un panteón de espíritus cuyos orígenes no son nada claros, el
arcángel Chamuel representa un vehículo a partir del cual canalizar
esas necesidades de amor (en este contexto, nos referimos al amor de
pareja) que la sociedad les ha inoculado como consecuencia de aquella
obsesión cultural por el amor que existe en la contemporaneidad y
que podría definirse como parte de un conjunto de “modas surgidas,
en gran medida, a través de los mensajes publicitarios y los
prototipos sociales que crean los medios de comunicación[10]”. Lo
anterior, en combinación con el auge del internet y la amplificación
de su importancia social y de su accesibilidad, ha hecho de la web
una plataforma idónea para la proliferación de la superchería
esotérica en general y, dentro de ese ámbito, de la superchería
esotérica en torno al arcángel Chamuel.
VIRTUDES, DONES Y
SERVICIOS DEL ARGÁNGEL CHAMUEL
Chamuel está
asociado principalmente a las virtudes del amor incondicional a Dios
y al prójimo, a la devoción y a la gratitud hacia Dios, al aprecio
y respeto hacia la vida, a la dulzura, la ternura, el afecto, la
tolerancia, la autoaceptación, la compasión, la misericordia, la
caridad y la belleza.
Los dones que da
pueden ser los siguientes: llenarnos de amor, librarnos del
resentimiento, el rencor y el odio, librarnos de la amargura,
ayudarnos con nuestra falta de autoestima, ayudarnos a pasar del
deseo-pasión al amor incondicional y desinteresado, ayudarnos cuando
alguien nos odia o envidia, librarnos de la soledad, hacernos más
generosos, dulces, compasivos, etc.
Podemos solicitar
los servicios de Chamuel cuando:
(1) estamos
deprimidos porque no tenemos amigos o porque alguien que amamos nos
ignora y/o desprecia
(2) queremos que
nuestra alma gemela aparezca en nuestras vidas,
(3) estamos lejos de
Dios por todo el odio, la rabia y el resentimiento que hemos
acumulado,
(4) queremos un
trabajo,
(5) queremos
recuperar un objeto perdido,
(6) deseamos que
nuestros enemigos dejen de odiarnos,
(7) queremos ayudar
a alguien que está lleno de malos sentimientos,
(8) tenemos una
amargura que no se va con nada de este mundo (psicólogos,
psiquiatras, diversiones, pasatiempos, etc),
(9) necesitamos
autoestima,
(10) queremos que
tal o cual vínculo afectivo nuestro mejore,
(11) queremos dejar
de ser envidiosos,
(12) etcétera…
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