domingo, 9 de septiembre de 2018
La leyenda De Blackman
Corría el año de 1795 cuando Baja California estaba siendo
colonizada y ya había sido evangelizada por los jesuitas, donde poco a poco se
iba diezmando la población de naturales propios de la región, eran tiempos
difíciles de sobrevivencia, y las epidemias iban acabando con la escasa
población indígena que existía en la parte norte del territorio de Baja
California Sur.
El buceo de la madre perla se hacía sin equipo y esta era
otra causa de muerte al bajar grandes profundidades ya que los bancos de las
ostras eran cada vez más escasos y así los buzos nativos del lugar se iban
muriendo con los pulmones destrozados por el gran esfuerzo que hacían al bajar
a buscar las pocas ostras que existían por el abuso de su explotación en
nuestros mares.
Por el Golfo de California a lo lejos, en el horizonte fue
apareciendo la obscura figura de un barco velero con las velas destrozadas,
traído, quizás por una fuerte tormenta que días anteriores había azotado las
costas del golfo, la tripulación buscaba un refugio que fuera seguro para poder
reparar la embarcación, llegando a la parte sur de la isla de San Marcos,
encontrando una hermosa bahía que la forma Punta Tijera por el lado sureste y
por el lado suroeste Punta Arena que la une a un pequeño islote llamado Roca
Lobos; procediendo a anclar en un lugar llamado Puerto Viejo.
Permanecieron por varios días, ya que la tripulación se
sentía cansada y aquejada por un mal desconocido, que provocaba en ellos, ojos
hundidos y demacrados, no había explicación al deterioro de su estado físico ya
que la alimentación era buena. La abundante fauna marina, peces de diferentes
especies y la gran cantidad de mariscos fueron su principal alimento. Por agua
no había ninguna preocupación ya que se había almacenado bastante por la lluvia
de la tormenta. En la isla no se encontraban indicios de que hubiera una gota
de agua posible de beber, solo una escasa vegetación xerófita, solo había una
frondosa higuera de higos silvestres que introducía sus raíces entre las rocas
desnudas de una cañada sombreada por los altos cerros del lugar.
En el barco, extrañamente se transportaban tres sarcófagos
fuertemente custodiados, en donde, en uno de ellos un extraño personaje pasaba
los días encerrado y por las noches obscuras salía para alimentarse de sangre
humana de los tripulantes. En otro de los sarcófagos, se transportaba un
cuantioso tesoro que fue llevado a tierra en una pequeña piragua para ser
escondido en alguna parte de la playa del Puerto Viejo. Actualmente las
personas que acampan en las playas de ese lugar escuchan el ruido que se hace
al remar, a veces en las noches de luna pueden ver el fantasma de la pequeña
piragua y en ocasiones al extraño barco velero. Después de terminada toda labor
de reparación del barco y recuperada la salud de la tripulación se hacen a la
mar nuevamente, aprovechando por la noche una de las “tribunadas” con muy buen
viento, pasando por el bajo que se forma entre la Punta Arena y el islote Roca
Lobos, destrozando parte del fondo de la embarcación con los arrecifes que
existen en ese lugar.
Navegaron penosamente por entre las costas de la Península y
la isla de San Marcos donde se forma el canal de navegación Craig. Era una
noche de gran lluvia y fuertes truenos donde la embarcación haciendo agua por
el daño que había sufrido al pasar por aquellos arrecifes. Por más esfuerzos
que hizo la tripulación de aquella extraña embarcación, se fue yendo lentamente
al fondo del mar, muriendo ahogados algunos de los tripulantes y otros tragados
por feroces tiburones que abundan en esa peligrosa travesía. Los sarcófagos, al
hundimiento del barco, flotaron en el mar embravecido, brillando su fina madera
con la luz de los relámpagos por la tormenta de la noche; flotando la mar los
fue llevando por rumbos diferentes, hasta llegar a la playa. Uno de ellos, varo
en las inmediaciones de las playas de San Bruno y San Lucas, el cual fue
encontrado por algunos de los naturales que vivían en una de las misiones del
lugar.
Al descubrir aquella caja de forma alargada y figura
extraña, optaron por abrirla, encontrando en ella una persona de sexo masculino
con el rictus de la muerte en su rostro; elegantemente vestido con uniforme de
militar, medallas condecorativas y espada tipo sable, al parecer su cuerpo
estaba embalsamado. Es probable que haya sido traído de algún país lejano, del
Medio Oriente, optándose a darle cristiana sepultura sobre la costa donde fue
encontrado. Los antiguos le llamaron la tumba del soldado y a la fecha se le
sigue llamando así.
Es probable que el tiempo haya borrado cualquier vestigio de
la tumba abandonada entre las dunas de aquel lugar que se mueven cada temporada
de noroestes, vientos y huracanes que azotan muy de vez en cuando la media
península.
El sarcófago en el que salvo la vida el misterioso
personaje, varo un poco mas al norte pegado al acantilado llamado Los Frailes,
donde se refugió en una cueva que en ese tiempo se encontraba al descubierto y
solo por mar se podía llegar a ella. Recuperado del cansancio y al saber que
fue el único en sobrevivir de aquella tragedia, salió de aquella oscura cueva
para buscar algún sobreviviente y también poder rescatar el sarcófago donde
venia la persona muerta, cosa que nunca pudo encontrar.
Haciendo de aquella cueva su vivienda, se encargó de
explorar la parte mas profunda de esta. Para su sorpresa un cuantioso tesoro se
encontraba dentro de la cueva, no haciendo mucho caso de ello, escuchó una voz
que le decía -–te llevas todo o nada-- pero como este personaje no entendía el
idioma en el que se le hablaba siguió admirando cuanto le rodeaba. Así pasaron
los días comiendo lo que encontraba a su paso, vestía con pieles de animales
que lograba cazar, pasaron muchos años.
A la península empezaron a llegar aventureros y corsarios, y
a la cueva se le empezó a llamar la cueva del mechudo, cuando por casualidad
lograban ver a este personaje que se había hecho una leyenda entre la pequeña
población que se estaba formando, ya que se había descubierto años anteriores
un gran yacimiento de cobre y otros ricos minerales de la región. Aquel
naufrago aún se conservaba joven a pesar de haber transcurrido casi un siglo
cuando empezaron a llegar barcos veleros a principios de 1885 formando así el
puerto de Santa Rosalía para iniciar los trabajos de minería. A la llegada de
una cuadrilla de trabajadores de Sonora principalmente, yaquis en su mayoría se
establecieron muy cerca de la playa donde se encontraba la cueva del mechudo.
Cuando empezó a existir más población, este extraño personaje se dejo ver con
mayor frecuencia, principalmente entre los que habían poblado las cercanías de
su refugio natural, que era aquella cueva, que había sido su hogar por tantos
años.
Cuando se empezaron los trabajos de la construcción del
puerto y los tiros de las minas, este personaje observaba desde su escondite
que algunos yaquis tenían el conocimiento de poder convertirse en cualquier
animal para poder transportarse y llegar a su trabajo. Nuestro personaje de
leyenda también tenía estos poderes y muchos conocimientos ocultos de la
alquimia, aún desconocidos en nuestros días: Ahora podemos conocer el porque de
haber podido sobrevivir por tantos años en aquella soledad en que se
encontraba. Era un hombre muy alto casi los dos metros, en comparación a la
gente que acababa de llegar, este se fue integrando poco a poco con aquella
gente extraña para él, quienes empezaron a llamarlo Blackman por su tez morena
pero, era un ser extraño que hablaba poco ya que su idioma era desconocido por
quienes alguna vez lo escuchaban.
Pasaron algunos años en donde Blackman formaba parte de
algunas de las actividades que se realizaban en esa pequeña comunidad yaqui. De
las fiestas paganas que cada semana practicaban: Bailes con música propia donde
utilizaban cascabeles y maderas que emitían diferentes sonidos, agradables a
sus sentidos: Utilizando mascaras de figuras diabólicas que luego quemaban al
terminar con su practica, hasta llegar el día de la gran fiesta, donde se
sacrificaban animales y se hacían pases de brujería y magia negra. Blackman
aprendía de esa cultura pero también enseñaba con gran sabiduría lo que sabia
de la suya. Con el tiempo llegó a ser el Gran Maestro hasta que empezaron las
envidias de sus discípulos y abandonando por un tiempo las reuniones con los
brujos de la comunidad yaqui, y refugiarse en su cueva para pasar largo tiempo
en el proceso de invernar que conocía muy bien para prolongar la vida y así
recuperar fuerzas. Una noche, azotó de repente un fuerte temporal que lo saco
de su trance en el que se encontraba.
La cueva se empezó a inundar y a cubrirse de piedra y agua
quedando totalmente obstruida la entrada. Por buena suerte pudo salir volando
convertido en una lechuza trayéndose tan solo un brazalete de aquel tesoro
oculto del que nunca dijo nada a nadie. Conociendo que ya no tenia nada que
hacer, habiendo perdido la amistad de aquella gente que por algunos años había
sido como su familia, sin decir nada solo se fue rumbo al sur volando
desplegando sus alas convertido en una hermosa águila real viendo todo desde
las alturas donde todo le parecía desconocido, ya que nunca había salido de
aquel lugar que había sido por mucho tiempo su hogar. Desde lo alto fue
conociendo distintos lugares como son: ranchos y pequeños poblados.
Blackman desconocía que pudiera haber grandes construcciones
como eran las Misiones que se habían construido muchos años antes que él
llegara a estas tierras. Que después se convertiría en una nación que tenia sus
leyes propias y gobernantes con muchos problemas cuyo mandatario era Porfirio
Díaz su mal gobierno propicio cierto descontento en el ejercito federal
principalmente en algunos oficiales y soldados que optaron por desertar huyendo
de las bases militares que había en algunas poblaciones importantes de la media
península. Los desertores eran perseguidos y fusilados al instante dejando sus
cuerpos en el lugar en que eran abatidos por las balas de sus mismos
compañeros.
Blackman al ver a un grupo de soldados que se alejaban de
algunos cuerpos sin vida, bajo de las alturas para alimentarse de la sangre aun
caliente de aquellos pobres infelices que al buscar la libertad encontraron la
muerte. Saciando su sed y su hambre Blackman, desviste a uno de los soldados
muertos, y con el uniforme militar se interna en los montes como si fuera un
desertor más.
Caminando se pierde en la serranía, cruzando arroyos y
subiendo cerros. Si por la senda del camino encontraba a uno que otro arriero,
solo saludaba haciendo una seña con la mano. Siguió su caminar hasta encontrar
un oasis que le pareció bueno para esconderse, al acercarse escucha murmullos
de voces que hablaban cosas que él no entendía, entonces los saludó levantando
la mano, como lo hizo con los arrieros que había encontrado en el camino.
Era un grupo de desertores del Ejercito Federal quienes al
verlo le hicieron señas para que se acercara a comer de una pierna de venado
que estaban asando en una fogata que les servía también para calentarse del
frío de la tarde. Entre los desertores había un joven que fue maestro de
escuela antes de entrar al ejército cuyo nombre era Mercedes, quien al ver que
Blackman no hablaba ni entendía español empezó a enseñarle las primeras
palabras y letras usando como pizarrón el suelo y como lápiz una pequeña vara.
Así pasaron algunos días donde Blackman aprendía rápidamente.
Pasados algunos días los desertores hicieron amistad con
gente de los pueblos circunvecinos que de vez en cuando visitaban esos
poblados: San José y San Miguel de Comondú. Su gente muy amablemente les
aconsejaron que se cambiaran de nombre y adoptaran nombres y apellidos del
lugar. Algunos lo hicieron, pero Blackman prefirió otro pueblo que se
encontraba muy cerca de ahí, rumbo oeste donde encontró aquel paraíso que hoy
es el pueblo de La Purísima. Llegó como si fuera un turista extranjero ya que
su forma de hablar hacia evidente que no era mexicano.
Pronto pudo integrarse con la gente del pueblo y poniendo en
práctica muchos de sus conocimientos fue amasando una gran fortuna siendo un
buen partido para las jóvenes casaderas del lugar, pero a él solo una de ellas
le interesaba, Loreto. De donde sacó su otro nombre, Loret. Loret Blackman ya
teniendo nombre y apellido pide dispensa para casarse con la joven Loreto, por
ser extranjero venido de otra parte del mundo se concede la dispensa para
casarse sin imponérsele ninguna multa ya que eran personas respetables del
lugar. Pasaron algunos años formando un matrimonio aparentemente feliz, ya que
no podían tener descendencia, Loreto su esposa enfermó gravemente y fallece.
Otras personas mueren de la misma rara enfermedad echándole
la culpa a Blackman de ser el portador de la epidemia ya que sospechaban que
había chupado la sangre de quienes habían muerto en el pueblo. Al sentirse
completamente solo, Blackman solía sentarse en un banco formado por una piedra
plana cerca del mar donde su mirada se perdía en el horizonte, quizás pensando
en lo que había dejado del otro lado de aquel inmenso océano.
Así soñando se
quedaba dormido cada día ya que se sentía solo y triste sintiendo el desprecio
de todo el pueblo. Una de las tantas tardes que sentado en su banco de piedra
quizás soñando en los palacios de su lejano país y en el amor de Loreto que
había sido su adoración fue sorprendido por los hombres del pueblo atándolo
fuertemente, llevándolo hasta el panteón donde ya los esperaba la gente con un
ataúd hecho a la medida donde lo metieron para ser enterrado vivo.
Al poner la tapa de aquel raro ataúd hecho de madera sacada
del cardón atada con delgadas correas de cuero, por entre las rusticas tablas
quedaban pequeñas separaciones por donde se podía ver el cuerpo de Blackman.
Entonces él les dijo ¡ quiero ser sepultado junto a mi esposa ! en la cripta
que yo mismo construí, ¡ pero han de saber que dentro de 100 años estaré entre
todos ustedes para cobrarme cada una de sus ofensas !- diciendo estas palabras
como una maldición para todas aquellas personas.
Fue bajado a la fosa para quedar junto a su esposa, ¡ fue
sepultado el vampiro ! decían algunos pero la verdad es que Blackman usando sus
poderes de convertirse en animal se convirtió en una delgada serpiente que
después de horadar la tierra hace camino por debajo hasta llegar a una laguna
de agua dulce donde ahora vive alimentándose de vez en cuando de algún osado
que utiliza la laguna para bañarse en sus aguas.
Ya son muchas las victimas que han perdido la vida en ese
lugar, principalmente niños y jóvenes los que en esa poza, como ahora la llaman
los lugareños, han muerto ahogados jalados por algo desconocido hacia lo mas
profundo. Blackman en ocasiones se convierte en humano para visitar la tumba de
su amada esposa y la suya donde supuestamente descansan sus restos mortales.
Para dejar impecable cada pedazo de la cripta; lo que extraña de esta situación
a quienes visitan la tumba abandonada del vampiro.
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