lunes, 3 de septiembre de 2018
Leyenda Del Rezo Del Ave María
Se cuenta, que el hermano Lego (no era sacerdote) de la
Orden de los Dominicos, era un analfabeta, no podía leer los Salmos, en esa
época era una costumbre hacerlo en los conventos.
Cuando terminaba sus trabajos porque era el “mil usos” ( era
hortelano, barrendero, portero, cocinero) se dirigía a la capilla se hincaba
frente a la figura de la Virgen María y recitaba ciento cincuenta Aves Marías
que era el número de Salmos que no podía leer. Después se iba a dormir a su
celda.
El hermano Superior del convento veía en la capilla cuando
llegaba a oficiar rosarios a los monjes, olía a rosas la capilla y adornada por
ellas, preguntó; quién lo hacía a diario, nadie dijo, yo, y los rosales del
jardín nunca se notó que fueron cortados. Y así pasó el tiempo, la capilla
llena de flores.
El hermano Legó se puso muy mal ya no iba por las mañanas ni
por las noches a saludar a la Virgen este estaba grave, los monjes se dieron
cuenta que el altar estaba pelón, sin las rosas que ya se habían acostumbrado a
ver en el templo y dedujeron que era el Hermano Lego era el que adornaba de
forma hermosa el altar, ¿Pero como? Si nunca salía, nadie lo había visto salir
a comprar las rosas, además que no tenía un céntimo.
Un mañana se levantó de su cama y se fue directo a la
capilla, un monje que le llevó el desayuno no lo encontraba y dio aviso a los
demás, hasta que se dieron la tarea de buscarlo, cuando lo vieron, cada monje
quedaba asombrado, Lego, arrodillado frente a la Virgen recitando con fervor sus
avemarías, cada una que se dirigía aparecía una rosa en los floreros, Al
terminar sus 150 Aves Marías, murió en los pies de la Virgen. Al paso del
tiempo, Santo Domingo de Guzmán, dividió los 150 avemarías en grupos de tres
(cuentan, que por revelación de la Virgen lo hizo).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario